Tu brillo en el mío.

Si mirarte es verte, observarte es cautivarme.

Atisbar tus condescendientes ojos con mi causa. La causa de embelesarme, belleza, mi vista se pierde en el mundo que refleja la luz que salen de tus perlas negras, ellas o ellos, tus ojos alimentan mi necesidad.

Solo ellos acunan mi interior cuando no lo hacen tus brazos, solo ellos me muestran la real ilusión que hace brillo a mi iris por verlos, son un acicate, una caricia para el sentido de mi vista.

Y cuando ellos devuelven la sensación de querer juntarse con los míos se incrementa mi deseo de vislumbrarte más de cerca, para que sientas el ritmo de mi corazón latir por tu proximidad.

Y así, mirándote a los ojos, a tus enamorados ojos, cerrarlos por un instante para dar paso a un nuevo sentir, el sentir de tus labios con los míos.

¿Lo ves? Son tus ojos los que me llevan a besar tus labios, y viceversa, son tus labios luego de besarlos los que me llevan a tus ojos para perderme en ellos a gusto, jamás queriendo encontrarme de nuevo.

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