La composición

Para mí, la fotografía es el reconocimiento simultáneo, en una fracción de segundo, del significado de un evento y de la precisa organización de las formas que otorgan a ese evento su verdadera expresión.

Henri Cartier Bresson

Componer: el orden

“Tú no tomas una fotografía, la haces”. Esta cita de Ansel Adams introduce perfectamente la composición. El fotógrafo estadounidense señala así la capacidad demiúrgica de “crear” una fotografía, es decir, de jerarquizar en un espacio fotográfico delimitado todos los elementos visuales que conforman la imagen fotográfica para conferirles así un sentido concreto dentro del discurso fotográfico. Y este aspecto es fundamental para dejar a un lado el “azar” de lo que sucede alrededor y hacer hincapié en las decisiones que toma el fotógrafo antes de disparar su cámara; esto es, el sujeto consciente.

Esta jerarquización habla precisamente de la composición fotográfica. “Componer”, siguiendo una definición básica, consiste en agrupar, distribuir, ordenar todos los elementos visuales que forman parte de la imagen fotográfica “con cierto modo y orden”, según la definición de la Rae, para conseguir una fotografía equilibrada, armónica y coherente con el propósito de la misma.

Es inevitable repensar la fotografía como un LENGUAJE donde las destrezas de leer, hablar y escribir están íntimamente relacionadas con el conocimiento de las unidades lingüísticas mínimas y la relación que se establece entre ellas. En este sentido es fácil pensar en el punto, la línea, el color… como fonemas dentro de la articulación de la “palabra fotográfica” y cómo el orden de estas palabras en una estructura mayor (ya sea una enunciación o un mensaje completo) sigue unas reglas sintácticas concretas donde todo tiene su porqué (o su porqué no).

Ambos lenguajes, idioma y fotografía, comparten como hemos apuntado un nivel sintáctico ya que la ordenación correcta de las palabras y de los elementos básicos de la imagen, como la línea, el punto, los planos, el formato, el ángulo, el encuadre, etcétera, hacen que el mensaje sea legible. Y también comparten un nivel semántico en el que el significado y el contenido de los elementos básicos de ambos lenguajes conllevan a la comprensión de su mensaje.

De este modo, la composición incide directamente en la recepción; qué quiere contar el fotógrafo, qué percibe el espectador y la terrible distancia o ruido comunicativo que puede llegar a establecerse entre ellos. Desde la composición de la imagen, podemos incidir en el mensaje, guiar la mirada del espectador, hacer que se detenga en nuestros puntos de interés, incitar a una reflexión más sopesada sobre el contenido de la fotografía, provocar placer estético en la mera contemplación e incluso sorprenderle con composiciones más atrevidas donde entra en juego la complicidad del otro, convirtiendo el espectador en un voyeur activo de lo que está observando dentro de la fotografía.

Pero también tenemos que añadir que muchos fotógrafos ignoran, e incluso desprecian, cualquier tipo de regla de composición. Muchas de las mejores fotografías se han hecho al margen de cualquier clase de norma, ya que el complejo mundo de la creación, en infinidad de ocasiones, comienza precisamente cuando se rompen los confines de las normativas que lo constriñen.

No obstante, son el punto de partida sobre el que introducir las variaciones y es imprescindible conocerlas.

Las llamadas reglas de la composición fotográfica son …inservibles, irrelevantes e inútiles… No hay reglas de composición fotográfica, solo buenas fotografías.

Ansel Adams

La Escuela de la “forma”: La Gestalt

Como todo lenguaje de comunicación, podemos analizar la imagen fotográfica a partir de los elementos compositivos que la forman, esto es, la sintaxis de la imagen. Hablamos del punto, la línea, la textura, los planos… elementos todos ellos vinculados directamente con la manera en la que el ojo humano percibe la realidad, materia de estudio fundamental para la escuela psicológica alemana de la Gestalt que desarrolló a principios del s. XX su teoría de la percepción, aún hoy vigente en el estudio del lenguaje visual (no sin diatribas).

La Gestalt separó los conceptos de visión y percepción. El primero es un fenómeno físico- fisiológico que se produce en nuestros ojos y el segundo es el procesamiento de esas imágenes en nuestro cerebro, que es donde realmente se producen los fenómenos de comprensión visual, la mirada.

Esta escuela representada teóricamente por Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, Kurt Koffka y Kurt Lewin, cuyo nombre en alemán significa forma, figura, estructura, desarrolló una serie de “Leyes de la percepción” a partir de las cuales la mente configura los elementos que llegan a ella a través de los canales sensoriales (percepción) o de la memoria (pensamiento, inteligencia y resolución de problemas). Frente a lo que se venía discutiendo anteriormente (las sensaciones son el resultado de la simple suma de percepciones individuales) ellos defendieron el axioma de que “el todo es algo más que la suma de sus partes”, convirtiendo la percepción en un fenómeno más complejo.

Pero fue el psicólogo y filósofo Rudolf Arnheim quien, influido por las ideas de la Gestalt, más ha contribuido a difundir el interés por los fenómenos perceptivos. Su libro “Arte y percepción visual” sigue siendo uno de los principales textos de referencia en las Facultades de Bellas Artes, Comunicación Audiovisual o Arquitectura.

Para Arnheim el espacio compositivo (el papel, el lienzo o el visor de la cámara) nunca está “en blanco” antes de introducir los elementos visuales, pues nuestra percepción añade una serie de líneas de fuerza que completan lo que denomina el “esqueleto estructural”, en el que se produce la “anisotropía del espacio” es decir, como su etimología indica, un espacio en el que se producen jerarquías donde no es lo mismo un lugar que otro.

Arnheim considera que toda composición debe tender al equilibrio, que se consigue mediante la adecuada combinación del peso visual. Para el psicólogo alemán la percepción humana actúa de una forma no muy diferente al de las leyes de la Física: ley de la gravedad, ley de la palanca, etc.

Veamos algunos de los conceptos de Arnheim, muy simplificados, que nos parecen imprescindibles para la práctica de la composición.

Anisotropía del espacio

Como comentamos anteriormente, la anisotropía determina que no todos los lugares son iguales en un espacio vacío, porque nuestro cerebro establece una jerarquía entre la parte de arriba y la de abajo, la izquierda y la derecha y las diagonales de un lado y de otro. El mismo elemento situado en un lugar determinado tendrá mayor o menor “peso” (trataremos este concepto más adelante), es decir tendrá mayor o menor importancia visual, más o menos visibilidad que situado en otro sitio.

Por orden de importancia:

ARRIBA-ABAJO

La más fuerte de las divisiones, pues la relacionamos con la ley de la gravedad. El borde inferior actúa como una verdadera línea de tierra que atrae todo hacia él.
Cuanto más hacia arriba esté un elemento más peso visual tendrá, y será más inestable.

La parte inferior parece mayor. Por esta razón las fotografías se suelen enmarcar dejando más espacio por abajo que por arriba. A, B y C son iguales, mientras que F es mayor.

IZQUIERDA- DERECHA

El lado derecho pesa más. Un elemento situado a la derecha se ve antes y se recuerda mejor, aunque el espectador se identifica más con el situado a la izquierda. Es decir, el lado derecho actúa sobre la parte consciente y el izquierdo sobre el subconsciente.
Es una división más débil y, al contrario que la anterior, se produce fundamentalmente en la cultura occidental.

Las páginas a la derecha (páginas impares) en los diarios y revistas suelen ser costar más caras a los anunciantes publicitarios debido a la mayor visibilidad.

DIAGONAL IZQUIERDA- DERECHA, ARRIBA-ABAJO

Coincide con la dirección de lectura occidental, no sólo del texto escrito sino también de la imagen. Los elementos situados sobre esta línea imaginaria se verán favorecidos por un mayor dinamismo y facilidad de lectura.

DIAGONAL DERECHA- IZQUIERDA, ARRIBA-ABAJO

Completa el llamado “esqueleto estructural”. Es la más débil de las líneas de fuerza.

Cualquier elemento situado sobre las líneas de esta estructura será más estable que situado fuera, y lo será más en la horizontal que en la vertical, más en ésta que en la diagonal izquierda y menos en la diagonal derecha.
En el centro se equilibran todas las fuerzas, es el lugar más estable (y más estático) en una composición. Un elemento, aun situado sobre cualquier línea de esta estructura, se volverá más inestable (“pesará” más) cuanto más se aleje del centro.

El equilibrio

“El desequilibrio sólo puede expresarse mediante equilibrio, lo mismo que el desorden sólo puede expresarse mediante orden o la desconexión mediante conexión”

Rudolf Arnheim

Cuando todas las fuerzas que actúan en una composición (pesos de los elementos sintácticos, tensiones visuales…) se compensan unas a otras.
Puede ser de dos tipos:

Equilibrio estático

Se produce por la homogeneidad de los elementos, simetría, repetición y división del espacio en unidades regulares

Equilibrio dinámico

Se produce mediante la diversidad de elementos, el contraste y una adecuada jerarquización de los elementos

La imagen de la izquierda mantiene un equilibrio estático, mediante la regularidad y la simetría, pero menos interés que la de la izquierda, donde los pesos visuales están equilibrados dinámicamente.

El equilibrio depende de dos factores: el peso y la dirección.

EL PESO

El peso es la capacidad de atracción visual de un elemento. Depende de:

La ubicación: Un elemento pesa más cuanto más se aleja del centro y de las líneas del esqueleto estructural. Un objeto situado en la parte superior pesará más que en la inferior, y en el lado derecho más que en el izquierdo.

La profundidad (perspectiva): Los elementos situados cerca de los puntos de fuga pesan mucho.

El tamaño: A igualdad de factores, un elemento de mayor tamaño pesa más.

El color y el tono: Los colores cálidos (rojos, amarillos, naranjas…) pesan más que los fríos (verdes, azules, violetas…). Los tonos claros pesan más que los oscuros.

El aislamiento: Un elemento aislado pesa más que dentro de un conjunto.

La forma: Las formas reconocibles pesan más que las no conocidas (una persona en una foto atrae la mirada inmediatamente). Las figuras geométricas pesan más que las informes.

LA DIRECCIÓN

Puede ser de escena y de lectura.

Las direcciones de escena son las direcciones internas que se producen en una composición, hacia donde se dirige nuestra mirada dentro de ésta. Puede ser:

Representada: Por líneas (la línea siempre crea dirección), brazos señalando, piernas, etc. o la estructura de los objetos (objetos alargados…)

Inducida: No sólo las líneas representadas crean dirección, también las líneas imaginarias que producen las miradas, la atracción de objetos similares (p.ej: dos elementos de una misma forma o color, nuestra percepción los relaciona y hace que vayamos de uno a otro), el movimiento aparente (la imagen de una persona caminando creará dirección visual hacia donde se dirige).

En esta fotografía de Jay Maysel, las líneas y la perspectiva crean una dirección definida.

En estas fotografías de Alex Webb (izquierda) y Dennis Stock, la combinación de líneas representadas (las flechas) e inducidas (el movimiento aparente de los peatones) conducen nuestra mirada de izquierda a derecha.

Alex Webb: Entre los dos puntos de la imagen se produce una dirección inducida oblicua

La dirección de lectura de la imagen a la que tiende el espectador occidental va de izquierda a derecha y de arriba a abajo, no obstante, la suma de las direcciones de escena puede estar orientada en otros sentidos.

Cuando la dirección principal de la imagen coincide con la “natural” del espectador, se le facilita la lectura. Cuando va al contrario (de derecha a izquierda) se le crea malestar y cierta resistencia

Brueghel el viejo cuenta la fábula de los ciegos guiando a otros ciegos -una historia ligera- organizándolo en torno a la diagonal que coincide con la dirección de lectura del espectador, facilitando así la percepción.
En cambio, Picasso no hace ninguna concesión al espectador cuando aborda el bombardeo de Guernica y le incomoda orientando las principales direcciones de escena al contrario que la tendencia habitual de lectura.

Elementos básicos visuales

Al igual que en el lenguaje escrito, la sintaxis visual también se compone de unidades mínimas de significación que, combinadas adecuadamente, constituyen la composición de la imagen.

Proponemos la división que hace Justo Villafañe en su libro “Introducción a la Teoría de la Imagen” (aunque solo vamos a abordar algunos aquí).

EL PUNTO

En nuestra percepción el punto es el puente esencial, único, entre palabra y silencio. El punto geométrico encuentra su forma material en la escritura: pertenece al lenguaje y significa silencio.

Kandinsky, Punto y línea sobre el plano

El punto se podría definir como un elemento pequeño en relación al conjunto, pero con significación en él. Es el más básico de los elementos, pero es una de las formas principales de fijar la atención del espectador. En una composición el “centro de interés” (el lugar al que se dirige principalmente la mirada) suele ser un punto.

El punto se puede definir por tres factores:

  • Tamaño: El tamaño de un punto es relativo respecto al resto de elementos. Si aparece muy grande se convierte en plano
  • Forma: Aunque el punto se asocie habitualmente con el círculo, su forma puede ser muy variada, cuadrada, triangular o amorfa
  • Color: El color y la luz pueden actuar como puntos

En la fotografía de la izquierda, el personaje que aparece en el cartel puede ser considerado como punto por la escala en la que aparece respecto al resto de la composición. En cambio, el círculo rojo de la derecha empieza a ser considerado plano. Las dos fotos son de Thomas Höpker.

El color y la luz (izquierda y derecha, respectivamente) conforman puntos (y los centros de interés) en estas imágenes de Thomas Höpker.

LA LÍNEA

Mientras que el punto es estático, la línea es dinámica, siempre conlleva dirección. Se puede definir como la trayectoria de un punto en movimiento o una sucesión de estos. Como hemos apuntado al tratar la dirección de escena, las líneas pueden ser representadas o inducidas (dos o más puntos que se relacionan entre sí, las miradas…).

Líneas inducidas por la atracción de dos puntos

Por su posición en el espacio pueden ser:

  • Horizontal: Produce sensación de calma y reposo
  • Vertical: Produce sensación de equilibrio dinámico
  • Oblícua: La más dinámica de todas. Produce sensación de movimiento, inquietud…
(fotos de Arnold Newman, Horst P. Horst, Mario de Biasi y Richard Avedon)

EL PLANO

En fotografía existen varios usos del término “plano”: hay planos de corte (ya tratados en el apartado del encuadre), planos de profundidad (p.ej: un objeto situado en primer o en segundo plano…), plano de enfoque… Pero en esta ocasión nos vamos a referir al concepto de plano compartido con las artes plásticas.

En este contexto entendemos por plano lo referido a las superficies bidimensionales, cuando un punto o una línea aumentan de grosor y ocupan un espacio significativo.

El plano suele contener el resto de elementos y se usa para compartimentar el espacio compositivo (como en las fotos de Arnold Newman y Franco Fontana).

PUNTO Y LÍNEA SOBRE EL PLANO

Lo más frecuente es la combinación de los tres elementos que dan nombre al libro de Kandinsky, aunque en muchas ocasiones domina alguno de los tres, convirtiéndose en el centro de interés de la composición. Ejemplos de Gianni Berengo Gardini, Federico Patellani y Arnold Newman.

LA TEXTURA

Todo el mundo tiene más o menos claro lo que es una textura si hablamos desde el punto de vista táctil, pero tal vez la definición de textura óptica sea menos conocida.

Podríamos hablar de dos tipos de textura visual, uno que atañe a la superficie y aspecto de los planos (y que en fotografía sólo se revela mediante contraste entre luz y sombra producido por una iluminación lateral) y otro que se podría definir como una repetición de elementos sin dirección que han perdido su identidad individual; por ejemplo, una multitud de personas, fotografiada desde bastante altura, podría pasar a ser una textura si cada uno de los individuos pierde su importancia como tal en aras del conjunto

LA REPETICIÓN Y EL RITMO

Por alguna causa a los humanos nos gusta la repetición visual. La mayor parte de las artes se basan en ella, la arquitectura (repetición de columnas y vanos, por ejemplo), la música, la pintura, la métrica poética… La repetición otorga coherencia formal a una composición. Hay varios tipos de repetición, uno de ellos es la textura, como acabamos de ver, pero hay otras. Una de las más importantes es el ritmo

Ritmo: Un concepto que, como muchos otros, se toma del mundo de la música. Se entiende que un ritmo musical es una repetición constante y periódica de un sonido; pues bien, un ritmo visual es una repetición periódica de elementos, pero para que sea tal deben de tener dirección, estar ordenados en torno a una estructura. El elemento repetido puede ser la forma, el color, el tamaño, la dirección…

En estos cuadros de Frans Hals los triángulos y puntos blancos dan coherencia formal y ritmo a la composición.
La alternancia de los personajes y las escobas, ayudados por las líneas del suelo, producen el ritmo en esta foto de James Whitmor.
Juan de Juanes. La repetición del color rojo y el negro, crean un ritmo de línea quebrada que repite el de las montañas del fondo.
En esta foto de Annie Leibowitz, la alternancia de rosa y blanco crean un ritmo por color.
Richard Avedon. Ritmo de forma y contraste.
Ramón Massats

CONTRAPUNTO

Contrapunto es cuando uno de los elementos que se repite rompe el ritmo porque cambia de forma, color, tamaño, posición, dirección, etc. Para que haya contrapunto lo que actúa como tal debe conservar alguna característica común con los elementos que forman el ritmo, porque de lo contrario se trataría simplemente de otro elemento más, no de un contrapunto; es decir, debe de haber algún tipo de relación (de forma, de tamaño, de color, de dirección…) entre el contrapunto y la repetición.

El contrapunto se convierte, con frecuencia, en uno de los centros de interés, cuando no en el principal

Esta última cena de Juan de Juanes sigue una estructura muy simétrica, las direcciones se repiten a un lado y otro del eje de simetría. Todas menos la del personaje de la derecha, que en lugar de converger hacia el centro de interés, diverge. Es la manera en la que el pintor nos hace ver quién es el traidor en esta narración visual.

En estas tres fotografías Thomas Höpker sitúa el centro de interés en el tercio de la imagen. En todas las imágenes el contrapunto se parece a los elementos repetidos rítmicamente en su forma (paraguas, personas…) pero varían en algún elemento (color/tono, posición…).

No todas las repeticiones conllevan ritmo. Algunos fotógrafos no buscan tanto la repetición de elementos formales como provocar la asociación de connotaciones en el espectador.

A Diane Arbus le fascinaba el parecido entre las personas, aparte de sus famosas gemelas, fotografió parejas matrimoniales o amigos que se parecían, no sólo en su forma de vestir, sino en gestos u otros aspectos “intangibles” que no podemos catalogar fácilmente dentro de los elementos plásticos descritos anteriormente.

Izis (israëlis Bidermanas), el lituano fotógrafo/poeta de París, encontraba relaciones en sus fotografías que no había observado al hacer la foto y que sólo veía en su laboratorio una vez reveladas.

En esta imagen, Izis encontró una curiosa relación entre la sonrisa de felicidad de la mujer y los dientes de los muñecos del tiovivo.
El maniquí del escaparate tiene su eco en el reflejo de los peatones cruzando la calle.

LA PROPORCIÓN

Es la relación de tamaño entre dos espacios o entre dos planos. La proporción más antigua es la simetría, que proporciona imágenes generalmente equilibradas pero estáticas. El Renacimiento rescató y amplió la llamada “Divina Proporción”, o Sección Áurea, que tiene como razón el “número de oro”: 1,618. Esta relación era considerada como la más bella de las proporciones posible.

Aunque en la mayoría de los programas de edición digital se puede reencuadrar la imagen eligiendo un patrón con la sección áurea y en muchas de las cámaras actuales es posible incorporar una retícula áurea en la pantalla, se trata de herramientas muy recientes y, por eso, la tradición de la composición fotográfica ha simplificado la Sección Áurea y ha establecido la “regla de los tercios”, ya que es mucho más fácil dividir visualmente en pocos segundos en tercios que con una relación de 1,618.

La simetría y la regla de los tercios son las formas de proporción clásicas, la fotografía las heredó de la pintura. Pero los fotógrafos introdujeron otras proporciones más altas que provocaban mayor tensión visual al proponer ratios de 1:4, 1:5 o superiores

SIMETRÍA

Hiroshi Sugimoto utiliza profusamente la simetría en su serie “seas landscapes”, donde fotografía mares de todo el mundo con diferentes condiciones de luz o climáticas.

REGLA DE LOS TERCIOS

Fra Angelico utilizaba frecuentemente en sus cuadros la división en tercios (sección áurea, en realidad). En su anunciación el espacio interior ocupa dos tercios frente al tercio del exterior.
El fotógrafo de la agencia Magnum alex webb recurre con muchísima frecuencia a las proporciones clásicas en sus composiciones.
En esta foto perteneciente a un reportaje sobre “espaldas mojadas”, la línea de horizonte se sitúa a 1/3 y el espacio del helicóptero también está en el tercio vertical.
Cartier-Bresson es conocido por sus composiciones perfectamente adaptadas a las reglas de composición. En esta foto podemos ver las proporciones horizontales y verticales siguiendo la regla de los tercios.

OTRAS PROPORCIONES

Gianni Berengo tensa las proporciones a aproximadamente 1:4 en lo horizontal y en lo vertical (posición de los personajes).
Werner bischof con frecuencia tensaba las proporciones a 1:5, 1:6 o 1:7.