Contaba una leyenda que en lo alto de la colina existía una ciudad fortaleza con tantos miedos y egoísmo que se rodeó de un gran muro de hormigón y de un profundo foso. Pero un día cualquiera, de repente un caballero soldado se aproximó y con la única habilidad de su pincel dibujó una puerta dorada en él y a la mañana siguiente, la puerta tenía una cerradura plateada…Pero la ciudad, que era muy egoísta y miedosa, no quería compartir su fortaleza con nadie y tiró la llave a lo más hondo del foso. La cerradura se volvió a cerrar, la puerta se borró y el muro se cerró.
El caballero se alejó y en la lejanía encontró su felicidad.
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