PAN de vida

Hace 9000 años AC, en el territorio egipcio se preparó el primer alimento majestuoso y nutritivo conocido como PAN… teniendo en cuenta lo que nos dice San Marcos en el versículo 6:41-43 abordando este tema fundamental  «Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos. Y comieron todos, y se saciaron. Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces.» Dándonos a entender que el pan es el abrazo que aviva el alma, el sustento que se ingiere diariamente desde las antiguas civilizaciones humanas evidenciadas .

Es ese elemento simbólico esencial para nuestras vidas, representante de diferentes interpretaciones culturales en las diversas religiones existentes tales como: el Matzoh en la pascua judía, la hostia de la eucaristía, la simbología religiosa cristiana entre otras alegorías.

siendo el manjar que nos motiva a ser agradecidos tanto con nuestro creador como con quien nos rodea,  ya que la elaboración de esa maravillosa creación requiere de mucho esfuerzo y dedicación considerándose análogamente por ser un proceso que pasa por muchas manos de generación en generación manteniendo la tradición, valorando arduamente la comida producida que nos brindan,  compartiéndola con quien carece de ella «al fin y al cabo todos requerimos algo para nuestra supervivencia».

Aquella masa de harina trigal que amasamos sutilmente hasta formar un aspecto, sabor, textura con el fin de quedar  totalmente satisfechos y ofrecer dicha sensación de magia, placer o dulzura al exigente paladar que durante el momento degustativo dé un visto bueno sobre tal preparación creando hermosos sentimientos y nostálgicas emociones en el instante que lo hacemos o consumimos. 

Recalcando la importancia de conocer de donde proviene todo lo que observamos, sentimos, percibimos o desconocemos porque debemos tener gratitud y respeto ante todo incluyendo lo antiguo o desconocido.        

                                                                                                                         «mayalessu»