Carta a mi compañero de vida

Carta a mi compañero de vida

Querido compañero de vida:

Yo sé que tienes muchas dudas. También sé que no quieres saber nada de mí. A pesar de eso, intentaré que las siguientes palabras te lleguen al poco espacio que -estoy segura- sigo teniendo en tu corazón.

Ya habían pasado 5 años desde nuestra última conversación; sin embargo, sentía que nada había cambiado. Estabas sentado en el mismo banco donde se llevó a cabo aquella charla. Incluso, mantenías la misma mirada con la que me viste aquella tarde de verano en la que decidí comenzar mi vida en otra ciudad. Lo sé, te tomó por sorpresa saber que el amor de tu vida -con el que habías pasado casi 15 años- te dijera, de un día para otro, que se iba a otra ciudad a probar cosas nuevas. Gran excusa ¿eh? Me sentí fatal, aunque tú pienses que no me dolió en absoluto. ¿Sabes lo que fue dejar a mi familia, a mis amigos, y sobre todo, a ti?

Durante una semana entera lloraba a mares antes de dormir -y en algunas ocasiones no lograba conciliar el sueño-, hasta que me acostumbré. No me acostumbré al lugar donde estuve, tampoco a la gente que me rodeaba. Me acostumbré a estar sola y no tener sentimientos por nadie. Fueron 5 años de neutralidad pura, no supe lo que era que te despierten con buenos deseos para tu día o el calor de un pequeño abrazo.

Te preguntarás cuál fue el factor que me motivó a hacer un cambio tan radical en mi vida. Ni siquiera yo lo sé. Me desperté una madrugada, sudando, con un impulso extremadamente raro. Agarré mi computadora y compré un pasaje al primer destino que me apareció. Ya no había vuelta atrás. No iba a desperdiciar una gran suma de dinero no yendo hacia mi destino. ¿Si me arrepiento? Por supuesto. Hasta el día de hoy sigo tratando de descubrir qué significó ese impulso. Tal vez fue algo natural, un mensaje que me estaba dando la vida, pero por qué iba a ser éste separarme de las personas que más quiero.

Durante esos años, se me pasaron por la mente pensamientos acerca del amor que siento por ustedes, mis seres queridos. No eran imágenes bonitas, ni un recuerdo de las experiencias que había tenido con ustedes. Era un cuestionamiento del amor que había entre nosotros. Llegué al punto de pensar que ese amor era falso. Es por eso que estoy aquí, de vuelta, exactamente a unos metros de la banca donde estas sentado. No vengo a pedirte perdón. Sólo quiero agradecerte por los buenos momentos que pasamos y pasaremos en el futuro, porque a partir de ahora, no me desapareceré. Haré como si estos años no hubieran pasado y retomaremos nuestras vidas tal y como estaban. No te pido que corras tras de mí apenas leas esto. Solo quiero que me comprendas y me des una respuesta lo más rápido posible.

Te extrañé

Tu compañera de vida,

X

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS