Nueve lunas me resguardaron en un vientre y cuando mis ojos vieron la luz del día, quise regresar al universo de unas aguas cristalinas, pero unas manos de gigantes me agarraron por la cintura en un primer llanto, desde entonces viajo por el universo en un segundo del tiempo eterno.
Hoy regresado a la tierra para decirles: ¡Que aún no he muerto!
OPINIONES Y COMENTARIOS