Musa

Te alojaste en mi sombra,

cómo prescindir de ti si ya capturas mis distracciones

obligas mi breve futuro.

En esta terrible soledad te busco desesperado

necesito tu brillo, un sonido,

cualquier señal aunque sea débil,

que me salve

que devuelva la espesura a mi sangre,

que me afirme a estas calles para no salir volando.

Musa amarga

alimentas mis sueños inútiles 

engañado por la luz de tus ojos,

pregunto: ¿quién eres?, ¿qué?

Claudio Daveggio©

Por dentro

Luchan, mis emociones, mis vísceras,

por ti sin explicación,

un capricho, una obsesión, un mal de amor, una fantasía,

una fuga.

Dónde está la razón de perseguirte sin más sentido

que el placer de torcer lo cotidiano,

decidir hacerlo no marca necesariamente estar en lo correcto,

huir, tampoco es la verdad.

Mientras busco 

un chorro de luz baja de entre las lágrimas del cielo

tu imagen suspendida en sus brillos

regala algo de sentido a mi situación,

sin embargo, una revelación milagrosa

está vacía de certeza

si no existe un espejo en el corazón donde se grabe.

Si posaras una mano en mi frente,

ahí, tal vez ahí,

abandonaría este camino violento e incierto

quieto, ojos cerrados, me dejaría vencer.

Claudio Daveggio©

Intención

No es mi puerto el sudor clandestino,

ni los cuerpos entre paréntesis,

si no la desnudez del alma,

construir cercanías y no cadenas;

la ilusión del camino, muchas veces,

es más fuerte y atrayente

que el lugar donde llegamos.

No sabrás de mí

yo en cambio sabré del pliegue en tu párpado,

no tendrás idea de mi anhelo, 

por el, escribiré sujeto a tu rostro,

caminarás despreocupada de quien soy,

mientras en mi cuaderno línea a línea quedarás retratada,

Saldrás en viajes 

como un ave incansable seguiré tu vuelo.

No tengo intención de abandonar mis arraigos

pero sin lugar a duda mi pupila se dilata

abarcando más espacio para que entres tú.

Claudio Daveggio©

Huí

La duda me miraba directo

cómo explicarlo, inútiles hubieran sido mis palabras;

preferí huir de mi confusión

correr hacia ti, dejando botada mi vida.

En medio del laberinto llegó la incertidumbre

tendría el corazón fuerte para regresar,

contar todo nuestra historia,

no,

sólo los dementes se enamoran de sus musas.

Con risas y bromas

daría un ovillo de explicaciones

sobre cómo los creadores sufrimos ataques de locura temporal,

siendo esa nuestra ventaja comparativa.

Pero de lo que de verdad sufrimos

es creer a pie juntillas nuestras fantasías,

de dibujar resplandecientes hadas,

cristalizar sus cantos en nuestros tímpanos,

sufrimos porque esto no lo entiende nadie más que nuestro diván.

Claudio Daveggio©

Aves

Encierro en mi boca, con ambas manos,

las palabras, las mismas que te dijeron -sueño mío-

Son aves,

quieren salir en estampida,

repartiéndose por el mundo, diseminando la verdad;

las reprimo, aunque me horaden los pulmones.

No las digo,

las escribo,

es imposible contener los sueños en jaulas,

un impulso, un vuelo superior,

lucha picoteando mis las manos.

Claudio Daveggio©

Temblor

Dejo pasar los automóviles,

para dar por cierto esto que siento,

un delgado temblor mueve mi estructura, frágil hace tiempo.

No puedo determinar su epicentro,

su razón de ser;

vivo esperando ansioso con obsesivas ganas que aparezca;

trás su efecto vienen los recuerdos tuyos,

paisajes donde descanso.

Cuando en mis dedos anuncia su llegada,

me rindo al pulso de las palabras,

con miedo cumplo esta tarea ineludible,

las escribo,

luego las leo para retinarlas con afecto;

el día que ya no tenga memoria,

serán mi voz

contarán la historia que mi boca niega.

Claudio Daveggio©

Reflexión

No se nada de ti, me apeno,

me di cuenta,   nada.

Todo lo inventé;

tus ojos,   nunca me miraron,

tus manos,   nunca me buscaron,

todo mentira, mi propia mentira,

un consuelo delirante.

Entonces… qué vi,  por qué sentí,

… lloré,   qué pena lloré, si eres nada, por qué lloré.

Detrás del delgado vidrio de esta, mi ventana,

se filtra borroso el mundo,

todos pasan buscando o huyendo,

yo aquí, defendiéndome de la soledad,

a golpe de palabras,

arrancadas una a una, como canas de años

esperando un amor.

Claudio Daveggio©

Solsticio

Llora el espejo con una simetría perfecta,

mientras mi dedo dibuja tu recuerdo;

despierto con la barba crecida, la boca seca,

tres cafés y una ducha helada me sacan de lo nulo.

Miro tu rostro en el vacío inflamado de mi cráneo,

simulo un trazo de tu único mensaje en un  rito diario,

ahi, recién empieza el día.

Mi perro mueve la cola porque siempre lo hace

yo me desahogo a gritos porque siempre lo hago,

afuera comenzó el invierno con un día soleado, pero es invierno,

para ti es verano con un día lluvioso, 

yo no estoy ahi, para decirte lo hermosa que eres,

pero es verano y caminarás liviana sin mis palabras.

Claudio Daveggio©

Señales

Te anhelo anónimo a tus ojos, común y corriente

igual que aquellos con los que a diario,

chocamos codos en el metro.

Invento simulacros para acercarme,

uso atajos para tratar de llegar dentro de ti.

Agito mis manos de náufrago,

emito ruidos desde mi extravío,

te regalo engaños,

convencido de que no hacerlo 

sería una mentira mayor.

Si algo de esto llama tu atención,

tal vez sea insignificante para ti, 

pero en eso pequeño y falso yo me juego la vida.

Claudio Daveggio©

Travesía

Desde que tu voz toco mi piel, vivo,

vivo de verdades, desafiando la gravedad,

convertiste un sueño en días por tachar en el calendario.

A miles de pasos de mi puerta

estás con tu cotidiana sencillez: libros, cuentas por pagar, silencios.

Tu exquisita distancia de diosa es mi nuevo plan de ruta.

Como el desafío de aventura que desveló a más de algún conquistador;

voy trás la certeza de tu humanidad alimentado por la magia de tu enigma,

en esta travesía, aunque me canten sirenas o me desorienten las estrellas,

será sólo tu voz la guía segura, no hay más,

ningún ruido destruirá mis anhelos de verte directo a los ojos.

Desde hoy navego

desconozco la envergadura del viaje,

el mapa está trazado con imágenes tuyas,

recuerdos que se agolpan como olas orientando mi avance,

pese a que pueda faltar el viento se que llegaré a tu playa,

donde me dejaré caer de rodillas frente a ti.

Claudio Daveggio©

Surcos

Trataste de abrir un surco en el hielo

brotaron de su alma fría sólo brillos enceguecedores.

Intestante también en la roca

donde tu mano cedería ante su impenetrable coraza.

Probaste en la arena

y tus intentos iban cerrándose ahogados en su hálito candente.

En cambio el surco que abriste en mi pecho

con más fuerza que la de un rayo del cielo,

ese surco,

es manantial fértil, de él no brota dolor,

si no el agua fresca, la esencia de mi núcleo

el amor hecho una infinita canción.

Claudio Daveggio©

Desbordado

Bajo rio a tu cama marítima,

busco tu noche, tu arena cálida,

alimentado por lo más íntimo de cada montaña

voy marcando un camino sin retorno.

Era un pantano inerte

cuando el viento que obliga a las aves

me contó de tu existencia,

estaba contenido como un embalse

lleno de peces coléricos y algas mortecinas.

Pero eso terminó,

los remolinos despertaron mi alma

desbordaron mis antiguos lugares para salir en tu búsqueda.

Ninguna fuerza humana detendrá mi danza, 

nadie frenará mi destino.

Anhelo llegar a tus profundidades

fundirme a tus corrientes poderosas,

quiero que sientas el frío remezón de mis manos

cuando toque tu eterna inmensidad.

Claudio Daveggio©

Sin promesas

El amor

es un empedrado de buenas intenciones que llega a la puerta del cementerio,

conocen sus adoquines el paso de caballeros que huyeron de sus princesas,

de amantes clandestinos que prometieron regresar,

de maridos correctos que dijeron si entumeciendo la pasión,

de mudos sordos ciegos, que pasaron frente a sus musas sin enterarse,

de cobardes que no dieron la cara al momento de la desnudez.

Lo nuestro es distinto

engañamos a la muerte ciega

cuando proyectamos recíprocamente nuestros brazos,

y tus dedos se posaron y mis dedos se posaron

en húmedos labios,

pidiendo silencio mutuo,

guardando las promesas,

que hoy serían nuestra sepultura.

Claudio Daveggio©

Revelación

Éste es mi delirio,

el estado febril que intoxica mi mente,

esa pesadumbre en mi ceño

receloso de cualquier sonrisa que no sea la tuya.

Revelé tu fotografía

una jaula de papel para tenerte siempre;

te miro/miro con interminable pupila

en cuyo telón ciego se refleja esta única imagen,

lo más verdadero de ti que puedo tener entre mis manos.

A puerta cerrada vivo esta mentira

la fotografía llora, yo lloro,

si la fotografía rie, rio…

si alguien me sorprende en esta ceremonia

diré que fuiste tú, te echaré todo la culpa,

diré que no, no, no,

que no es lo que imaginan,

que por último me perdonen,

que es una tontería, que fue sin querer…

¿quieres saber algo?, fue con querer.

Claudio Daveggio©

Perfume

Hay un aroma en mi ciudad

baja con la niebla, 

pese a que viene la época donde todo muere

persiste con su primavera,

Estoy seguro que tu lo dejaste, involuntariamente

escapó junto a tu voz, fue diseminado por los pájaros

la madrugada siguiente de la noche que quedé atrapado en tu canto.

Ha pasado el tiempo

ese olor lo inunda todo, insiste cada mañana;

tus manos pasan volando cerca de mi,

se intensifica ese aroma dulce, recojo un poco,

lo acerco a mi rostro, inhalo, contengo, me siento mejor,

nadie se da cuenta que soy un adicto a tu recuerdo.

Claudio Daveggio©

Espera

Como un romántico que ama por sobre todo,

espero en la boca del volcán,

esa erupción que nos queme en un salto eterno,

arrojándonos fundidos en piedra

que ni la lluvia pueda deshacer.

Claudio Daveggio©

La plaza

Esos niños riendo ya no me son molestos,

solían perturbarme cuando en la plaza

hojeaba distraído un libro de esos de pensar.

Los pájaros de mi cabeza siempre fugaban por mis oídos

a mirar patios ajenos, ventanas indiscretas,

buscando a la diosa de mis sueños.

Aquel día de festejo sobrevino el ruido

entre el humo de la batalla sinfónica apareciste envuelta en luz,

seguí delicadamente tus pasos, uno a uno, seguros y completos.

Miré tus manos que volaban con un ritmo hipnótico;

los pájaros de mi cabeza escuchaban asombrados tu canto profundo y tierno.

Nunca más volví a la plaza

ya no hojeo libros,

mis pájaros murieron esa misma noche

sus cenizas tapian mi visión de las antiguas distracciones,

en mis oídos un zumbido extraño traduce todos los sonidos

en canto de tu agua.

Claudio Daveggio©

Negarme

Dijiste no, distante, sin sentirlo, 

frente a mi no serias capaz,

antes de negarte, un beso mío sellaría tus labios.

A través de tu silencio veo una duda

equivalente a la mía,

entonces es mejor vivir aunque sea a medias una verdad.

Me negaste sin querer hacerlo

alejando mis palabras, que de tanto amar te provocaron miedo,

Al quitarme tu rostro te negaste a ti,

me dejaste colgando de un hilo;

podría buscarte, se donde, puedo atreverme,

pero esta incertidumbre me gusta más,

es un beso por dar.

Claudio Daveggio©

Instante

La escena es ideal

yo parado a diez metros de tu vida -ajena a mi vida-

pretendo cambiar la historia, me acerco decidido,

me tiemblan las manos, aprieto los dientes,

falta poco

ya casi

es verdad, giras, me miras, sonríes, me sonríes,

elevas tu mano la extiendes hacia mi,

el corazón se me está abriendo,

la sangre brota por mi ojos, el piso se derrite,

me hundo, extiendo mi mano, me arrojas un beso -de despedida-

caigo

nada puede salvarme, nada que no sea tu mano

pero ya la has bajado,

sonríes, me miras, te giras,

aún caigo.

Claudio Daveggio©

Camino

Estás del otro lado de un mar candente,

podré llegar a ti si mis alas están secas,

extenderé mejor un puente de flores

una alfombra de pétalos húmedos con rocío para tus pies,

un camino dulce e inevitable desde tu ciudad hasta mi vida,

iniciarás una peregrinación, inconsciente,

mirarás los paisajes encantada por el sonido del oleaje,

no sabrás del miedo,

soplaré brisas frescas que laven tu rostro,

no sentirás culpa por abandonar lo tuyo, yo seré lo tuyo,

vendrás a mi lado a cobijarte.

Cuando llegues, el cansancio te lo quitaré con baños de miel,

mis manos dibujarán tus huesos para confirmar que estás toda,

intentaré una canción para hacerte dormir;

destruiré ese camino que te trajo a mi,

miraré tu rostro como tantas veces lo hice, con los ojos cerrados,

dormiré junto a tí, por fin dormiré.

Claudio Daveggio©

No

Te marchabas, no fui a despedirme,

temía un no de tus labios.

Quedé con un grito ahogado, un nudo asfixiante,

una sombra cobarde en mi pecho.

Ese no ausente tuyo, eso no me hace falta,

con el estaría convencido.

Tendré que seguir como si nada, poner la mejilla a la rutina,

afeitarme mirándome al espejo y no a los ojos,

era sólo besar tu mano, saber que eras de verdad,

tocar el cielo aunque firmara con el infierno. 

Aqui estoy quejándome de mis sueños

cargando la nostalgia de haber cruzado la ventana de tu mirada

sabiendo que reparaste en mi y luego cerraste las cortinas,

para quedar yo de este lado suspendido entre alegrías e insomnios,

esperando la llegada de una diosa que me lleve

sin tener que rendir cuentas a la realidad. 

Claudio Daveggio©

Escapas

Te alejas en una visión distorsionada

de esas soñadas a estómago lleno, 

alargada en colores saturados sulfurosa lenta

imposible de detener.

Te fugas, agarro mi cabeza a dos manos

cierro mis ojos para que no saltes por mis pupilas,

te vas, te escapas a mis llamados no puedo retenerte,

te vas, no de muerte, en una perenne agonía.

A un milímetro de ti, huyes riendo

volando sin miedo, mirándome de reojo,

dejándome con la insatisfacción de no poder atrapar tu belleza.

Me permitiste mirarte, sonreírte,

creo que hasta me escuchaste, pero mis manos,

mis manos no las aceptaste,

tus alas no pertenecen a nadie,

sobrevuelan el mundo de los hombre sin dejarse atrapar,

alimentan la fortuna de los soñadores

dejando caer estrellas en sus ojos

para enceguecernos de anhelos.

Claudio Daveggio©

Nostalgia

Mi tristeza es yerba amarga

corteza verde primavera no florecida;

no se decide, vaga por mi cuerpo

buscando razones sin suerte,

no termina su tarea, no concluye su ser.

Es tristeza de abandono

de pecho horadado por tu ausencia,

un vacío imperdonable que me atraviesa,

me eleva

me suspende

me suelta

un vacío que me llena.

La nostalgia es mi excusa, ella te mantiene aqui,

es la clave de mi existencia

su sangre de larga pena

es como la sal del mar

le da fuerza, pero no quita la sed.

Claudio Daveggio©

Paisaje

Ante mis ojos eres una montaña inexpugnable

las sábanas cargadas de lluvia 

enfrían mi pasión, acerco mi mano a tus cimas en vano

transparentas como fantasma, 

mis ojos se humedecen con tu presencia.

Me congelo, cierro  mi respiración

acecho un milagro que deje a mis anhelos caminar sobre ti,

petrificando mis huellas en tu pecho,

regalando el cansancio de subirte,

para luego dormir entregándome a los sueños.

Claudio Daveggio©

Sueño

Semanas transpirando frío

el sudario nocturno testifica mudo

las agitadas noche;

vaga interior un hálito denso

que no se libera,

durante el día se va al estómago, lo sé,

porque muerde,

en la noche no duda en alojar debajo de mis sesos

altar de los sueños.

No quiere premonizar, solo un rumor

deja en el seco de mi boca;

dudo poder saber,

tendría que despertar en medio de su rito,

sorprenderlo para entender su fin

darme cuenta por qué, como tu,

no me abandona.

Claudio Daveggio©

Insomnio

Tengo miedo

la noche está más oscura que ninguna

más silente que ninguna otra;

siento mi respiración, sudando mis manos

me acerco a la ventana, veo mi reflejo

fantasma de rostro frío transparente.

Bebo agua, tiene gusto metálico,

sobre la mesa

tu fotografía tampoco a podido conciliar el sueño,

la recorro con detalle,

el tamaño de tus ojos, el gesto de tus manos,

labios, cabellos, rostro,

todos inmateriales.

Cuántos días durará esto,

podré resistir tanta vigilia inútil,

por qué no dormir, soñar,

aunque fueran mentiras.

Me escondo bajo la almohada,

ahogando mis oídos el silencio se multiplica,

en mis ojos la oscuridad se profundiza,

en mi mente, tú, eres un faro

en esta noche de tormento.

Claudio Daveggio©

Amor

Este es un amor agrio, inmaterial, doloroso,

una sombra larga, sudor espeso, aire húmedo,

alas caídas.

Se mueve lento más ancho que mis venas,

es ceguera del vacío duplicado,

lúcido asesino de mis pensamientos,

suspende el tiempo, camina como ánima,

se ríe sin aviso, alterado no duerme nunca.

Es el mejor amor que puedo tener,

está exento de monótona costumbre

no arriesga despedidas.

Claudio Daveggio©

Cielo de noche

No te imaginas el tamaño de mi pena

tengo heridos los párpados,

no tienes idea del forado en mi pecho,

con mis ojos tragándose toda la noche

adivino que estrella estás mirando,

le acerco mi mano.

Acostando sobre el mundo,

tu rostro es luna, tus manos nubes,

tu cuerpo aire tibio, tu sonrisa luz,

tus ojos agua.

Afino mi oído para que alcance tus murmullos lejanos,

un anhelo reprimido se te escapa, te traiciona,

a pesar tuyo me busca,  me dice aguanta,

me consuela, me devuelve la esperanza.

Claudio Daveggio©

Mis amaneceres

Escupo paria tirado en la vereda,

pisoteado, barrido entre polvo y hojas muertas;

así no quiero estar, vencido.

No soporto la letanía de recuerdos

me desprecio de no hacer algo por cambiar,

no quiero que veas mis cenizas.

Los días de luz viven en claustros,

están guardados en tus ojos privados y lejanos.

Mi rutina lleva noches boca arriba mirando el cielo negro.

La permanente inconsistencia de mis amaneceres

son la prueba de que le faltas a mi creación diaria.

Claudio Daveggio©

Tu silencio

Pido un membrana a punto de ceder,

viene la caída

en la que no hay fondo.

En mi desesperación tomaría tu pelo,

al menos agarraría tu aliento

para que vinieran conmigo,

a la fuerza, todos tus secretos.

Lo imperdonable son las cosas no dichas,

yo reclamo las tuyas;

te he regalado gota a gota mis palabras

sin saber s tus manos acopian en su seno

el punzante peso de su verdad.

Reconozco tu silencio, único en su especie,

lo identifico por el gran espacio que dejas

entre un verso y otro,

temo que crezca, no poder cruzarlo

y yo no llegar a mañana.

Claudio Daveggio©

Viaje

Hace cuánto fue que despegamos

¿Cuánto duró el vuelo?

Me crucé con el Principito

cuando iba cayendo.

Intenté usarte de paracaídas

no quería sufrir ningún golpe;

no tuviste fuerza, no soportaste mi peso,

no quisiste hacerlo,

mis ojos eran escaleras a los tuyos

hasta que los cerraste,

mis manos, fueron clavos en tu pecho, se oxidaron

mi voz, sólo un grito, el silencio fue su cielo.

Cuando desperté rodeado de noche

no entendí, debí haberme azotado en el suelo;

busque una explicación mientras

la soga cerraba el resto de aire de mis pupilas.

Claudio Daveggio©

Causa – Efecto  

Golpeo el muro – me duele la rabia

sangra mi puño – curo mi pena

lloran mis ojos – consuelo mi ingenuidad

tiembla mi lengua – razono mi recuerdo

lamenta mi mente – calmo mi madurez

muerdo mis ideas – trago mi vergüenza

ahogo mi grito – respiro mi silencio

confundo las razones – aclaro mis verdades

arranco a tropiezos – detengo mi caída

miro para atrás – distingo mi comienzo

enfrío mis manos – palpo mi calidez

seco mi sudor – bebo mis convicciones

pienso en tus ojos – olvido mi angustia

Claudio Daveggio©

Recuerdo

Lejana presencia, 

eco sordo, dolor ciego, aire de mi ahogo.

Verdad impura,

lluvia pegajosa, nada delante, sombra tangente en mi pupila.

Rasgo íntimo,

viento seco, peso muerto, luz de mis fantasmas.

Ausencia enquistada,

sudor espontáneo, sol frío, misterio de mi silencio.

Último sentir,

vela agónica, nube oscura, piedra en mi zapato.

Tu esencia,

aire gris, ocupa mis horas, no vive sin mi.

Claudio Daveggio©

Arena

Tomé un caracol muerto vacío

lo puse en mi oído con el pecho agitado, ingenua esperanza,

escucharía tu voz;     nada, solo un sonido plano hueco alargado.

En las playas al ocaso se deshacen corazones

sueños en la arena dibujados por manos que ignoran su vida corta. 

Acaso no te deshaces igual ahora que miro el sol muriendo,

sometido a otra larga noche de soledad,

acaso tu no eres más que arena en mi retina

destinada al llanto que funde miles de figuras pasajeras.

En las rocas frías golpe de ola, golpe de ola, golpe de ola,

la luna, madre comprensiva, ilumina el camino de regreso,

mientras el mar lenguetea los últimos restos de tu figura .

Claudio Daveggio©

Lejanía

Tu imagen, 

débil brisa sobre un páramo de dudas,

tu lejanía, una línea de tren cubierta de óxido

atravesando miles de estaciones abandonadas.

Ya no se como conquistar tu mirada color tierra,

mis ojos no quieren cerrarse a tu distancia;

frente a ellos todo ocurre lento pausado 

me cuesta tanto sostenerte.

Esta cruel historia

es otro turbulento sueño que me he inventado,

no tocaré tus manos,

no sentiré más calor que el de mi entusiasmo,

en el que besé sólo tu fantasma.

Te busco

Seguir anhelandote en este ahogo

eres oxígeno secreto, me das horas de vida

tiempo para para llegar a la otra esquina.

Tu recuerdo es apremiante, adictivo

nunca camino mirando el suelo

tu mirada puede estar en cualquier lugar de esta ciudad

has conquistado mi espacio

inundado con tu presencia mis recorridos,

todo carece de sentido si no encuentro algo similar

que evoque tu gesto,

todo carece de sentido, si no es sentido eso que me ancla a ti.

Claudio Daveggio©

De frente

Me niego a la pena y sonrío,

si me echo a morir darás vuelta la cara,

me despreciarás por cobarde,

no estoy dispuesto a perderte sin demostrar que merezco tus labios.

Aunque el papel donde escribo sangre, mi mano haga gemir el lápiz,

tendré firme mi cabeza para enfrentar tu rostro,

sé que llegará el momento en que no podrás huir.

Así tarde calendarios en arribar a tu lado, llegará el crucial segundo,

en que entraré en tu mundo con un beso definitivo,

tomarás mis manos para cubrir tu rostro

en el vacío tibio llorás lágrimas limpias

que laven el velo ciego que te impedía ver mi amor.

Claudio Daveggio©

Regreso

Tengo ganas de llorar desconsolado,

como niño, sin más razón de no tener lo que quiero.

Uno elige sus paisajes, lento nos marchitamos junto a ellos,

ahora que estás de regreso con toda tu primavera

no logro saber que debo hacer para acercarme.

No se distinguir si mi sueño de espera

es más bello, completo y cierto que la propia realidad.

Divago entre temores y certezas,

si me diriges la palabra es posible que huya.

Claudio Daveggio©

Encuentro

Cuántos papeles viajaron hacia ti, cuántos golpes en tu puerta,

caídos en el vacío por tu ausencia.

Aguardo a los pies de tu casa, quiero tomar un café contigo

ver tu sonrisa, tu sonrisa, tu sonrisa, irrepetible repetida,

la calidez de tu sonrisa, 

hablarte con los ojos para no equivocar las palabras.

Luego ir por la ciudad, caminarla cara al sol

dejar que le viento se inmiscuya en mis pensamientos

que los lleve a tu pelo como una caricia.

Claudio Daveggio©

Pasos

No siento, ni creo, ni me esfuerzo por ambos, 

en  tránsito con el futuro asegurado,  

pese a la fé el fin es mortal. 

Entonces, ¿Por qué qué sufrir con el olvido interminable?

¿Por qué no detener mi paso si ya va sin fuerza?.

Mejor mirar el techo amarillo de este otoño,

buscar el abrazo tibio del sol,

no golpear más la puerta de la memoria.

Es tan simple

mañana, haga calor o frío, 

ni sentir, ni creer, no más de ti,

solo pasos sobre los surcos de los buenos recuerdos.

Que engaño, eres mi mejor recuerdo.

Claudio Daveggio©

Sabor

De vez a vez me llega, sorteando lo plano, lo habitual,

una viscosa sensación de ti, tibia suave sombra.

Persistente no se borra,

sabor marcado como los de niñez,

que me vuelca los ojos a mis días de ti.

Sin aviso previo se deja sentir,

escalofrío sin explicación,

un vuelo instantáneo en el abismo diario.

Claudio Daveggio©

Temes

En este jardín interior, patio trasero de mi vida,

tengo árboles secos, brotes que comienzan,

cruzas en un delgado vuelo, te detienes a beber el rocío

que dispuse para refrescarte.

Con un liviano desorden, un temblor sutil,

asustada de que yo capture tu delicada vida

huyes temerosa aleteando orgullo.

Criatura, quiero que te poses etérea, perfecta,

solo un segundo en mi mano,

quiero ver de cerca tu fragilidad y que en tu vuelo inmediato,

caigan de tu mirada semillas de estrellas

que florezcan, dejando al menos,

la luz de tu recuerdo.

Claudio Daveggio©

La luz

Como dos átomos que chocan provocando una chispa enceguecedora

retomando luego su centro apaciguando su energía,

así debiéramos ser, dos mínimas partes del mundo

creando un puente de luz que nos conecte.

Yo pongo todo de mi parte, falta tu convicción,

cuándo darás ese paso inmaterial más allá de tu frontera.

Mis manos palma arriba 

están esperando que llegue tu calor hecho polen 

dispuesto a germinar los lazos secretos.

Así como las aguas se reconocen unas a otras,

así como las aves comparten vuelos,

así como las llamas siempre se aceptan,

una poderosa fusión debe ser tu respuesta.

Mi interior de tintero tiene todas las palabras por escribir

deseo que tu luz extraiga las mejores, 

las que muevan siempre tus pies al medio del puente

donde te recibiré con ojos hechos mar.

Claudio Daveggio©

Ocaso

Cuando mis sesos sean un cuero seco,

los suspensores guíen mi espalda, un bastón sea la firmeza de mis piernas

y por más que me esfuerce sólo exista silencio en mi cabeza,

¿habrás leído mis poemas?.

Todos los escribí a la hora del crepúsculo, cuando podía mirar el horizonte sin enceguecer

distinguiendo entre brillos fugaces, al final del mar, un sendero que llevaba hasta tu jardín.

Iría a la tumba de inmediato si supiera que ya los leiste, 

iría tranquilo a compartir mis secretos con todos los soñadores muertos.

Claudio Daveggio©


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