El Amor Más Grande Del Planeta

El Amor Más Grande Del Planeta

Luz Vivar

25/11/2017

¿Érase una vez? No, eso es para cuentos, vayamos a la realidad.

15/agosto/3010 12:00 am

Es de madrugada y recuerdo aquel día que vi por primera vez un mundo destrozado, el que nunca imaginé conocer. Escribo lo que Bert mi padre compartía conmigo antes de fallecer.

Hace muchos años existió la más grande maravilla, un planeta que muchos pintaban de color verde y azul. Sí, azul. Azul como el océano, la mar y todo lo bonito que se nos venga a la mente. Y digo que existió, no porque haya desaparecido totalmente sino porque perdió la razón de su existencia. Perdió agua, tierra. Perdió vida.

Yo soy la creación de mi padre, ese viejo que muy tarde se dio cuenta del gran regalo que tenía ante sus ojos pero que por ceguedad nunca lo vio.

Él fue uno de los pocos sobrevivientes, uno que formaba parte del montón en aquel año, de esos que no hacían caso a las alertas y se la pasaba ignorando a quien le hiciera algún tipo de llamado.

Una noche de noviembre, aquel viejo salió a navegar con su hijo Tom, había tormenta y el golpeteo fuerte de una ola hizo sacudir aquel barco con una gran fuerza que los mandó a un lugar que nadie había visto. ¡Estaban bajo la mar! Arena, peces, tiburones, millones de seres por doquier. ¿Qué rayos había pasado? ¿Dónde estaba Tom? Desafortunadamente Tom había muerto.

Bert al darse cuenta sintió un nudo en la garganta, estaba hecho pedazos y lloraba por dentro, pues había perdido a su único hijo. Tan grande fue la conmoción que tardó en percatarse de que estaba respirando bajo el agua.

De pronto una intensa luz se hizo presente junto a él, subían y bajaban destellos y una figura se transparentaba. ¿Qué era aquella cosa? No era una cosa, era una persona, un cuerpo que había perdido la vida en un abrir y cerrar de ojos.

Tom se hizo presente ante su padre, realizó señales y le susurró al oído: “esta en tus manos, rescatar lo poco queda. Adiós padre”

Bert cerró los ojos pensando que solo había sido una terrible pesadilla, pero no, todo era real. Tan real como el azul del cielo. Cuando los abrió la lluvia golpeaba su cara y se dio cuenta de que estaba en la playa y estaba vivo, pero ya no tenía al motor de su existencia lo único que le quedaba era la gran enseñanza que su hijo muerto le había dado.

Con mucha dificultad llegó hasta su casa y desde su ventana veía la fuerza con las que azotaban las olas con los lugares más cercanos, por otro lado, la tormenta no tuvo piedad y arrasó con todo lo que encontraba a su paso. Había sido un largo día y Bert se quedó dormido sin darse cuenta.

Al día siguiente de la tormenta la gente salía a la playa y comentaban lo sucia que estaba la mar, las cosas que había en ella y la furia con la que las olas se mecían. Sin embargo, Bert decidió quedarse encerrado en su casa hasta que tuviera la solución para el más preciado regalo que el mundo pudo darnos.

Pasó horas y horas entre tornillos y herramientas hasta encontrar lo necesario para crear una persona de metal que le ayudara a solucionar los grandes problemas que había universalmente. Se pasó día y noche trabajando en ello durante semanas mientras la tormenta crecía, hasta que creó a un ser fantástico. Ya se preguntarán quien es ese ser fantástico, pues soy yo, Tomy, ese fue el primer día que vi a un mundo destruyéndose.

Bert me adoptó el nombre de Tomy en honor a Tom su fallecido hijo, me dio su cariño y lo llamé papá. Pasamos toda la noche platicando sobre el objetivo que tenía en mente, la meta que quería cumplir. Quería salvar el mundo y yo iba a ayudarlo, quería rescatar un mundo que se estaba cayendo a pedazos cada minuto que pasaba.

21/Diciembre/3010 08:00 am

Los meses pasaron y no hayamos solución alguna, durante mucho tiempo la Tierra nos daba señales de auxilio, nos gritaba y no la escuchábamos.

Ahora las consecuencias, la gente empezaba a preocuparse por los repentinos cambios de clima que había en la isla. Desafortunadamente la Tierra estaba muriendo cada segundo y con ella los habitantes, a causa de una extraña enfermedad.

Bert enfermó también y cada día iba empeorando más. Lo quería y temía perderlo.

25/Diciembre/3010 11:52 pm

Es navidad y Bert ha muerto su cuerpo no resistió más. Me siento muy vulnerable, triste, desconsolado. Quisiera llorar, pero no puedo, ni siquiera tengo un corazón que bombee sangre en mi cuerpo. Ni siquiera tengo el poder de sentir. Pero lo siento, dentro de mi hay millones de emociones que aún no puedo explicar. (No sé de donde provienen)

Hace 18 minutos recibí el último abrazo del hombre que me creó, de mi padre, mi mejor amigo. Ya no escucharé más historias de él, ni el ímpetu de sus cargadas.

Se ha ido y no puedo hacer nada más.

26/diciembre/2017. 12:05 pm

Y así surgió el amor más grande del planeta.

Es tiempo de descansar.

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