Capítulo 2 Primer encuentro 

Me acerco y saludo a papá con un gesto cariñoso y me giro para saludar a su invitado pero cuando lo veo me quedo de una pieza… <<¡Es un hombre muy apuesto!>>. Es la masculinidad hecha persona. Estoy impresionada mirándolo en silencio, como una especie de boba que perdió la capacidad de comunicación. Es inevitable no detallar con lentitud cada parte de su rostro: sus cejas arqueadas y definidas que enmarcan una mirada profunda con un toque risueño, su nariz fina y afilada, el contorno definido y anguloso de su rostro y una barba que lo hace ver increíblemente varonil. Su boca dibuja una pequeña sonrisa, seguro que le divierte mi reacción. Yo no sé cuanto tiempo me quedo observándolo hasta que papá nos presenta al fin.

-Franco, ella es Amanda, mi hija.

Se levanta y me sonríe ampliamente y su belleza incrementa considerablemente. <<¡La sonrisa le combina perfecto!>>

-Hola, Amanda. Un placer. -Saluda extendiendo su mano hacia mí.

-Hola, igualmente… -respondo. Y mi pequeña mano se pierde entre la suya que está cálida y suave. La toma con suavidad y el contacto se siente agradable, su calor envuelve por completo a la mía que está tan fría, su temperatura es perfecta para mí.

-Tus manos están heladas ¿tienes frío? -pregunta con curiosidad.

-¡Oh no! siempre las tengo frías… -Me trago un suspiro-. Con permiso, iré ayudar a mamá.

-Por supuesto. -Asiente y vuelve a tomar su lugar, yo me voy sonriendo tontamente a la cocina.

-¿Qué te pasó? ¿ Quedaste impresionada?-pregunta mamá divertida al ver mi expresión cuando me acerco a ella.

-Si ¡y mucho! -exclamo-. ¡Que hombre tan atractivo!

Ella sonríe y me pasa los platos ya listos para ser servidos.

-Deja de babear que vas a ensuciar los platos. Llévalos a la mesa será mejor -bromea.

Durante la cena, mi padre y Franco conversan, como era de esperar, del trabajo y de los proyectos que tienen en mente. Franco está muy entusiasmado aportando ideas y se ve que domina el tema. Yo me limito a comer al lado de mi madre y disimuladamente, doy pequeñas miraditas a Franco que está frente a nosotras. Nunca había visto a un hombre como él, su voz es grave y sus gestos le acompañan como si todo su ser se sincronizara para desprender un aura varonil y magnética. Inevitablemente se me escapa un suspiro, estoy disfrutando de esta cena y el placer aumenta con el panorama audiovisual que tengo frente a mí.

-Mi intención, Franco -dice papá-. Es delegar el mando a una persona más proactiva y preparada, que en este caso serías tú. Yo ya estoy viejo y cansado y deseo pasar más tiempo con mi familia. No tengo la energía ni la preparación para competir con las nuevas empresas y jóvenes profesionales cada vez más capacitados. El rubro se ha vuelto muy competitivo.

Franco asiente, mientras escucha atentamente las palabras de papá.

-Encantado de poder aportar con mis conocimientos, Enrique -responde él-. Incluso, me gustaría ampliar los servicios y no limitarnos solamente a contabilidad. Sino, brindar asesoría tributaria y contable. Captar nuevos clientes, contratar más personal y convertirnos en una de las empresa más destacadas.

Papá le sonríe muy complacido.

-Y tendrás toda mi aprobación para proceder como creas más conveniente.

Franco hace una pausa con los cubiertos para inclinar levemente la cabeza en señal de respeto y aprobación a las palabras de papá.

-Aprecio tu confianza. No te defraudaré.

-Podemos organizar los proyectos y los por menores aquí en casa, así estamos más cómodos y relajados. -Papá alza su copa para beber un sorbo.

-Por supuesto, me parece una muy buena idea. Tu hija Amanda podría ser parte de nuestros profesionales y en el futuro tomar tu lugar -dice mientras me observa detenidamente.

Me toma unos segundos comprender que se está refiriendo a mí. No acostumbro a este tipo de situaciones donde los invitados de papá me incluyan en sus conversaciones. Siempre soy ignorada y muero del aburrimiento. Levanto la vista y lo miro sorprendida, espera mi respuesta con esa sonrisa que me tiene hipnotizada y me hace balbucear:

-…Eh… ¿Yo? -Niego con la cabeza-. No creo. Soy pésima con los números.

Su mirada sigue fija en mí y me analiza, me cuesta resistirla.

-Amanda, desarrolla más su lado artístico y creativo -le responde mamá-. Le gusta dibujar y ese tipo de cosas.

-Pues entonces podría estudiar una carrera relacionada con el arte. Hay variadas opciones como el diseño gráfico, arquitectura, dibujo técnico y más. Debemos aprovechar todos nuestros recursos y talentos -sugiere guiñandome un ojo.

No puedo evitar la estúpida sonrisa que se forma en mi cara y bajo la cabeza avergonzada. Ese guiño ha tenido el poder de desestabilizarme. Franco de vez en cuando da miraditas en mi dirección y me sonríe, yo le respondo con todo gusto. Es Primera vez que disfruto tanto de una reunión de papá, de una sonrisa y una mirada profunda que me traspasa. De pronto mi celular vibra y le doy un vistazo… Es Alex. Le respondo con un mensaje rápido y que no me descubra papá porque no soporta esa falta de respeto.

Alex dice:
¿Donde estás?

Amanda dice:
Reunión de papá
¡ aburrida !

Me responde con una carita carcajada.

La verdad es que estoy TODO menos aburrida. El tiempo pasó volando con la visita de Franco. Cuando ya debe irse mi desilusión no dura mucho pues desde ahora lo veré más seguido. Sé que no es bien visto fijarse en un hombre mayor y mucho menos si es socio y amigo de tu padre pero nadie dice sobre poder admirar y contemplar tanta belleza.

¡Eso sí sería un pecado!

Al despedirse, Franco pone una de sus manos en mi mejilla y deposita un beso en la otra. El contacto es increíble y puedo sentir el aroma de su perfume… La suavidad y calidez de su mano… El roce de su barba en mi mejilla. Inconscientemente aspiro su fragancia lo más que puedo.

¡Cálmate Amanda ! pareces embobada. Y de cierta manera lo estoy… No, de cierta manera, no. ¡De todas las maneras posible estoy embobada!

Mis padres se van a la sala de estar y no dejan de hablar de Franco y de lo felices que están con sus proyectos. Mi padre le explica algunas cosas que mamá no entendió y como es costumbre, yo debo cumplir con mi tarea: lavar los platos. Precisamente hoy, este deber no me desagrada para nada, Franco me ha dejado con una sonrisa imposible de borrar. Sigo recordando sus gestos, deteniendo largamente mis pensamientos en cada uno de ellos; el tacto suave y cálido de sus manos… Su guiño deslumbrante… El roce de su barba… Su aroma… Y sobre todo, en la expresión de su rostro cuando me miraba y sonreía…

¡Dios, que sonrisa!

Los evoco una y otra vez, igual que un disco rayado que repite la misma escena sin parar y en cámara lenta… Muy lenta. Creo que Franco causó efecto en todos nosotros porque mis padres siguen hablando de él cuando me acerco a ellos para despedirme y subir a mi cuarto, les doy un beso a cada uno. Ya más calmada y con la mirada clavada en el techo, no dejo de pensar en este hombre tan magnético que ha despertado mi curiosidad, cosa que nadie había conseguido de manera tan intensa. Había algo en él que me atraía, que va más allá de su indudable belleza, era su manera de ser, de mirarme y sonreír. Cuando me fijo en un hombre, siempre le doy mucha más importancia a su carácter que a su apariencia exterior.

La belleza es efímera, pero tu esencia te acompaña todos los días de tu vida.

Aunque yo Jamás podría fijarme y mucho menos enamorarme de un hombre mayor… ¡doce años mayor! Por muy guapo que esté. No son mi tipo y casi nadie lo es, suelo ser demasiado exigente y además no puedo pasar por alto las miles de veces en que mi padre me ha dicho que debo buscar alguien de mi edad y de mi conveniencia, que los hombres mayores solo buscan aprovecharse de chiquillas ingenuas y sin experiencia, tal como le pasó a una de sus hermanas.

La notificación de un mensaje en mi celular me saca de mi trance reflexivo… es Alex.

Alex dice:
¿Que tal la cena?
¿Aún te estás aburriendo?

Amanda dice:
jajajaja no, ya terminó
No fue tan aburrido

El nuevo socio de papá era muy simpático.

Alex dice:
Que bien…
¿ya te acostaste?

Amanda dice:
si, me estaba durmiendo y tú

Alex dice:
Todavía no, estaba esperando
que te conectaras…
Pero estas cansada, hablamos mañana que descanses…

Amanda dice:
que descanses <3 xtagstartz/p>

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