Hay un recuerdo constante en mi mente, como tus ojos color café con esa mirada intensa y misteriosa, se clavaron en mí tan profundamente. La curiosidad fue inmediata, quería conocer más allá de lo que mis ojos solo podían ver y lo que en mi imaginación despertabas.

***

Hola, soy Meryl -pude titubear-, sentía mi corazón latir tan fuerte que pensaba que estallaría. Sentir la calidez y suavidad de la palma de tu mano, al momento de que respondieras a mi saludo.

Verte se hacía más frecuente, parecía haber un interés mutuo. Al cabo de meses estábamos juntos en una relación; Eso era lo que quería, estar contigo, un chico guapo, con una sonrisa cautivadora, una mirada que inspiraba confianza y te hacia parecer tenaz, quien iba a decir que pude conseguirlo. Pero, ¿Qué tanto paso durante nuestra unión, amor, alegrías, diversión?, pues no, el tiempo nos ayuda a conocer más que solo la carátula, creí haber conocido el amor de mi vida, porque un chico fue dulce, cariñoso y detallista conmigo. A fin de cuenta solo me enamoré de la superficialidad de una persona, me apegue a la amabilidad que alguien simulo poseer, y a un amor que solo fue una falacia.

¿Por qué?, Todo parecia estar bien, se veían muy felices. Es fácil para muchos solo aparentar para poder conseguir lo que quieren. Buscabas en mí, la facilidad de una aventura, conseguiste desnudar mi alma y cuerpo, para rodearlos con tu falsa ternura.

El amor de joven, siempre es vivaz, lleno de sueños y esperanzas, muchas veces nos hace perdernos en la profundidad del mismo, dejamos de ver la realidad y lo convertimos en fantasías.

Rompiste mi alma y corazón, pusiste sal en cada una de las heridas. Y luego comprendí que tan solo fui feliz pero bajo miles de mentiras, al final solo quede yo y un corazón hecho cientos de miles de pedazos. –

~M.K

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