Noche lucida.

Un ave negra y sin rostro culla silueta amenaza con enloquecer a quien abraza la lógica surca el cielo sobre una ciudad inundada en oscuridad,convertida a simple vista en un gran mar minado de luceros naranjas que a pesar de hallarse inmersos en la nocturnidad se resisten a desaparecer por entre los puentes, los edificios, casas, calles y callejuelas, desde un cielo abarrotado de estrellas y por la luz de una luna que ilumina la noche pero ensombrece hasta los rincones de las más grandes ciudades. La ignorancia me llevo a creer que en esa oscuridad se encontraba el placer de mi descanso y el calor de lo acogedor.Como una sardina que descansa sobre la boca de un mero,estaba atrapado sin saberlo en las fauces de la noche.Lo cierto es que no parece que haya entrado volando, el ligero viento que entra por la ventana susurrando en los cascabeles que la adornan parece ser lo que ha servido de vehículo a este ser oscuro.De repente mi cuerpo se siente descompuesto como si esa brisa hubiese traído una negrura que transforma en fiebre mi placer.Una mirada penetrable se siente desde dentro de una sombra, se clava en mi pecho sacando de él una fuerte presión y sudores fríos. De entre toda la multitud que yace sumergida en la oscuridad de esta noche. ¡El ave me encontró ami!Me halle capturado por sorpresa en el anhelo de su presencia.Se que requería de mí atención y dormirme seria más que una empresa imposible, una tarea impensable. Me desesperaba el frio que emanaba el abismo de sus ojos, sé que con garras invisibles me intentaba atrapar.Mientras lo hacía, mostraba sus colmillos pero eso no me conmovió me aterro sin embargo fijarme en lo amplia que era su sonrisa, iluminada ensombreciendo su rostro pero descubriendo su tremenda perversión. «qué quieres hacerme!». Yo decía «No!». Gritaba. Pero no articulaba la boca ni la movía,no emitía ruido alguno en la habitación.Mis gritos y mis llantos existían en el abismo que ahogaba mi pecho y nadaban en un mar donde el fondo era imposible de ver. Eso a él le gustaba. Por detrás de mi cabeza me iban envolviendo unas garras que se apoderaban de mi cordura, sus ojos,como ventanas de un infierno de novela llameante por las cuales asomaba, mientras tanto, se clavaban en mi alma desde la cual yo gritaba «!¿por Favor que quieres de mí?!». La muerte hubiese sido un consuelo. No, Esto no era más que el empezar de su juego. Tortura seria un nombre muy básico y banal para lo que estaba sucediendo. resquebrajaba y abria grietas en mi cordura desde las cuales fantaseaba con mis temores mas desconocidos, mis sentidos se ensordecían por sonidos abstractos los cuales solo podría asemejar con los chillidos de deidades colosales sin forma que anidarían el las profundidades más oscuras del cosmos.mis músculos se contraían, mis pulmones se achicaban, mi traquea se apretaba mientras con fuerza tragaba exhalando el último de los alientos que quedaban en mi cuerpo. Me estaba ahogando entre las garras de una entidad que arrugaba mi realidad como un papel y la arrojaba a la papelera de la indiferencia. Siento que siempre estuvo ahí. Cada vez que apagaba una luz, aparecía en cada esquina donde la luz ya no asomaba, ahí existía él como un depredador que durante toda mi vida me ha estado acechando desde dentro de la orilla de un oscuro lodo el cual comformaba la frontera entre mi inconsiencia y mi consiencia.Ahora me tiene apresado en mi cama la cual ya no siento que es ni mía, inmóvil.¡El se ha apoderado ahora de mí y de una manera de la que nadie me puede salvar. desde afuera ni si quiera se podría Observar mis llantos gesticulados desde mi rostro consumido por la abstractalidad de mi mundo. Después de toda esta lucha desde mí colchón mojado por mí transpiración dejo de percibirlo poco a poco, pero no me da la sensación de que haber luchado contra ello haya influido en nada y tampoco de que haya acabado.Sé que volverá. A lo mejor no como esta vez, pero siempre estará ahí acechando y nunca sabre si cuando en una noche en la que apague la luz e intente descansar y vuelva a creer en mi amada ignorancia que estoy a salvo, alzara sus garras sobre mi cuello.supongo que ese es su deseo, y en lo más profundo creo que es también el mio.Creo que está en mí condición humana.Supongo, que solo me queda vivir en mi agonia.No puedo evitar querer que vuelva, agotar a mi mente buscándolo a el dentro de ella una y otra vez. Cansar a mi mente en el anhelo de aquello que tanto me horrorizo, pese a mí consiente y contundente querer.

2.

En otra noche que baña la ciudad de oscuridad e ilumina mi corazón de intuición,me asomo y creo verla, con una mirada picarona y aberrante que hubiera aterrorizado a quien no la hubiese observado antes. Pero yo la vi, y ahora la anhelo. No puedo evitar salir corriendo a la calle, correteo entre callejuelas oscuras guiado por el faro en el que se convierten sus ojos postrados hacia mí en el cielo de esta noche. Conformando una pregunta «de verdad quieres llegar a mi encuentro?» «no lo sé. Mi miedo está cegado por el deseo de perseguirte entre la noche, las pisadas entre callejones de suelo de piedra y las sombras». De mis ojos asoma una lagrima,como marinero que se sujeta de las cuerdas desde el borde su barco observando el abismo de un océano salvaje que acabara con él. Esto a él le gusta, y con elegancia continuara con su vuelo, surcando el cielo. «Juguemos, al fin del encuentro te arrebatare la vida, o así lo desearas.Quizás solo me lleve tu cordura».Quien pudiese observarme, se asustaría.Vería a una desesperada persona casi reptando, agarrandome a cada esquina que doy ansiando verlo en la siguiente.No ceso en mí persecución.Los arboles y matorrales frondosos de algunas plazas y llanos de mi ciudaddejan filtrar por la noche la poca luz que de la luna cae por entre las hojas, dando ami carrera desesperada la sensación de estar en un sueño laberíntico.Yo solo busco el fuego de su mirada, el rastro de su vuelo.El paso por el camino se acaba convirtiendo en el bosque del monte al que voy llegando.Peregrino hacia costosas cuestas rocosas hasta llegar a una parte de este monte que yo desconocía,entro por un arco de piedra que encuentro.Dentro un laberinto rocoso por el que caen como torbellinos infinitos pasillos por los que me dejo caer, las paredes iluminadas dejan en incertidumbre el oscuro final de este.Si hubiese pequeñas luces al final pensaría que estoy escalando al cosmos estrellado, pero más bien parece que estoy descendiendo asta un abismo muy oscuro, donde mi mente me marea.Solo el echo de andar por estos pasillos tan largos es nauseabundo, intento agarrarme a las paredes mientras continuo, empiezo a escuchar violines y tambores ansiando a mi llegada, me apresuro pero cada vez me siento peor,cada vez la música es más intensa, tanto que intento taparme los oídos por los que sangro sin cesar, ya no se si voy hacia adelante o hacia atrás, derecha o izquierda,siento que solo quiero complacerlo a él con todo esto, y en gran parte lo estoy consiguiendo, sé que desde alguna parte está esperando mi llegada.Solo veo destellos.Estoy perdido en una nebulosa chirriante de sensaciones que me da vueltas, demasiadas vueltas….Me despierto sobre un charco de vómito y sangre, cerca de un riachuelo que hay en el monte.Debí de haberme dado un golpe.parece que esta amaneciendo pero es el anochecer de otro dia y en mi cabeza solo hay una triste sensación de vacío.Necesito abrazarlo.Rompo a llorar postrado sobre las piedras en llantos dolorosos que agrietan mi alma y aprietan mi garganta, como violines desgastados en una orquesta que resuena desde mí traquea y retumban a lo largo de estos bosques.No encuentro consuelo y no entiendo porque.

 3.

 Tras tantos años de agonía, una vida infeliz dedicada a la búsqueda de la explicación de porque tanto me inquietaba tanto su ausencia, aquí yazco en mi cama ya viejo y obsoleto habiendo perdido mi vida en un llanto de tristeza.Postrado en mi almohada puedo recordar mi sudor, mi desenfrenada mente envuelta en los laberintos del juego de un vil ser que fascinado por el frágil hilo del que pende mi cordura se recrea sin cansancio.Y ¿porque? Ahora yo ya estoy viejo y pienso aveces de él como un niño que habiendo encontrado su juguete preferido no se cansa de jugar con el una y otra vez con emoción.Ya mi cuerpo no me permite tener un arrebato tal como t iempo atrás, en su lugar solo fantaseo y temo por su desaparición recreando en mi mente una y otra de tantas veces que en su búsqueda he perdido la noción del tiempo y la lógica, hallándolo en intrincados ajedreces mentales desde los que el me ha aguardado con ilusión y yo con ansia los he aceptado y he querido otro y otro hasta darme vueltas la cabeza.No he necesitado nunca el alcohol, embriagado en un torbellino de mi propia realidad he intentado saciar mi sed, mi desesperación asta caer inconsciente, desfallecer sin más.Soy ahora un caso perdido de lo que fue una persona, tras perseguirlo sin fin.Debería haberlo olvidado, pero no pude, siento una lagrima caer de mi ojo al decirte esto.Nunca pude pasar página y llevar una vida sencilla, contra toda corriente decidí no cesar, en ser aquella persona que fui y que soy, me he sentido todo este t iempo dependiente a ser así, a buscarlo sin fin, a tenerlo dentro de mí, sé que si nunca hubiese tenido ese primer encuentro, hubiera llevado una vida normal y feliz.A lo mejor mediocre, pero feliz.Pero mi orgullo y mi Corazón no me lo permitió, percibió como un pecado la sencillez y me sumergí en un mundo abstracto el cual no dejaba hueco a la banal mediocridad, al ser uno más.Yo que sintiéndome elegido en la inmensidad de un cosmos que baña con miles de infinitos billones de estrellas el universo entero me negué a ser un calco, una oveja de un rebaño que agacho la cabeza y no deicidio mirar la noche e ironicamente,tercamente con anhelo seguio la estrella más luminosa de todas para hacerse con ella.Decidí en ese viaje abarcarme y no saciarme nunca.Esa fue mi maldición.Ahora el solo echo de pensar en mi vida malgastada me oprime el pecho y no me deja respirar.Con una mano sobre mí Corazón, desde la cama de mi antigua habitación me agarro el pecho y deseo que hubiese sido diferente.Puede que ahora el estúpido sea yo.¿No son ellos los listos que pese a su mediocre ignorancia de su realidad viven felices en una homeostasis que compone sus vidas?Solo me quedan unos pocos años de vida ,con suerte, los cuales con profunda tristeza observare desde el aíslo de mí habitación.Y me dedicare a observarle, cuando por las noches venga, entre aquí volando desde la negrura abismal de su cielo, intentando analizarlo como en su grotesca alegría que proviene de su mirada me observa,y continuo preguntándome, noche tras noche «porque tuve que ser yo, porque fui elegido ser como soy».Así noche tras noche, hasta la ultima de mi corta vida, cuando yo deje de ser quien soy y pase a serlo todo, pero un cuerpo postrado sin vida, y el desde el rincón más oscuro y hermoso de mi cuarto, me siga observando con su larga sonrisa.

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