Foto de familia
Es marzo del 2004, en el centenario de nuestra bisabuela Marina. Tengo una lesión en el cerebelo y la movilidad reducida. Tampoco controlo los movimientos de mi mano derecha. Soy plenamente consciente de lo que me pasa y siento mucha frustración por no poder disfrutar y moverme como lo hacen mis primos. Me encantaría salir con ellos a ligar y a disfrutar de la noche un poco. Me lo paso bien cuando alguna vez me llevan por ahí. Mis primas me gustan mucho. ¡Son tan guapas!, pero a todos ellos los veo muy poco porque vivimos lejos y raramente coincidimos; sólo en celebraciones y viajes al pueblo alguna que otra vez. ¡Ah! y en los 2000, algunos otoños en la vendimia cuando, para cabreo de mi tío, nos pasábamos el día haciéndonos lagarejos y tirándonos uvas como si fueran perdigones. ¡Nos lo pasábamos tan bien!
En ocasiones caigo en depresiones, pues cada vez tengo menos control de los movimientos y soy totalmente dependiente. Como cuando pierdo el equilibrio, acabo en el suelo, lloro como un niño y pienso que no debería hacerlo porque ya tengo 22 años. A veces siento que soy un engorro para mis padres y hermanas, si bien yo me acuerdo sobre todo de los momentos de felicidad, cuando me comprendían (aunque a veces se enfadaran conmigo, sobre todo mi padre), cuando me acariciaban, cuando acondicionaban la casa para hacerlo todo más llevadero, cuando me llevaban a un centro de rehabilitación cada día, cuando iba de viaje con ellos, en fin, en aquellos momentos en que pensaba que la vida tenía cosas buenas a pesar de todo.
Me gusta mucho comer. Mi plato favorito: el jamón de pata negra. Me riñen porque no quieren que engorde pero a menudo me entra un apetito compulsivo. Es un placer al que no sé renunciar. También me gusta que me hagan reír. Mis carcajadas se oyen en cincuenta metros a la redonda. A veces me dicen que sonría, que tengo una sonrisa muy bonita y yo lo hago porque no me cuesta mucho complacerles en algo que me resulta tan fácil.
Sigo entre vosotros y estoy seguro de que vosotros también estáis conmigo de alguna manera, aunque sea en ciertos momentos del día. Os sigo queriendo y, desde este lugar apacible, agradezco todo lo que hicisteis por mí.
Xavi
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