Un laberinto de vida

Tengo una actividad que siempre realizo, es mi función principal. Algunos pueden decir que realmente no lo uso y que si la uso la uso mal. Es el pensar. Esta acción me ha llevado o me ha sacado de muchos líos, el no darte cuenta que está en función te hace sorprendente de tus habilidades. Es una habilidad y si no lo es la considero una. Considerando mi corta travesía en el mundo que no me ha ido tan mal como pensaba, he llegado a la universidad a realizar mis metas las cuales a veces se me olvidan pero al momento me enfoco y empiezo a reconstruir todo lo perdido. El pensar me ha hecho reaccionar de una manera negativa y también positiva. No se le puede llamar bipolaridad a cambios de esa manera porque seria aburrido que una persona reaccionara de una manera en un día o en una semana, seria un laberinto plano o incluso seria un desierto sin salida, sin un fin y sin un sentido. Pensar hace crear tu propio criterio respecto a las tradiciones de la sociedad, problemas políticos y entre otros, pero mediante esto vas inclinándote hacia una mentalidad real, una mentalidad pura y propia.

Siento que si quieres libertad y poder controlar tu laberinto de vida, debes de pensar muy bien antes de actuar, en que te beneficiaria hacer una cosa o en que te podría perjudicar. No dejar personas lo traspasen, o que intenten ponerte un pie para tropezar y si llegara pasar eso, lo mejor es levantarte y demostrar que un pequeño tropiezo no acabara con tu pensamiento, con tu conocimiento, con tu experiencia y no te hará menos.

Los obstáculos son una manera de poder aprender, no tenemos porque verlos como errores o como algo imposible. Puede que sea difícil poder realizarlo pero lo peor que puedes acabar haciendo es dejarte vencer. Son una inspiración, es un no te puedes rendir porque al terminar todo esto la recompensa valdrá la pena. Son las paredes o arbustos que tiene tu laberinto. Te dan experiencia y tendrás la opción de saber si realizarlos otra vez o si con una vez basto para.

Continuara..