No hables a mi de vicios, si no haz visto el precipicio.

No hables a mi de vicios, si no haz visto el precipicio.

Una canción de un rapero chileno dice, «prendo un blond (cigarrillo de marihuana) en mi barrio  se parece a Singapur». Esto me hizo recordar, al cambio que tenían las torres de la población penitenciaria donde me encontraba. 

Una vez empezamos a ver dinero, através de las apuestas de briscas,( juego de cartas españolas)  Yo era muy habilidoso contando cartas, nuestro señuelo, hacia muy bien su papel, los gendarmes enojados pagaban sus apuestas, mientras los otros reos dejaban cigarros, marihuna, pasta base y cocaína. El acceso a eso no estaba mal, aquí «los años parecian que fueran siglos». Probé de todo, pero la verdad, siempre fue la marihuana la que hacía parecer, que las torres de la población penitenciaria, parecieran Singapur. 

La cocaína no la sentía, no comprendía su efecto, según yo, no me hacía nada, la pasta base me provocaba, una sensación muy misteriosa, inexplicable para ese entonces, no quise experimentar más con eso, por el momento la experiencia ya estaba, no necesitaba nada mas, ya la conocía, siempre presente cierta inquietud por experimentar, queria saber que se sentía todo, con la pasta base por el momento ya estaba, era de Giles, (tontos) decía Pachuco. 

Fumabamos marihuana y los años ya no parecían siglos. Con el maxi y el travieso, hacíamos música, yo no cantaba yo escribía, ya tenía bastante claro que no era igual, solo era un papel que me quedaba bastante bien, nos entreteniamos en eso, fumabamos marihuana y hacíamos canciones, a Pachuco le facinaba escuchar tanta mierda contra el sistema, al travieso le entretenía y al Maxi lo cambio, decía que a lo que saliera haría música, y haría famosas mis letras, que eran punzantes, críticas y tenían un dejo de autoayuda, que para ese entonces, no tenía idea que eso eran.

Travieso tenía más calle que yo, sabía cosas que para mí eran desconocidas, un día llegó con un tarro de neoplen (artículo para pegar cosas de madera), me dijo , -Está cosa te hará volar de verdad, solo debes aspirar rápidamente y profundamente-. Me parecía charlatanería, debía probar, empiezo a fofiar, (denominación que se le da al consumo de soluciones, tales como, neoplen, bencina, tolueno, barniz, pintura,etc) en cosa de unos segundos empiezo a sentir un ruido en el oído, como el silbato de un árbitro de futbol, pero continuó, luego me fui, no estaba, en una especie de universo paralelo me encontraba, muy sicodelico, pasaron muchas cosas de mi vida por una película, muy díficil de entender, me dejaron algo, un mensaje, díficil de procesar pero con un sentido. Fue mi primera vez que alucine, siempre encontré hay algo místico, que no e podido probar y me falta peso en mis palabras, para que se entienda.

Fue una tarde diferente, después de seis meses, que habían transcurrido, al otro día el dolor de cabeza, no se podía soportar, el olor de tu boca según el travieso, provenían del estómago, por eso duraba como dos días el olor en tu boca, era asqueroso sentir ese gusto a goma, por eso en cana (en prisión) a los que constantemente hacían este ritual, se les llamaba los guata (estómago)de goma, ya que al mismo estómago iba a para todo esa tóxica sustancia. Sin duda, yo para categorizar está situación, citó a don alejandro Enrique Parra.

-Experiencias fuera del cuerpo:

Una evaluación del constructo de transliminalidad y límite «fino» como anomalía cognitivo-perceptual.

Podria darte clases un poco de esto, ya que estudie algunos años después de salir de la cárcel, otra historia más que podría contarte, en resumen, habla de alucinar con otro yo. Era una experiencia fuera de órbita, sí no fuera tan dañina, te lo recomendaria experimentarlo, pero debo advertir tambien que se forma en una adicción macabra, cuántos jóvenes vi mal por eso, en la calle y la cárcel, literalmente te come el cerebro, te deja desprendiendo saliva sin fuerza de uno de tus dos extremos de tus labios, a mi no me lo cuentan yo lo vi, jóvenes quedaron sin ningún tipo de motricidad, por meterse tan dañina sustancia,  en mi país, le explotó una bolsa de neoplen en la cara a un niño, que vivía en las caletas del río Mapocho, niños que no tenían más de 9 o 10 años, en la bolsa se hizo una combustión extraña, más el cigarrillo que fumaba aquel niño, que yo calificaría como bebé, hizo que eso explotara en su cara, esto salió en los diarios de mi país, te cuento que con esto, se llegó a retirar el tolueno que contenía el neoplen, neoplen que era de fácil al alcance en una ferretería cualquiera, eso niños no fueron más felices y ni mucho menos rescatados, otra vez se miró, para legislar desde el empresario, si los niños siguieron hay, nadie hizo nada y me cuesta trabajo llegar a creer que algún día hagan algo.

En otras ocasiónes, tuvimos la posibilidad de probar, éxtasis, chicotas, católicas, LSD, hasta unas pinchadas de heroina nos pusimos alguna vez, gracias a mi habilidad en las cartas, ya no solo era un hábito el habitado, ahora se unían a todo esto, las putas drogas.

Un año y tres meses, ya no solo los días parecían siglos, también las horas se habían vuelto años, haciendo más tenso el día, y más difíciles los segundos, eran días largos, como mi país, con procesos largos, como se hace en mi país. Me refugie en la melancolía, en la frustración, en la depresión, ya la había pasado tan mal, que creí que ese era mi lugar, lo oscuro, lo malo, lo negro, lo depresivo esa debía ser normalidad para mí, «Ese que no soy yo pero me sale muy bien», decía la historia. 

No sabía si era idea mía o la vida andaba de casting en casting y siempre encontraba un papel y me hizo buen actor, pues me salen muy bien, cada papel que me entrega.

Una noche borracho en clonazepam, sin tener ni una excusa está vez, le di dos cortes al cerdo, que me rogó parará y de drogado no pude parar y le di dos más, casi lo mato, de eso me acordaba yo. Travieso me contó, que de pasada corte al Pollo y al Fran, tremenda noche me había mandado, estaba arrepentido pero no podía reconocer, ya que estaba en ese papel que me sale bien.

Empeze a caer en depresión, ya solo quería aprender cómo usar de diferentes formas la droga. Conviene marihuana con pasta base, Travieso me dijo que eso se llamaba «marciano», lo fume unos meses, yo decía estúpidamente, esto es un manjar de los dioses, estúpidamente digo, porque él manjar de los dioses estaba en al pasta base sola, sin más compañía que ceniza y un tubo de cobre, una pipa improvisada. La depresión que tenía se llevó de lo mejor con la pasta base, después entendí porque, ya les conté que tuve una pasada por la universidad.

En aquel arrebato, me lleve conmigo la radio, la tire desde la torre para abajo, ya ni para música teníamos, El Maxi cumplió su condena, muy feliz decía que lo veríamos triunfar, no lo debe haber querido tanto, porque termino muerto, en una balacera por un asalto de poca importancia, quería conseguir drogas nos contaron, la puta pasta base había echo lo suyo con Maxy. Con nosotros seguía igual, Pachuco el jefe, molesto, pero no con nosotros, el miraba distinto, como les conté alguna vez, el no era igual, el era como yo, pero muy por encima de mi nivel, yo tenía mucho que aprender aún. Pachuco estaba molesto con el traficante, «mata choros», le llamaba, frase que hace aduciendo a que los traficantes mataban a los ladrones o gente de población con el veneno que vendían, muy sabio era el Pachuco, se me ocurrió cuando en el «chavo del 8» Ron Damon decía: «la culpa no es del chancho, sinó del que da el afrecho» bajo la mirada del Pachuco, aquí este dicho pegaba justo, igual como pegaba la pasta base con mi depresión, no me levanté, mas que para jugar brisca y pagar mi pasta base, me veía flaco y arruinado, mucho más que el día que llegue preso, pero yo decidí, matando al bastardo ese de Matias. Con el travieso pasamos momentos terribles con esa droga, es que te deja paranoico y crees que todos te quieren hacer algo, eso sumale que estás en la carcel, donde de por si, la gente te quiere hacer algo. Pachuco dormía con una tabla en el pecho y se acostumbro a dormir boca arriba, así tenía cierto escudo para poder dormir un poco tranquilo, le copié la estrategia en base a la paranoia y tan bien por precaución yo soy muy loco con drogas y podía hacer algo de lo que me pudiera arrepentir alguna vez.

Con travieso nos fuimos casi juntos para la calle, un mes de diferencia el salió antes que yo, pero el se fue y yo como que mori por unos momentos,  así que mucha diferencia no hubo.

Una vez en la calle, lo primero que fui hacer, fue ir a ver a mi compañera, me dijo -Estás irreconocible-, yo no le permiti ir más a verme, ya que para entrar debía pasar por humillaciones y tocaciones de gendarmes, que de seguro se propasaban, aprovechando su posición.

Muy mal estaba en realidad, mi compañera siempre enamorada, yo entré a los 18 años de edad, salí a los 21 años, hasta los 25 el consumo de drogas fue una autodestrucción sin sentido, todo lo que conseguía de dinero, se hacía humo, literalmente humo, humo blanco proveniente de esa pipa, maltrecha y con olor a basura como muchos le llamaban.

mi compañera una mujer carente de muchas cosas menos de amor, jamás la juzgaria, su falta de educación, su inmadurez, no se en realidad, la llevo tomar una decisión que salvaría mi vida por un tiempo.

un hijo tuvimos ya te hable de el » mi primer hijo, se llama la historia» hay cuenta, como una cosa tan pequeña, podía hacer cosas tan grandes, yo sabía de la existencia de este niño, pero ciego por las drogas, le robe dinero a mi compañera, dinero que estaba destinado a la alimentación del niño y sus pañales. Al otro día sin querer creer lo que había echo, salí hacia el patio trasero donde vivía, tomé una manguera y la ate a un nogal que ahí estaba dando sombras, a las siete de la mañana. Me subí a una silla, puse un nudo en aquella manguera fria, más que mi corazón la otra noche, y me deje caer, nosé cuanto paso, no sé si morí, solo recuerdo oscuridad y silencio absoluto, al despertar unos paramédicos, la policía y mi compañera aún gordita por el embarazo. En el momento que me hacían RSP, yo empecé a pararme desde donde estaba acostado, y mis manos como queriendo alcanzar el cielo, luego caía y volvía a pararme, eso me contó mi compañera y la vecina de atrás que fue quien me encontró, quien a su vez le contó a mi compañera, que yo le había cambiado la vida con esto y jamás podría sacar de su cabeza lo que vio ahi aquella madruga……En un mundo como este, poco se deja a la mirada esperanzadora, yo con el tiempo comprendí, que esto paso por algo y todo pasa por algo, nada está al azar, solo tienes que estar muy atento a los mensajes de la vida y sacar de cada experiencia una lección, sin importar si tropiezas o no con la misma piedra, algún día dejaras de hacerlo, lo importante y ten lo claro es nunca bajar los brazos, por que si lo haces terminaras en calle, tus sueños se acabar y siempre recuerda que es mejor morir luchando, que creer que esa vida mereces o que se te haga hábito ser idiota.

  

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