Juro por Dios que sería capaz de escribir poemas románticos para alabar tu dulzura y describir cada milímetro de tu sonrisa, cada uno de tus elegantes gestos. Detallaría cómo ansío arrodillarme a tus pies y cómo besaría el suelo que pisas al abandonarme. Pero no es suficiente, cariño mío. Eso no me basta. Soy incapaz de confinar mi ser en actos puros y morales. Tengo un instinto animal muy acentuado, querida. Soy una bestia incontrolable y cachonda. Me empalmo con solo ver tus curvas. Soy preso del deseo de follarte hasta perder el sentido. Cuando pasas a mi lado se me pone el pene duro como una roca. Me duele el cuerpo entero cuando oigo cómo la falda te roza los muslos, casi desearía convertirme en ese simple trozo de tela para poder estar cerca de tu apetitoso coño y ahogarme en su fragancia y su sabor. Me obsesiona lo que guardas entre las piernas.
OPINIONES Y COMENTARIOS