Creo en ayer, en las miradas perdidas en el horizonte que se envuelve en el ámbar tardecer, miradas llenas de memorias, de personas que entraron y salieron de nuestras vidas sin darnos cuenta de lo que en ellas ocasionaron; creo en el viento que susurra secretos que no pudimos entender, o que no quisimos entender, en la lluvia que mojó nuestro rostro y que te recuerda lo maravilloso de lo inanimado.

Creo en el mañana, fuente de sueños y anhelos que mueve los pasos de quienes quieren ver un nuevo amanecer a través de la ventana pero quieren cerrar los ojos cansados de injusticias y tristezas pero también quieren despertar a la vida y llenarse de ella, creo en las miradas que miran al cielo esperando que las estrellas escriban las respuestas que creen necesitar.

Creo en el presente… el que dura lo mismo que un parpadeo, aquel que se pasa mientras te miras al espejo cuestionando cada paso que has dado o peor aún, aquellos pasos que aún tienes miedo a dar; aquel que siendo tan efímero lo creemos eterno y lo desperdiciamos sin actuar, sin abrazar, sin besar, sin gritar al mundo quienes somos o cantarles al oído lo que sentimos.

Creo que somos infinitos encerrados en universos colisionando entre sí, llenándonos de energía… listos para encontrarnos y reencontrarnos.

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