Pasando al trigo

Pasando al trigo

Amarelis Laya

17/06/2024

No sólo de amasar se elabora el pan, el campesino trabaja la tierra, sudor abrazador y el calor acribillandole con agobio, un sorbo de agua de tiempo aplaca la rigidez que ahoga su garganta, horas tras horas viendo al horizonte, con las esperanzas languidas pérdidas a lo lejos en ver caer  unas gotas de lluvia para humedecer el áspero suelo y así  terminar con más prontitud los surcos ya trazados. 

La siembra, otra tarea tediosa, pero necesaria,  el tiempo de crecida unos meses hasta que llega el tiempo de recogida. 

Azotarla para que se suelte de la cáscara, tiempo, trabajo y esfuerzo, se notan en los brazos cansados, cuerpos agotados, alimentando el mañana con la cosecha que está por brotar.

Una noche de descanso para volver con el susodicho trigo, ahora a molerlo, con piedra a pulso o en su defecto con mulas.

Trigo, polvo bendito para hacer panes, pastas, atoles, y pare usted de contar.

Aquel olor embriagador de un pan recién horneado, la textura al tacto y el sabor al paladar, no tiene precio. 

Tanto esfuerzo tantos días, para acabarlo en tan poco tiempo y/ó, ésos trozos que sobran, se usan para empanizar! No hay desperdicio. 

Habló del ayer! hoy día es tan fácil ir y comprar, para hacer el pan o comprarlo ya echo, con una abanico de variación, pero una única base,  la harina de trigo. 

OJO* cuidado con confundirse; porqué donde nace el trigo, también nace la cizaña.

Colorin colorado este cuento se acabado.

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