Un día de resaca

Estoy tiritando en el trabajo; literalmente, estoy tiritando por la resaca. Anoche me junté con una mujer que conocí en un casamiento el sábado pasado y no escatimamos, para nada, en tragos. Lo paradójico de la cuestión -lo digo completamente en serio- es que del casamiento sólo tengo recuerdos difusos, pues me agarré una curda bárbara; y digo «paradójico» porque anoche también bebimos bastante y también tengo recuerdos nada claros. Y acá estoy, sentado frente a la computadora de mi trabajo, escribiendo estas líneas en vez de hacer mi faena consitudinaria. Ni sé cómo llegué a esta página y tampoco sé si alguien me leerá. ¿Quién querría saber sobre mi vida? Digo, alguien que no conozco…En fin.

Escribo para que se me pase el tiempo más rápido y para no pensar en el dolor de cabeza. ¿Ustedes se han dado cuenta que todo lo placentero siempre daña la salud? El alcohol sin la resaca sería la bendición más grande que podría otorgarnos cualquier tipo de deidad. Pero no: siempre te revienta el marote. Es así. ¿Qué le vamos a hacer?

La mujer que conocí anoche es sumamente dulce. Es psicóloga, pero, como la mayoría de la gente de esta profesión, tiene un «piro» terrible. Su locura la hace más linda, lo juro. Tiene una plétora de tatuajes por el cuerpo, y eso, creo, la torna más atractiva. Tuvimos sexo, pero yo casi que me dormía y no pude lograr el orgasmo (ella, calculo, tampoco acabó).

¿Si la volveré a ver? Creería que sí, pero no estoy tan seguro. El sábado me invitó al cumpleaños de un amigo de ella, pero soy muy reticente en este tipo de cuestiones. Es como que pienso que me ya me quiere presentar «oficiamente», y eso me aterra; todo lo que tenga que ver con responsabilidades o compromisos me aterra. De todos modos, quizás vaya al cumpleaños, pero depende de las ganas que tenga ese día. Lo que sí, ya extraño su hermoso culo. ¡Qué cosa divina, Dios santo! Anoche no me cansaba de mirarlo, es tan precioso…

Así empiezo mi primer escrito en esta página; si alguien lo lee, por favor, que me lo haga saber.

Hasta luego.

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