la mansión del poder

la mansión del poder

pame

15/10/2025

 

 Habían oído desde pequeños las extrañas historias que tenían como protagonista no solo la amplia y vieja mansión , sino a su al parecer único habitante , el tal sr Torre, las historias incluían; desapariciones , cambios radicales de personalidad e incluso muertes , ellos escépticos al principio, se dedicaron a la misión de averiguar todo lo que pudieron , motivados no solo por la curiosidad de la adolescencia, sino principalmente por la promesa de poder.

Desde hacia ya un tiempo se acercaban sigilosos y vigilaban los movimientos del extraño personaje, la mansión de noche era  definitivamente aterradora, rodeada de grandes arboles añosos que con el viento se movían , casi como si caminaran desde entre el bosque , el silbido agudo del viento, golpeando los ventanales tapiados y la enorme puerta en óvalo , con dos tramos , con una mano de bronce en el borde  que  aún a distancia, provocaban un miedo intimidante .

Desoyendo todas las advertencias y decididos a poner a prueba su valor y resolver las dudas , se acercan día a día unos metros . Algunas veces lo vieron asomarse a la puerta y casi horrorizados oyeron su voz  

– muchachos, estáis invitados a entrar a ésta mi casa .  Corrieron aterrados por el camino desesperados por alejarse , pero aún lejos podían sentir una garra rasguñándoles la nuca y un escalofríos recorriéndoles. 

Ya entrado el invierno decidieron que era hora de enfrentar al mentado personaje y por fin demostrarle no solo al pueblo , sino al mundo que aquello era solo superstición y un poco de sugestión . Acordaron que se reunirían en tres noches más y que se enfrentarían al hombre de manera de derrotar para siempre sus influencias y de paso destruir el mito .

El camino se estrechaba a casi 9 metros de la casa , por tanto ahí fue donde pararon el vehículo , el resto había que hacerlo a pie , era  un camino empedrado, con aquellas gotas tenues y el viento frío calándoles con fuerza . Descendieron  del automóvil cubiertos por una extraña luz iridiscente , ya habían sentido un par de kilómetros atrás un golpe como de corriente , que les subió desde la escápula y les enderezó la columna en un espasmo doloroso y punzante .

Una sensación de estática dolorosa les sobresaltó cuando pusieron  el primer pie en el suelo, el hombre enfrente los miraba hurgando en su mente confundida ; el frío y el horror pujaban entre una arcada que subía furiosa  y urgente por sus faringes . Se estremecieron cuando lo oyeron  hablarles sin despegar los labios acerados y delgados , cerraron los ojos un minuto, cuando sintieron de nuevo aquella garra serpenteando hacia su nuca . Les hormigueaban los pies y sentía un olor metálico como a hierro y sal.

El grupo de amigos, Ignacio, Clara y Mateo, decidió continuar , la promesa de poder les parecía irresistible. Se encontraban en una encrucijada: volverse al automóvil y salir  disparados de ahí para no volver jamás  o entrar en la oscuridad que ofrecía el Señor Torre. Con adrenalina corriendo por sus venas, tomaron la decisión de avanzar hacia la ominosa mansión, con la convicción de que en grupo estaban seguros , desafiando con valor todo el terror que les hacia temblar , palpitar el corazón y con aquel pitillo insistente en los oídos. 

Avanzaron sintiéndose indispuestos, con un frío que les desgarraba y con los sentidos tan agudizados que al menor ruido, se sobresaltaban, agarrados los unos con los otros semi agachados , a paso lento, en el sendero que parecía interminable .

La entrada estaba cerrada,  cuando a casi dos metros,  se abrió de golpe y todos gritaron apretándose con fuerza de donde iban tomados. 

Una carcajada les hizo parar , temblaban y la garra metálica subía lentamente por sus columnas haciéndoles soltar un alarido contenido . Aún con aquellos sucesos, y pisando  firme entraron a una estancia en penumbras, el viento soplando, las ventanas crujiendo, los dientes rechinando, los pelos erizados. Clara se detuvo de golpe pálida y descompuesta

– no puedo – dijo al borde del llanto – los chicos la rodearon y abrazaron , no era porque el terror no los cruzara, pero temían más que volviera al auto a  que se quedara con ellos.

Una niebla fluorescente se apoderó de la sala, jadeando, con un dolor agudo en las costillas por la hiperventilación , se afirmaron agazapados en una columna, entonces una luz cegadora iluminó aquel lugar siniestro , y aunque tuvieron el impulso de correr , se quedaron allí inmóviles respirando apenas .

En el centro de la sala, una figura alta y delgada apareció de las sombras. Era el Señor Torre, con una mirada penetrante que parecía leer sus pensamientos.

– Bienvenidos, jóvenes,- dijo con una voz profunda y resonante.

– Los he estado esperando, ¿Quieren poder?, deben estar dispuestos a pagar el precio. Ignacio, intrigado, preguntó a los gritos, sin acercarse : 

– ¿qué tipo de poder ofrece?

– Conocimiento, fuerza, fortuna. Todo lo que sueñen puede ser suyo, pero no sin un sacrificio.

Los amigos dudaron. ¿Qué tendrían que entregar? pensaron –  El Señor Torre sonrió satisfecho y explicó:

–  todas sus memorias , Sin ellas , no quedará huella de quienes fueron, pero ganarán todo lo que desean. La tentación era fuerte, y el deseo de ser más que simples adolescentes les impulsó,  a pesar del terror,  a considerar la oferta.

Ignacio fue el primero en hablar:

– ¿Y si fallamos? ¿Y si no podemos volver?-  El Señor Torre alzó una ceja.

– Eso nunca lo sabrán si no lo intentan, e ahí el dilema . Clara, sintiendo el peso de aquella decisión , recordó las historias antiguas que advertían sobre los pactos, sintió que tambaleaba y se afirmó de Ignacio al borde del desmayo

– ¿Y si preferimos ser nosotros mismos?- dijo en un hilo de voz 
Torre se encogió de hombros. soltó otra carcajada, que estremeció todo el lugar 

–  Esa es la encrucijada: poder a cambio de lo que son o seguir siendo quienes han sido hasta hoy .-  Después de una larga pausa, Mateo exclamó: 

– No, no hay poder que valga mi memoria, yo me voy de acá , girándose hacia la salida El sr torres les mostró en la pared fragmentos de lo que podrían hacer, los poderes increíbles que tendrían , también del dolor que implicaba transformarse en aquellos seres. Luego abrió el macizo se la puerta , no sin antes cobrarse el precio del atrevimiento, les gritó con fuerza que se largasen en un grito profundo y siniestro,  rompiendoles los oídos dolorosamente, hasta hacerlos sangrar  y  al instante les quitó para siempre la primavera.

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