Me gusta escuchar en la madrugada el ruido del tren llegando a la estación.

Me gusta porque me acuerdo de estar parada viendolo venir para que vaya a la facu.

Me gusta porque me acuerdo de esas mañanas tomando chocolatada mientras olía los árboles y sentía el frío del invierno a las siete de la mañana.

Me gusta escucharlo porque siempre lo ví como un medio de transporte rápido que te lleva a distintos lugares en veinte minutos.

Y ahora que me acuerdo…

Extraño todo eso. 

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