¿Qué decido creer?

¿Qué decido creer?

PAOLA MONSALVE

16/11/2017

Estoy en medio de tanta información que me cuesta discriminar, por lo tanto necesito con urgencia ayuda interna que me permita focalizar mi atención.

Para eso escribo.

Por una parte están los que indican que todo es mente, que hay que cuidar cada pensamiento para poder elegir solo lo mejor, para crear tu realidad, para lograr lo que quieres lograr sin apegarte al resultado, enfocarse en el instante presente, porque no hay nada que tengas que hacer porque ya es todo. Recordando que cada situación o persona que te llame la atención, para bien o para mal, que te afecte, a poner ojo en eso porque es justo un espejo llamándote a solucionar ese conflicto.

Si mantienes la mente en un nivel de vibración mayor y te das cuenta que el problema que te aqueja no existe porque decides verlo como no existente y que está solamente como reflejo de aquello que tienes que sanar interiormente por que viene de tus antepasados, que no son otra cosa que tu misma porque todos somos uno, y entonces cuando logras modificar la información, la experimentas, entiendes porque está sucediendo tal o cual cosa, solo entonces trasciendes esta información porque le has dado un nuevo significado, cambias tu creencia que te ataba a esa realidad y eres libre de continuar con el siguiente nivel. Porque ya no te amarra a recordar días o años una situación dolorosa. Porque todo aquello que te afectó en un momento además de pertenecer al pasado te ha servido como experiencia para poder trascender esa información.

Y por otra parte, aquellos que dicen a continuación de lo anterior, que en todo lo que se enfoca tu mente es lo que se expande, por lo tanto, como quieres abundancia tienes que pensar en abundancia, y eso significa agradecer todo lo que tienes y sentir…perdón…SENTIR con mayúscula como si fueras abundante porque aquello en que vibras es en lo que te conviertes, porque siempre existió, tu eres hijo de un Dios, energía de la misma fuente, que puede expresarse en este mundo dual según sus propias creencias.

Hay quienes dicen todo lo que tienes que hacer, para ser líder, para lograr realidad tus sueños, que hay que estudiar para tener un buen trabajo, pero cuando sales de la universidad no basta, tienes que tener el postgrado, que ahora ya va en doctorado, pero tampoco es suficiente, entonces ¿en qué debes convertirte?…que la disciplina aquí, que los pensamientos allá, que la mentalidad pobre proviene de las creencias que te inculcaron de niño, que el mundo lo percibimos según nuestras propias experiencias, que todo depende de lo que comemos porque el intestino es nuestro segundo cerebro y a decir verdad es más importante que el otro. Que la glándula pineal hay que activar, que los rayos violeta y rosa, el tarot en sus distintas variantes, los ángeles guías, Dios, Jehová, hermanos superiores……y todos los demás.

Que en realidad lo que hay que hacer es desaprender. O que no tenemos en realidad un objetivo en esta vida, una misión, fue un invento, menos mal que ya no creo que hay que purgar por una invitación al cielo evitando toda clase de pecados reales o inventados por alguien o algo que le encantaba manipular. Mientras la culpa me hacía mierda la vida.

Agotador. ¿Cómo no perderse entre tanta cosa?

No puedo imaginar como se navega en este mundo con todas estas instrucciones.

He cambiado de rumbo millones de veces y sigo en el mismo puto punto. Y estoy comenzando a cansarme porque sencillamente no se que mierda hacer.

Y recuerdo una vez más una vocecita que dice «no tienes que hacer nada, solo tienes que ser».

La verdad, si alguna vez sentí que sabía lo que eso podía significar en este instante no tengo ni la más puta idea de lo que pueda significar.

He llegado a la conclusión que mientras más sabes te das cuenta que no sabes nada.

Así que, aquí estoy, una vez más, sentada frente a mi computador, sin saber absolutamente nada.

No es queja, y aunque así lo fuera estaría en mi puto derecho. Es la única forma que conozco de meterme dentro mío tanto como para poder ser solo yo, tanto como para encontrarme a mí. Y parece que hay un yo ahí dentro, y si lo hubiera ¿serviría de algo? ¿qué me diría? ¿hay alguien ahí dentro que sabe como navegar? ¿alguien tiene la carta de navegación de esta vida? porque déjenme decirles que yo no tengo ninguna, y si las tuviese no sabría en que idioma están escritas. Así que, mientras escribo, digo:» hola, ¿hay alguien ahí?

Y solo se escucha mi voz en un eco.

Vuelvo a decir lo mismo….pero con más fuerza.

HOLAAAAA ¡¿HAY ALGUIEN AHÍÍÍÍÍÍÍÍÍ?!

Nadie responde, y mi paciencia se fue en el primer llamado.

Así que decido simplemente sentarme, sin decir nada más. Sin hacer nada más. Solo me siento, con los hombros caídos, derrotada, cansada, en silencio. Solo en silencio.

Permanezco así, por un tiempo que no alcanzo a identificar, en la oscuridad del alma….cuestionando, pensando en mi vecina que tiene cáncer, en su marido que tiene parkinson, en mi hermana que tiene depresión, en alguien que estimo que vive con alguien que ya no quiere, que no lo mueve pero que de igual forma está ahí solo porque no decide cambiar y prefiere dejarse morir solo porque no es valiente como yo dice él, siento deseos de llorar. Por la tristeza presente en las vidas de estas personas. Porque no saben que hacer o peor aún porque decidieron creer que no pueden hacer nada más. Y yo no se realmente si se puede hacer algo para no vivir de esa forma así que no puedo ni quiero ayudarles. ¿Cómo podría hacerlo? si ni siquiera se que hacer yo para no sentir esto que me esta pasando.

Nadie responde.

¿Cual es el sentido de tanto sufrimiento?

De pronto un pensamiento me dice «SER CONCIENTES»

¿De qué?

De nuevo responde un pensamiento «DE NUESTRA FUERZA, DE NUESTRA VOLUNTAD»

¿Para qué?

PARA CAMBIAR.

¿Por qué?

PORQUE SE PUEDE.

¿Cómo?

TU SABES. CONOCIMIENTO. AMAR.

No entiendo.

DENTRO TUYO ESTÁ LA RESPUESTA, SIEMPRE ESTUVO. NO MIRAS CON FRECUENCIA AHÍ DENTRO. MUCHA BULLA AFUERA. SILENCIATE.

Busco entonces el silencio. En mí.

Luego de secar mis lágrimas, de pedir ayuda, de solo decir que no se que hacer. Solo siento calma. Como si hubiera dejado una mochila con piedras en el suelo. No las quiero llevar. No más.

Respiro más tranquila. Solo, no pienso más.

Y vuelvo a la vida que tengo. Sin saber que pasará, pero tampoco me importa.

Que sea lo que tenga que pasar.

No me quedo tranquila, solo hago lo que se me viene a la mente en el momento, sin mucha prisa, sin miedo, sin tanto pensamiento. Solo respirando. En silencio.

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