La luz
La relación de la fotografía con la luz es tanta que hasta forma parte de su nombre: foto-grafía, que, como es sabido, viene del griego y significa dibujar con luz. Y aunque el término es posterior a la invención (los historiadores no se ponen de acuerdo en si fue el astrónomo inglés John Herschell o el francés Hercules Florence el primero en usar esa palabra) los intentos más tempranos de denominar al hecho de formar imágenes sobre ciertas sustancias químicas abundaban en la misma línea: Heliografía (dibujo del sol), como llamó Niépce a su invento o dibujo fotogénico (nacido de la luz), como lo nombró Fox Talbot.
LUZ DISPONIBLE E ILUMINACIÓN
En fotografía se trabaja con dos tipos de posibilidades en cuanto a la luz se refiere: la luz encontrada, o luz disponible, y la creada mediante la iluminación, que es cuando el fotógrafo puede controlar las fuentes de luz, la cantidad, la posición, etc.
Las distintas formas de iluminación artificial forman parte del saber-hacer y la práctica de cada género fotográfico y exceden las intenciones de este curso-taller, pero sí que podemos adentrarnos en las posibilidades que ofrece la luz tal y como la encontramos.
“La luz disponible es ¡cualquier luz disponible!”
Eugene Smith
El término “available light” (luz disponible) fue comenzando a usarse por algunos fotógrafos norteamericanos de los años 50 como reacción a lo que consideraban un uso abusivo del flash por parte de sus compañeros fotorreporteros o documentalistas. Frente a estas prácticas, tan cotidianas en las publicaciones de la prensa de la época y marcadas por una estética de rostros blancos y sombras duras, aquellos proponían una vuelta a las imágenes proporcionadas por las luces encontradas, sin que el fotógrafo las manipulara. El documentalismo no sólo debía ser fiel a los acontecimientos, también al tipo de luz que los iluminaba.

El célebre fotorreportero Weegee con Marlene Dietrich. Fotógrafo anónimo
La luz disponible no es necesariamente luz natural, es decir, aquella proporcionada por el sol o la luna, sino también cualquier tipo de iluminación, eléctrica, de combustión, etc. que nos viene dada.
Una buena parte de las mejores fotografías de la historia y de la actualidad han sido tomadas sin ayuda de fuentes de luz fotográficas y serían muchos los ejemplos que podríamos poner. Vamos a destacar un clásico como el “Paris de nuit” de Brassaï. Este fotógrafo de origen húngaro fotografió las noches de París durante los años 30, sus calles y su vida nocturna, con la única ayuda de la iluminación que encontraba.
En 1978 Néstor Almendros ganó el Óscar a la mejor fotografía en la película Days of Heaven. Una de las escenas clave, el incendio de una plantación, fue filmada en una toma única sin más iluminación que la que proporcionaba el fuego, un reto poco habitual en el cine, donde la iluminación y la posibilidad de repetición de las tomas están siempre controladas.
CALIDAD DE LA LUZ
Depende de la dirección, el contraste y la temperatura de color.
Estos 3 parámetros y sus diversas combinaciones, que en el estudio fotográfico son totalmente controlables, son los que crean la iluminación. Cuando se trabaja con luz natural vienen determinados por la ubicación geográfica, las estaciones del año, las condiciones climáticas o la hora del día.
DIRECCIÓN
La dirección (o su ausencia) y el ángulo de incidencia de la luz es lo que marca los diferentes estilos en la iluminación de estudio, pero también imprime el carácter de cualquier fotografía con luz disponible.
Cuando no hay una dirección clara de la luz, por provenir de muchos sitios o de una amplia superficie difusa (como un día nublado) se llama luz ubicua o no-direccionable. Richard Avedon, que como muchos fotógrafos de moda empleaba accesorios de luz difusa para sus fotografías de estudio, utilizó este mismo recurso, pero con sólo luz natural, para su celebrada serie “In the american west”. Para evitar las sombras duras del sol del Oeste norteamericano colocaba su tela y a los habitantes de los pueblos en zonas a la sombra o tamizaba el sol con lonas blancas.

Richard Avedon en su improvisado estudio para la serie “In the american west”
Las direcciones de la luz se denominan, según el plano horizontal: frontal, 3/4, lateral y de contra.
Según el plano vertical: cenital, picada, a nivel o rasante, contrapicada y nadir o “de candilejas”.
La dirección más habitual para tomar fotografías con luz natural es la frontal- picada, con el sol a la espalda del fotógrafo, la recomendada en todas las guías fotográficas. Tiende a aplanar las formas. Como en estas fotos de Manuel Álvarez Bravo y, la última, de José Manuel Castro Prieto:


La iluminación lateral-rasante, o casi rasante, es la típica del atardecer y el amanecer, dos momentos generalmente muy apreciados por los fotógrafos, ya que producen juegos de volúmenes y sombras fotográficamente muy interesantes.

Alex Webb

Claudio Menna
La luz de contra, o contraluz, se sitúa frente a la cámara, detrás del sujeto. Aunque se tiende a evitar, porque puede provocar destellos no deseados (llamados “flare”), bien utilizados pueden producir imágenes muy sugerentes, como en el caso de Herbert List, quien utilizó frecuentemente este recurso en su serie “Under the sun” que realizó en la isla griega de Santorini durante los años 30
La luz cenital. La luz completamente cenital sólo se produce al mediodía en el Ecuador y los trópicos, peor podemos acercarnos bastante en las horas centrales del día en nuestras latitudes. Se caracteriza por ser una luz muy dura que produce sombras cortas.

Werner Bischoff

Alex Webb
La luz contrapicada y de candilejas no se dan, por razones obvias, con la iluminación natural, puesto que la luz solar nunca viene de abajo. Por eso, cuando se usan en iluminación artificial, producen frecuentemente extrañamiento, sensación de misterio o incluso de miedo.

Brassai, Paris de nuit
La luz de candilejas toma su nombre de la iluminación situada en el borde de los escenarios de los teatros. El pintor Edgar Degas la reflejó ampliamente en sus cuadros y dibujos de bailarinas

Edgar Degas
CONTRASTE
Es la diferencia entre los tonos más claros y los más oscuros, puede venir marcado por la escena (por contener muchos o pocos blancos y negros) o puede alterarse por el tipo de iluminación. En el estudio fotográfico la mayor parte de los accesorios se dividen en los que producen luz dura o directa (contraste alto, con sombras marcadas y nítidas) o luz suave o difusa (iluminación con poco contraste, sin sombras o muy suavizadas). Estos dos tipos de iluminación suelen utilizarse para imitar el tipo de luz producido por la luz directa del sol y por la de los días nublados. Ejemplos de Alex Webb, de “Under a grudging sun”, y Elina Brotherus, “The wanderer”.


El concepto de contraste ( y el de la iluminación en general) se inventó en el Barroco, los pintores renacentistas apenas introdujeron sombras en sus cuadros. Podríamos decir que en el Renacimiento se iluminaba con luz difusa y en el Barroco con todo tipo de accesorios.
En fotografía se denomina con el nombre de pintores barrocos a distintos grados de contraste en la iluminación: Vermeer, Rembrandt y Caravaggio



TEMPERATURA DE COLOR
La temperatura de color la trataremos brevemente en el apartado de color
SIMBOLOGÍA DE LA LUZ. CLAVES ALTA Y BAJA
Muchos fotógrafos son conscientes de que al trabajar con la luz y su opuesto, la sombra, se puede invocar un gran número de connotaciones y significados. En casi todas las culturas y religiones a lo largo de la historia la luz es la manifestación de la Divinidad, cuando no la Divinidad misma. También en las sociedades más laicas la luz tiene connotaciones ligadas con conceptos trascendentes: el Conocimiento, la Sabiduría, la Razón… como ocurrió en La Ilustración durante el “Siglo de las Luces”.
Nuestra sociedad occidental, tan fuertemente dualista, por no decir maniquea, sigue teniendo asociadas muchas connotaciones relacionadas con la luz y la sombra respectivamente: el bien y el mal, la alegría y la tristeza, la vida y la muerte, la verdad y la mentira, el conocimiento y la ignorancia…
La fotografía y el cine han sabido sacar provecho a toda esa simbología para crear un tono determinado o reforzar un mensaje.
Los directores de fotografía de Nosferatu, (de Fritz Lang), Fritz Arno Wagner , Günther Krampf y el director de fotografía de Ordet (de Carl Dreyer), Henning Bendtsen, supieron manejar los tonos de sendas películas para transmitir sensaciones y sentimientos.
En Nosferatu, las sombras expresionistas que acompañan al vampiro refuerzan la idea del Mal.
Por el contrario, en la espiritual Ordet todas las escenas son muy luminosas y en casi todas ellas la luz es casi un personaje que otorga un carácter sobrenatural a las situaciones, dando a entender la presencia constante de Dios.
El fotógrafo norteamericano Eugene Smith, hombre de profundas creencias religiosas, creó un poderoso icono con la foto “Paseo por el jardín del paraíso”. Esta fue primera foto que tomó justo al acabar II Guerra Mundial y tras recuperar la vista después de que le estallara una bomba mientras trabajaba como fotógrafo de guerra. Edward Steichen la eligió para cerrar la mítica exposición “The Family of Man” por considerar que reflejaba a la perfección la idea de la humanidad saliendo de las sombras del horror provocado por el fascismo y la guerra hacia un futuro lleno de esperanza.
En fotografía uno de los instrumentos principales para crear connotaciones es el control de las Claves. Al igual que los músicos utilizan el tono Mayor para crear himnos triunfales, música de baile o sentimientos de alegría y el tono menor para transmitir melancolía o tristeza, los fotógrafos utilizan la Clave Alta y la Clave Baja para producir sensaciones positivas o negativas en el espectador.
Llamamos Clave Alta a una imagen donde la mayoría de los tonos son claros. Suele ser el tono favorito en publicidad y moda por su capacidad para transmitir sentimientos positivos, aunque no todos los fotógrafos que usan claves altas estén transmitiendo necesariamente nada parecido. Como en estas fotos de Klaus Wickrath.


La Clave Baja es todo lo contrario, cuando hay mayoría de tonos oscuros. Es el instrumento favorito de los fotógrafos documentalistas, uno de cuyos primeros maestros fue el citado Eugene Smith, que utilizaba prácticamente en todas sus fotos el tono oscuro. Como en estas: Haiti y “Tomoko en el baño”. Del ensayo fotográfico “Minamata”.


El mismo tono usó Eugene Richards en el magnífico trabajo “Cocaine True, Cocaine Blue”. El fotógrafo de la Agencia Magnum estuvo varios años fotografiando el mundo de la droga en varias ciudades de EEUU abordando el problema desde la óptica de los adictos, sus familiares, los narcotraficantes, la policía… El resultado fue un impactante libro en el que desarrolla una buena cantidad de recursos fotográficos para crear en el espectador el malestar con el que desea que sea entendido su ensayo. Prácticamente todo el reportaje está sumido en tonos oscuros, lo que refuerza el carácter sombrío del tema.