Helen se sentía agobiada, triste y asustada, aun recordaba las palabras de aquel médico; -“tus exámenes nos revelan que presenta una enfermedad de tipo degenerativo”.
Se preguntaba una y otra vez ¿Por qué?, ¿Por què a ella? y ¿Por què ahora?, Sabía que valoraba su vida, esa vida llena de estrés e inseguridades, pero a su vez llena de alegría; su carrera estaba en auge a sus 40 años de edad, pues manejaba perfectamente la economía de su hogar y de la empresa que había construido con tanto esfuerzo.
Un día olvidó cerrar la llave del grifo al salir de su casa, otro dia apagar el microondas y poco a poco continúo olvidando cosas básicas y rutinarias, hasta llegar al punto de olvidar la dirección de su hogar; su pánico e impaciencia aumentaba con el pasar de los días. Hoy 15 años después de las primeras revelaciones de su enfermedad; ella se ve completamente y se siente completamente diferente; los latidos de su pecho se volvieron cada vez más fuertes y arrítmicos, ya no ve, ni percibe las cosas como antes, solo puede expresarse por quejidos incomprensibles y absurdos; sus movimientos son involuntarios, no puede alimentarse por sí misma y su cuerpo se encuentra rígido e inservible. Sus noches son oscuras y solitarias, se siente atrapada en ese pequeño cuerpo y prisionera en su propia mente.
El colchón sobre el que duerme se infla y desinfla con el pasar del tiempo, evitando lesiones permanentes en su piel; la medicación la mantiene somnolienta pero no insensible, por eso el dolor en su cuerpo es más fuerte y constante. Todos los días Helen habla y grita desconsolada e inútilmente dentro de sí, recibe acompañamiento de sus enfermeros en aquella habitación en la que se encuentra aislada de la sociedad. Tras pasar tantos años en cama y a pesar de estar bien resguardada a Helen solo le espera ser “Paciente”, ver pasar los días y con ella los años que le restan; hasta que un día alguno de sus órganos vitales deje de funcionar, y así pueda volver a ser libre de aquella prisión que pocos conocen, y que suelen llamar Alzheimer.
Escrito en honor a todas aquellas personas que conllevan alguna enfermedad o accidente postrados en una cama, especialmente a E.M.S. (MI PACIENTE).
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