La Primera Cena

La Primera Cena

ETRESTLES

18/06/2024

En un lugar de Grecia, unos panificadores comenzaban a sentarse lejos de los dioses crueles, de aquellos dioses que reniegan de sus hijos que eran engendrados por cruelísima y castísima reconversión al osar hospedarse en el Olimpo como huéspedes de La Primera Cena. Al contrario de sentarse en mesa de gratuidad de muy preciado elixir con deidades Frigias que eran invitadas, que solo reían y propiciaban en el secretismo de panes de eternidad; bienestar que estaba supeditado a tolerancia consciente de quienes esperan un fastuoso banquete en una mesilla con tales condiciones de talante, y prolongada perspectiva de manteles de penitencia y de persignación en sus exóticos quehaceres. Abrevaban las pendías ovejas en ramas de frutas que colgaban de la Cornucopia, las panificaciones hacían alterar enzimas de algún áspero dirimir contra Asia, que urdía de una benévola hechicería dándole de sorber agua de mar potable de Asia menor frente a una iluminada Troya. La mesa se hacía de sietes paneras, siete muérdagos que escoltaban panes de gluten que espolvoreaban fuertes vientos de Persephone al caer precipitada y seguir ansiando encontrarse con Deméter; ésta le recoge del vendaval con sus pies pulverizando los granos blandos del Hapalos Artos con leche de cabra, y olivas que le ungiría en las mismas uñas de su hija Persephone al constituir limpiarlas con las blancas hojas de masa esponjosa, solía llamarse levadura de Capadocia hasta llegar a orillas del pan noble que se instalaba en la mesa como pan de Lakhma como metafísica de la Eucaristía panificada, que se llevaba a cabosobre el mantel blanco que se encogía cada vez que le tomaban como doméstico pan al enrollarse en airadas partes del mantel Mataki para sanaciones que prosiguen de acciones protectoras de quienes usufructúan de una buena alianza de agua, el pan sobre la mesa se solazaba con malos pensamientos que enfurecen a maltraídos telones gruesos de abundancia y prosperidad de lo mal habido. Las Iaspis o Jaspes resemblaban supra escaldadas de su pertenencia natural en autenticidad que rutila en rareza, que hacía no más hacer de los bufones del sudeste de Asia ni de Asia menor.

La caritativa devoción citará a los demás a asentarse al borde de la periferia de las mesas cartibulum que se regodeaba de los curiosos queriendo degustar comidas, que caían del cielo como maná sobre los escamones que de esta hacían disonancia de otras resonancias con notorias reverberaciones en puntos poligonales, que hacían análogos con sillas bisellium apareciendo en excitantes citas del reflejado orbe en el cielo pringando de fajos o fajinas de panes con aceites que se sorteaban en triklinios que seguían instalándose para la llegada de los invitados de Judah. Los vasos se hacían prensiles a las formas del mobiliario como alegórica compaginación de panificaciones que iban moviéndose decididamente desorganizando la nomenclatura de una hueste geográfica de las doce islas polígonas del Dodecaneso con panes que venían de Leros o Pserimos, mientras Rodas y Cos las islas más grandes cosmopolitas traían estas metas de migradas de Pelicanos azules durante todo el año trayendo vino azul en las patas adornadas con argollas de oro con Iaspis sobre gramíneas esquiladas por los talones de las miríadas de Petrobus y secuaces pelicanos. En este herbaje petulante se podía sentir por brazales de lavandas las danzas con Pan de mordaza que sin desdén portaban en sus caderas doncellas de la Sousta y Canephores, de mayores niveles a menores en que se hacían de un silencioso conventual del cual se hacía lectura del acólito para culminar en alfareras del descarrío desde el Áullos Kósmos, que se petrificaba en el capitel del trono ya instalado sobre imágenes que se reflejaban del cielo en un agravio dispositio preparado para la retórica representado de su Himatión más arriba del domo del Opistódomo que ya levitaba esperando por su craso basal, de tal columna que se otorgaba en antípoda edificación con las fuentes de alcance y palabras claves otorgando la bienvenida en especial atención sobre el altar que se encontraba a disposiciones de los actantes. El regazo en su vista puntualizaba el confín del mar que era tópico frecuente que llama la atención para deciros que denotan prosternación del lenguaje sobre el actante que organiza su mandato tras-visual sobre los campanarios imaginarios que se convertían en tronos de carneros con patas del mobiliarios del klismos, que descendían del cabezal que era postrero en llegar después desde el sellar del tubular del túnel de viento que se clausuraba ante los que venían a fundamentarse del capitel del domo configurando la primera parte de un dispositio carolingio, oteando las miríadas Boyardas en los tramos de luz Jacobina semi-esférica llenándose de tales embobadas góticas arquivoltas sublimándose del remate de los gabletes de diseños que traían en sus planos a Carlo Magno para superpuestos de la acrotera del domo, que ya levitaba anticipadamente antes de que empezaran con la edificación. El mayorazgo de la luz decoraba claroscuros que oscilaban del lóbulo de los astrágalos que portaban en sus manos más lejos, que una sombra miniaturista en su variable crepitar progresando con su tamaño cuando caminaba e iba del precipitado sobre recuadros que labraban de los reflejos botánicos del astrágalo, señalando que sus formas eran las lides gaseosas de los pensadores Querubines que posaban en las arcadas o arbotantes que secundaban en principales formas góticas del Hepta o siete lóbulos de flores que empezaban a diversificarse en crecimiento de la Primera Cena que Carlo Magno que panificaba para toda Europa. Caía agua de del rocío de marejadas del Egeo con plagadas gargantas por la voraz e invasora lluvia de metabolitos y flavonoides; de plantas que se esparcían por un majestuoso desfiladero que irrumpía a Deméter sobre planas copas monumentales para los que arribaran con sus puños diestros dieran pie a la consumición mezclada, y libación con las esencias de cellisca convertida en sangre de cálices en la mesa junto al Mataki, empezando a reabastecerse de la pura esencia de Nigromancia para comenzar con las supresiones de males de ojos sobre los Hoplitas que así empezaban a horadar y protegerse de cierta embriaguez visual.

Desde esta fracción de Fe el Arcángel Raphael diagnosticaba panes con esencia arcangélica; hierba con grandes poderes sanadores sobre la dimensión del Portal Panificador que permitía poder concernirse con seriales vivos de los inmateriales seres con sus barrigas desposadas de toneladas de fermentado pan Helénico, y del medioevo que empezaba a germinar en cascaras de gramíneas que empezaban a hornearse en Revoluciones de panificaciones de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

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