anécdota de otra vida

Hola a todos espero que se encuentren bien, hoy vengo a contarles una anécdota de hace algunos años, para ser más exactos esto que les contaré sucedió cuando tenía 12 años, el día comenzaba como cualquier otro, todo era tranquilo y pasivo, mi hermano mayor y yo habíamos salido a caminar en busca de algunos insectos interesantes, en el camino nos topamos con un árbol muy grande.

Mi hermano al ver lo grande que era, con una pequeña risa dijo –oye hermano, porque no intentas trepar el árbol hasta lo más alto-, sin pensarlo casi al instante en que termino de decir eso comencé a trepar rápidamente.

De la nada, una piedra fue lanzada hacia mí con gran fuerza, y esta impacta justamente y sin desviación en mi cabeza, el golpe fue tal que de un momento a otro ya me encontraba en el suelo, mi hermano despavorido y con gran temor observa como de la nada una gran cantidad de sangre recorre mi rostro a tal punto que mi camisa blanca se hizo roja.

Mi hermano con mucho terror por lo que me había sucedido, me carga y me lleva corriendo a casa lo más rápido que se pudo, al momento de llegar mi madre al verme no pudo decir ni una sola palabra, cuando reacciono, mi madre manda a toda prisa a mi hermano a conseguir materiales para intentar parar el sangrado, cabe mencionar que todo sucede mientras estaba inconsciente, a toda prisa mi madre comienza a limpiar la herida y me coloca una venda alrededor de mi cabeza.

Con paso veloz, me llevan al hospital más cercano que estaba a media hora de mi casa, para cuando reaccione ya estábamos en el hospital, estaba acostado en una camilla, rodeado de doctores que no paraban de preguntarme – ¿Cómo te sientes?, ¿sientes algo raro?, ¿Puedes recordar tu nombre?-, acto seguido, me acuestan en una cama en eso escucho como uno de los doctores llama con fulgor a una enfermera para que trajera a mi madre, con dificultad escucho la conversación del doctor y mi madre, mientras trataba de asimilar lo que sucedía.

La siguiente media hora, me la pase intentando recordar lo que había sucedido, en ese momento mi madre entra en la habitación acompañada del doctor, mi madre toma mi mano y con una tonalidad algo decadente y solloza me dice – hijo no te preocupes, el doctor va a hacer que duermas por un momento para que puedas mejorarte- acto seguido el doctor también habla con una tonalidad amable y segura – ¡no te preocupes¡, tu madre estará al lado de la habitación en lo que tu duermes, vas a estar bien-, acto seguido me colocan una mascarilla, cubriendo mi nariz y mi boca, entre inhalación y exhalación podía sentir como me estaba quedando dormido, el gas que estaba respirando se sentía fresco al inhalar y cálido al exhalar lo que provocó que el peso de mis parpados poco a poco fueran cerrando mis ojos, y sin darme cuenta ya me había quedado dormido.

No puedo decir con exactitud cuánto tiempo estuve dormido, lo único que sé, es que al momento de despertar mi madre estaba a mi lado, ella al ver que ya me estaba despertando corrió a buscar al doctor, no pasa mucho cuando el doctor entra en la habitación y comienza a preguntarme -¿Cómo te sientes?, ¿Sientes algún mareo?, ¡Por favor, no muevas mucho tu cabeza¡- , yo aun con un poco de sueño respondí sus preguntas mientras veo a mi alrededor para darme una idea de donde estaba y que hora era, el doctor con seguridad le dice a mi madre – Señora, su hijo ya está bien, si gusta puede retirarse a descansar un poco, nosotros lo estaremos vigilando y cuidando- mi madre con una tonalidad preocupada responde – Está bien doctor, pero antes de irme quisiera despedirme de mi hijo sino es molestia-, el doctor la acerca a mí y al instante mi madre me abraza y me besa las mejillas mientras me dice – hijo vas a estar bien no te preocupes, voy a estar al pendiente de ti -, a esto solo puedo decirle – si mamá, está bien- , acto seguido mi madre sale de la habitación y al hacerlo el doctor se acerca a mí y pone su mano en mi hombro y con una tonalidad amable me dice, – Si te sientes mal o necesitas algo, no dudes en decirle a las enfermeras-, a esto solo pude asentar lentamente la cabeza señalando que sí, poco después el doctor sale de la habitación y yo me quedo solo en la misma, pensando en lo que había sucedido, después de un rato, aun sentía un poco de sueño y decidí dormir un poco más.

Nuevamente perdí la noción del tiempo, de repente comienzo a sentir un fuerte dolor en mi cabeza, rápidamente llamo a una enfermera que caminaba cerca de la habitación, esta se acerca a mí y al verme llama al doctor, no pasa mucho tiempo cuando este llega y me dice – ¿Cómo te sientes?-, yo le respondo que me duele la cabeza y sentía muy caliente mi cuerpo, acto seguido el doctor revisa mi temperatura esta era de 39º al ver mi temperatura me pregunta – ¿Sientes algo mas parte del dolor y la fiebre?-, yo le respondo que no mientras no podía hacer nada más que sujetar mi cabeza, el doctor rápidamente manda a la enfermera por un suero para intentar disminuir mi temperatura y dolor, no pasa mucho tiempo cuando comienzo a sentir mejoría, el doctor meda una pastilla para mi dolor de cabeza.

Al cabo de una hora, ya no sentía dolor ni tampoco tenía temperatura, después de eso el doctor me dice – Llamare a tu madre para que comience a organizar el papeleo, te daremos de alta para que regreses a casa-, al poco tiempo mi madre llega y trae consigo una muda de ropa para mí, para ese momento no dejaba de preguntarme ¿Quién había lanzado esa roca?, asi que le pregunte a mi madre si sabía algo al respecto, ella me responde – Si, una señora fue a la casa a pedir disculpas, ya que su hijo fue el que había lanzado esa roca, pero no lo hacía con malas intenciones el solo quería asustarte mientras subías el árbol al parecer-, después de la explicación de mi madre supe que se trataba de un vecino, al llegar a casa todos comenzamos a hablar sobre lo que había ocurrido y a reírnos un poco por como lucia en ese momento, al poco tiempo el vecino nuevamente regreso a la casa para pedir disculpas, y lo perdone, de hecho le pedí que me explicara como había hecho ese lanzamiento y cada vez que nos vemos, recordamos todo lo que había pasado aquel día.