Soledad…

Algunas veces tan proclamada, otras veces tan evitada, pero muchas otras veces NECESARIA.

Pedimos estar solos, cuando algo nos molesta, cuando creemos necesitar respirar y estar con «uno mismo» , cuando necesitamos escapar de todo lo que nos rodea, cuando queremos evitar nuestra realidad.

Pero la otra cara de la soledad, es más deprimente…por que no fue por selección, llega sin avisar, con recuerdos momentos más felices, de algunas cosas que anhelamos, de nuestros planes sin cumplir, o de las personas que no valoramos y ya no están.

Soledad, a veces tan amiga y a veces una cruel enemiga.

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