Déjame decirte cuantas estrellas conté en el firmamento de tus ojos,
de las veces que di nombre a cada lunar que en ti fui descubriendo…
Que recorrí todos los caminos de tu alma para perderme un millón de veces en tus besos.
Que hasta la distancia más lejana era nada al respirar tan siquiera la víspera de nuestro encuentro.
Y pasó el tiempo…
la verdad aunque penosa y triste se tornó de pronto liviana como el viento,
Si no fue amor al menos parecido a lo que quisiera en las fantasías de mis propios cuentos!
Y sin lágrimas ni llantos, ni derrota ni deshecho, de todo cuanto en ti viví me alegro!
Te quiero de otra forma y si aún no lo parece ¡es cierto!
se que te quiero feliz y a Dios ruego estés muy cerca de ti y de mi… estés más lejos.
No estoy dolido ni acongojado ni lo digo desde un rencor ardido, te quiero lejos para quererte mejor, desde todo el perdón que nos doy honestamente agradecido…
Que sería de mi hoy, si ayer no te hubiera amado… o al menos querido.
Soñé con hacerte el amor hasta que fuéramos viejos, y no sólo de sexo te hablo sino de cuidarte y hacerte fuerte, de brindarte mi amor, mi mente, mi tiempo, la atención completa un amante leal sin que perdiéramos de nuestro propio tiempo el sentido.
De hacerte volar sola en libertad y también voláramos juntos para ir pintando paisajes y no aburrirnos de de planear a veces los mismos caminos.
Déjame decirte cuantas veces le sigo dando gracias a Dios por haberte conocido, por habernos encontrado en el único momento propicio y así mismo El haya puesto el fin a lo que al final cumplió no sé aún… con algo, contigo, conmigo, con ambos.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS