Él se levanta todas las mañanas y se pone su máscara, se disfraza de humor y gracia, de chistes y de sarcasmo, se disfraza del hombre de las risas, y esconde sus heridas, y sus inseguridades detrás de ese hombre, mientras por dentro lo consume la frustración de saber que lleva consigo un gran secreto, y en vez de reír quiere gritar, o en vez de gritar quiere llorar o en vez de llorar quiere maldecir, su cuerpo se consume poco a poco en el dolor y en la impotencia, pero es tan cobarde y prefiere fingir, prefiere no sentir, y vuelve a usar su mascara y engaña al mundo, y por dentro cada día muere algo de él y ese hombre vuelve a surgir. 

                   

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS