Creces de la tierra,
germinas en espiga dorada,
las benditas manos te muelen
y en harina, amasado con huevos,
Levadura y agua,
el fuego te levanta.
Eres amanecer antes del amanecer.
Te expandes como vientre
de mujer gestante
y tu piel dorada,
anuncia tu plenitud de vida.
¡En cuántas formas nos llegas!
Alargado, redondo,
duro, blando,
con semillas, sin semillas,
blanco, integral,
dulce, salado.
Y sales como un milagro
a llenar cada boca,
pero el malvado te niega,
te acapara, te esconde,
y sin sentimientos,
deja morir al mundo
de hambre y de miseria,
aun sabiendo que Dios,
te multiplica por toda la tierra.
Maria Clemencia Botero Yali
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