Incluir en pandemia

Incluir en pandemia

Alexis Villagra

13/08/2020

Es histórico. Nos invadió un virus. Hay pandemia. Mundial. Acá, allá, a dónde vayas. Nos aislamos, no nos tocamos, no nos besamos, hablamos, hablamos mucho, videollamada, mensaje, bailamos ante una cámara de celular, alguien nos vera. Nos escondemos de un enemigo que también se nos esconde, guau. Todos debatimos todo. Nadie sabe nada. Ni el presidente del país más importante del mundo ni el último orejón del tarro, ni la OMS con sus contradicciones diarias ni el médico de un dispensario de barrio. El miedo a la orden del día, el pueblo servido en bandeja para ser manipulado. La muerte de vecina, compañera en el colectivo o artista principal de los diarios. Está ahí. ¿Alguien la vio? Guau.
Todos recomiendo el aislamiento. Cada uno en su casa buscando como entretenerse. Nadie corre la cortina de la ventana para ver qué pasa afuera. La vecina chusma no se anima a salir a regar la vereda por miedo al contagio. Lo dijo la televisión. Cómo hay que mantener distancia y como el contacto, el otro ya no importa, salvó que sea uno de esas cifras que cada día aterra mas. ¿A dónde se pone límite al desinterés? Quizas, lo único ventajoso de estos días sea que ese enemigo maldito haya venido de países primer mundistas y de clases sociales pudientes. ¿Alguien se imagina lo que los medios y los críticos mediocres hubieran dicho en caso contrario? Guau.
Siglo XXI. Ya empezado. Año 2020. Paradójico. La revolución sigue siendo… Incluir. Paradoja doble. Quizás hoy el desafío sea incluir incluso a los que poco incluyen. El verdadero objetivo como humanos no es llegar a Marte ni la clonación. Hoy el desafío se presenta con una claridad que encandila y algunos cierran los ojos. Hoy es hora de pensar en el otro aún estando lejos. Pero no en ese otro conocido, padre, madre o hermanos a los que uno quiere abrazar o amigos que reencontrará en algún bar. No. El otro. El distinto. El que no conozco. Ese que hoy el televisor me dice que es una amenaza para mí vida, porque no se si se lavo las manos. Años han contaminado algunas empresas y sus productos si hay que salir a buscar y traerlos a casa. Ahí también hay que usar tapaboca y callarse. Perdón, no tiene nada que ver, o todo, y por eso me voy. Mañana lo que tenemos que buscar desde lo humano es a otro humano. Ese que quizás no salga entero de esto y necesite una mano, les aseguro que no va a fijarse si tenemos las manos limpias.
Tengo miedo que esas diferencias que siempre respete, valore y busque mirar sea lo que salidos de este aislamiento nos distancié del todo. Que las diferencias que hasta hoy no se respetan, se menosprecian o se excluyen, mañana además de eso, las veamos como amenazas. Hoy no se trata de priorizar la salud, lo económico, lo propio, lo mío. Ayer, hoy y siempre se trata de priorizar lo humano. No es lo mismo buscar el aislamiento que buscar la manera saludable (en cada sentido del termino) de vincularnos mirando humanos, mirando pares, distintos, pero pares. Que difícil ¿No? Que hermoso desafío ¿No?

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