(Canción: Sounds In The Night- Geraldine Cordeau)
El hombre del silencio caminaba en las calles, al doblar las esquinas, el aire tenía un silbido extraño, buscaba en los periódicos los mensajes cifrados en un alfabeto misterioso, las puertas de las casas estaban cerradas, los ojos detrás de la ventanas en la simulación de las cámaras de videovigilancia, ponían su atención en los escenarios aleatorios, las calles multiformes son una clave, en la panadería a la medianoche estaban reunidos los hombres que moldeaban la deformación de los futuros en la masa, se encendieron los hornos, hicieron una masa viscosa para darle forma a las geometrías sabrosas de los panes. Abrieron sus puertas, para que los ejecutores pasaran a comprar su ultimo bocado de medianoche, uno de los agentes secretos hablaba con otro tipo que se encontró de la nada, él le contaba de reseteos como los de la Atlántida y Tartaria, balbuceaba silabas primordiales en su boca, cercanos a estos agentes secretos que comunicaban en el argot de un lenguaje cifrado, los ejecutores que se encontraron, se sonrieron ambos, se dieron un mensaje de señales de magia gnóstica, alquímica y rosacruciana, pagaron con sus monedas el precio adelantado de sus vidas en el mostrador de la panadería, al salir de la panadería, en la calle el silencio total respiraba películas de otros tiempos, se encontraron ambos combatientes en una disputa final, comían sus cuernos de la panadería, estaban triturando la masa en sus bocas, mientras empuñaban sus armas.
Efrén: Morirás en esta media noche, el silencio recorre tus vías sanguíneas como el frio helado del sol invicto del invierno.
Elías: No existe viaje más misterioso que irse a los reinos de la muerte.
La disputa se apagó entre el silencio de la oscuridad de la medianoche, se oyeron los horrísonos plomazos, todas las personas dormidos en sus camas, no salieron a ver, se apodero el miedo de ellos, sentían que pasaban elefantes estampándose con las paredes de las casas por las calles, Elías soltó su pan que cayó como las tempestades de los mares de sangre que salían afuera del vaso, el baño de sangre en el suelo derretido de un cuerpo desplomado y perforado por las balas de plomo, se fue por visiones de una investigación policiaca que se cerraba en las señales de un paseo por las panaderías del inframundo, Efren un tanto enturbiado de las aguas de su cerebro ejecutor, vio que lo habían mirado los tipos de la panadería y en silencio de una historia americana de Tex-Rex, disparo a todos los que lo miraron, para no dejar testigos de este fatal encuentro con su adversario.
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