-Vamos a comer. Te tengo algo bien gordo que platicarte, ándale ya vámonos.
-Como vez, que tal tu fin. ¿En serio? Vientos por ti. Bien muy bien. A mí pues que te digo, pintaba para un muy buen fin de semana, ya la tenía armada y pues no, no salió como quería.
– ¿Tú que vas a pedir? Señorita a mí me traes la sopa al gratín, mm, una carne asada bien cocida y para empezar una cervecita. Si negra está bien. Gracias, gracias.
– ¿Si sabes no? Que ando queriendo con la de personal. Ya tiene rato, ¿En serio no sabías?
Pues bien te pongo al tanto, ya sabes me latió desde la cena de fin, y bueno comencé a hacer mi labor…
-No ella ya hace rato que no andamos, si me dejo bien clavado y si no tan fácil me costó olvidarla. Si como no, la verdad si la pasamos muy bien.
-Ya todo mundo nos hacía comprometidos. Si la llevábamos más o menos, más bien que menos; pero no tanto como para hacer un compromiso.
-Sí, sí, claro éramos la parejita, en cualquier evento allí estábamos, no podíamos faltar.
– ¿Pero neta que no sabías? Ya en la última fiesta que se organizó ya no fui; al final creo que tampoco ella fue, la verdad, si le sacaba a encontrármela.
-No, no, no es que acabáramos mal, ya sabes el que me empezaran a preguntar o toparme con ella y no saber qué hacer.
-A pues tu si fuiste… En serio si les calo no vernos; pues fíjate, me estás dando la razón.
-Pues mira te cuento, ya la tenía bien armada; como te decía ando queriendo con la de personal y bueno que te digo la invite a salir, tenía planeado ir a un barcito para hacer antesala, uno de esos cachondos; si ándale ese mero, para que se fuera dando cuenta para donde iba.
Y de hecho allí fuimos. Ya sabes yo dándome mi taco, le daba sus vueltecitas por su oficina para hacerla sentir ansias.
– ¿Si me viste el viernes como venía vestido, verdad? Ándale bien Dandy. A la salida hasta me hice wey un rato, si para hacerla desesperar un poco. Y si, tuvo su efecto.
-Cuando salí la vi con su carita de «ya me dejo plantada» ¡sí! me dije. ¡Ya se armó! igual saliendo del bar, un hotelito o a mi depto. Todo dependía de como saliera; tampoco quería algo ya tan en serio…
-Si me late, y mucho la verdad sí. Además, ya tantos meses sin nada, pues si cala, mira, ve mi manita ya de tanto jalar. (Ja, ja, ja) si verdad no se me vaya a hacer vicio.
-Pues te digo, tomamos un taxi, trate de tomar el mejorcito. Si la idea era esa, tratarla como reinita.
-Si te estas imaginando la escena, puff de lujo. Si no te hagas bien que te la estas saboreando. Neta que no hay pedo.
-Bueno pues te sigo platicando, llegamos al bar y como siempre hasta la madre; pero yo ya había reservado así que no me preocupaba.
– ¿Si la viste como venía vestida, ¿verdad? si súper, se veía genial.
-Pues allí estábamos haciendo fila, yo haciendo platica de cualquier tontería del trabajo, trivialidades…
-Ándale, pendejadas de ese tipo. Lo bueno lo tenía reservado ya para cuando estuviéramos adentro.
-Si te digo estaba hasta el tope, obvio una fila para los que reservamos y la de los weyes esperanzados en poder entrar.
-A pues sí. Te acuerdas ¿verdad? La primera vez que fuimos, éramos varios.
-No, aun no andaba con mi ex, de hecho, creo ya andaba tratando de ligar.
En serio, si es cierto tú si ibas bien acompañado.
-Ya estábamos a tres lugares para entrar, y justo cuando me le acerco para decirle algo más personal; y justo en ese momento, zaz.
– ¿Quién crees que estaba en la fila ya para entrar?
-Era ella, mi ex.
-Si en serio. No me había dado cuenta; yo estaba en mi rollo. Si seguro que era ella.
-Tú sabes, tantas veces verla caminar… Además, no sabes, me encantaba, me encantaba ir un paso atrás de ella para verla andar. Me acuerdo me decía «Eres un pervertido» y se reía.
-Además, ya sabes siempre después de… como me gustaba verla cuando se paraba e iba al baño, así desnuda, me excitaba, me encantaba verla…
-Pues te digo, allí estaba, delante de nosotros.
-No, no, no, ella nunca se enteró, para cuando entro a ocupar el puesto ya habíamos tronado, no lleva mucho.
-No, no, tampoco ella nos vio, siempre se mantuvo de espaldas, además iba bastante bien acompañada, ni se enteró de nosotros.
-La verdad no. No sentí celos, más bien todo esto me enfrió, a partir de que la vi, valió madres todo mi plan.
-No sé, la verdad igual y la hubiera saludado, o hacer como que no pasó nada; pero paso todo lo contrario…
-Ni siquiera sentí eso, no nunca pensé en que me cachara, además de que. No, fue algo muy raro, y como te decía, valió madres.
-Como que hice; ya nada, hacerme pendejo, tratar de esconderme para que no nos viera.
-Y lo peor, ya adentro, no supe que decir, me la pase diciendo pendejadas; si le hubieras visto la cara de decepción con la que se pasó el resto de la noche.
-Si hombre, horrible; fatal, no sé quién de los dos tenía más ganas de que acabara la noche si ella o yo. En serio me sentí de la chingada, incomodísimo, es más ni el alcohol me sabia, cada trago que daba lo sentía más frio que el anterior, la música me parecía estruendosa y apenas si escuchaba lo que decía.
-Peor aún, no creo que ella me haya entendido lo que decía, me contestaba que, si o que no moviendo la cabeza y cuando de plano no me entendía hacia la que bostezaba, miraba su reloj, hacia como si tomara, pero nada más hacia la finta. ¡Se la llevo con dos copas toda la noche!
-Si en serio. De la chingada. Y yo me la pase mirando de reojo a mi ex, para ver si no volteaba.
-Hasta que de plano le dije: ¿Nos vamos? Y que toma sus cosas. Espera le dije, deja pago la cuenta.
-Ya nos salimos y en la calle le dije: ¿Te acompaño?
-Pues que me manda volar, si de plano. Muy linda la cabrona me mando a chingar a mi madre.
-Si me dijo: No te apures, ahora tomo un taxi. No te molestes. Y hasta con suerte, el taxi llego como por arte de magia. Se subió en chinga y apenas me pude despedir de ella.
-Me quede por un largo rato mirando por donde se fue el taxi…
-Si como pendejo, mirando a la nada, viendo como mi súper plan de pasar una excelente velada se iba a la mierda.
– ¿Cómo que hice? Pues me fui a mi casa… y a pasar un fin de semana de la chingada.
– ¡No hice ni madres! Según me iba a poner a ordenar mi closet, me hice pendejo apenas si colgué un par de cosas y me puse a ver tele; el domingo me levanté hasta medio día, según fui al mercado para distraerme un poco y ver que comía. Pero acabé comprando cualquier pendejada, ni me la comí, me supo a madres, se la termino tragando el perro.
-La verdad ni me bañe en todo el fin de semana, me la pase con los mismos pantalones y la misma playera…
-Si en serio, así me fui al mercado, todo apestoso y valiéndome madres. Hasta mi vecina se me quedo viendo raro. ¿Y este mugroso de dónde salió? Ha de haber dicho. Y la llevo bien con ella, hasta le ayudo con sus cosas cuando llega del mercado, y me saluda muy linda. Pero ayer me vio y hasta se dio la vuelta, como si se le olvidara algo.
-Pues sí, así de jodido me he de haber visto.
-Yo quería que acabara el fin de semana, que acabara la pinche semana he irme a la chingada. Solo de pensar en que la tenía que ver este lunes, se me ponía la carne de gallina.
-Peor que si le debiera lana al más cabrón de la oficina.
-Ándale a ese wey que es bien ojete. Pinche mamón, si le pides una pluma no te deja de chingar hasta que se la regresas.
-Solo una vez se me ocurrió pedirle dinero…
-Andaba bien jodido, y fue el primero que se me atravesó y como la llevaba bien con él. ¿Qué podía pasar?
– ¡No mames! No me la acababa; me estuvo fastidiando por días, no me lo quitaba de encima…
-Exacto, igualito, así sentí hoy al llegar, todo el día me la pasé evitándola.
-Claro que se dio cuenta; todos los días me veías con ella, buscaba cualquier pretexto para ir a verla. De entrada, al llegar lo primero que hacía era ir a su oficina; y sabes el cafecito, y el clásico: cómo te fue…
-Y hoy, pues si, fue diferente. Me hice el desaparecido, según yo muy ocupado; haciéndome pendejo, inventando cualquier pretexto para no verla.
-En serio, me la pase haciéndome wey con la compu…
-Pero deja te digo lo peor. Que me va a buscar…
-Como que hice. Pues nada, cagarme en los pantalones.
-En serio en cuanto la vi entrar a mi cubículo, me quería salir por la ventana, agarre cualquier papel, he hice como si estuviera leyendo un oficio. Se me corto la voz, sentía que me temblaban piernas y manos…
-No, para nada, ni enojada ni molesta… Eso si bien retadora, me buscaba la mirada y cuando me tuvo de frente abrió sus enormes ojos y con una sonrisa burlona que me dice: ¿Qué pasó? Ahora no me visitaste.
-Si exactamente, las manos en la cintura, la mirada retadora y su sonrisa burlona.
-Y de pendejo que le digo: nada estaba ocupado. ¿Y qué tal tu fin?
-Fue mi sentencia, ahora si se encabrono. Solo me dijo: ¡Nada! Esperaba algo bueno, pero no, aburrida, bastante aburrida.
-En cuanto dijo eso, los segundos se me hicieron horas. ¿Te veo al rato, comemos?
-Que se voltea y ya para salir que voltea y me dice: Deja ver como esta mi día. Te aviso.
-Si, me mando a la chingada con estilo.
-No sé, no tengo idea…
-Si, en eso tienes toda la razón, que me recomiendas, ando bien sacado de onda, no sé qué hacer.
-De plano. Eso crees.
-Así, llego y le digo la verdad. Que estaba mi ex y me puse nervioso…
-Y a poco crees que me la va a creer. Me va a decir, si wey no te preocupes, cuando quieras volvemos a salir, solo habla con tu ex para que no vaya.
-No seas mala onda, no te burles, si en serio no sé qué voy a hacer.
-Como vez, nos vamos; pides la cuenta, voy rápido al baño. Sale regreso.
– ¿Cuánto fue?
– ¿Nos vamos?
-Entonces como la vez mi estimado; así de plano le digo la neta, y a ver qué pasa.
-Te voy a hacer caso, donde salga mal; la neta si te la armo.
– ¿Cómo que por qué?
-Ando bien clavado con ella. Y no quiero perder esta oportunidad.
-Mira nada mas de pensar en llegar y que se nos cruce…
-Si la neta, me están sudando las manos. Mira como tiemblo.
-No estoy exagerando, es en serio.
-Pues mañana hablo con ella.
-Si en serio para que hacerla mas larga. Además, no creo aguantar toda la semana. Otro fin como el que acabo de pasar, ni loco.
-Ándale ahora si me vecina me hecha andar a la policía. Si me ve igual de mugroso.
-Bueno, te dejo…
-Si mañana mismo hablo con ella. Y lo que pase, ya te estaré contando. Eso si antes no me aviento por la ventana.
-Sale mi estimado, te veo luego.
-Órale ya está hecho; te cuento en cuanto hable con ella.
-Mañana, mañana; no puedo dejar pasar mas tiempo. Ya te estoy haciendo caso.
-Bien, nos vemos. Sale, gracias. Gracias por todo.
Manuel Soriano
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