Cuarteto del amor paciente

Cuando ya no estés conmigo y un hada madrina te cambie el destino,

O el destino te cambie por ser la madrina un falso peregrino.

No pienses que estás sola, si ya no sonríes, te verá un campesino,

Acostumbrado al dolor, otra vez más adulto se pondrá en tu camino.

Cuando tus labios hayan besado otros labios y tu cuerpo se arrugue,

Cuando tu cabello pelee con el color que al final se le fugue,

No pienses que estás sola, un hombre sonriente tal cuál león siempre ruge,

Acostumbrado al dolor, otra vez más amable te dará siempre empuje.

Cuando el silencio te duela y quieras ser escuchada aunque sea un momento,

Un momento, un minuto; un minuto, diez años, o tal vez todo el tiempo,

Todo el tiempo estaré, escucharé atentamente cualquier argumento,

Argumento de amor, argumento de ira, argumento de un cuerpo.

Cuando ya no recuerdes quién eres, quién fuiste, y estés despistada,

Pensando “¿Quién soy”, sin atreverte a decir algo por no decir nada,

Si eso te causa dolor y en tus mejillas corrieren lágrimas saladas,

Te abrazaré y te diré… Tú eras, tú fuiste, tú eres por siempre, mi reina, mi amada.