Siempre divertido y risueño entre sus amigos y compañeros, disfrutando de los buenos momentos y de las conversaciones, recuerdo a cada uno de ellos como si aun fuese ese instante, sus nombres, sus rostros, la entonación de sus voces, uno a uno nos fuimos distanciando, como cosas normales de la vida, todos buenos amigos no importa el tiempo que pasara, pero al encontrarme con ella de nuevo, fue como si la hubiese conocido por primera vez, como si nunca antes la hubiese visto, su sonrisa resaltaba un esplendor, y su silueta remarcada por la luz del día que se unificaba con el entorno, quede hechizado por la forma en la que me trataba, al terminar ese día de reencuentro no podía dejar de pensar en ella, pero pensé «Es una buena amiga, no podría ser otra cosa que deseo y no tengo al valor para lastimar o hacerle daño solo por un impulso». Pasaron los días y ella permanecía dentro de mis pensamientos así que tome una decisión, «Me alejare por un tiempo, seguramente se me pasara esto que siento» enfocado en estudiar y trabajar, el tiempo y las horas se me iban, y en los días tranquilos siempre llegaba un mensaje para mi «Ella te envía saludos», Mi corazón saltaba en ese instante y me sentía confundido, ella solo era amable, pero a mi me gustaba cada aspecto que ella mostraba.
Tome aun mas distancia, pero en mi cabeza solo imaginaba, que pasaría si confesara esto que siento, ella no gusta de mi, solo me ve como un amigo o quizá podría parecerse bien y compartir mi sentimiento, al no encontrar respuestas solo me sumía aun mas en mis responsabilidades esperando que solo fuese la sensación del momento y sin darme cuenta algunos años pasaron y momentos en los que mi vida se iba estando en la universidad escuchando la charla de alguien unas palabras quedaron grabadas en mi mente «Entremos en lo profundo de nuestros pensamientos, y encontremos aquello de lo que estaríamos arrepentidos de no haber hecho mientras aun no estamos muertos» en ese instante no pensé en ella, días mas tardes evite un accidente que pudo haber provocado mi muerte, pero que si provoco la muerte de un compañero y recordé no solo las palabras de este personaje sino que también ella era lo que resonaba como el sonido de las campanas en un pueblo pequeño, lo que temía no haber hecho era no confesarme, tenia miedo pero lo hice.
Mi actitud bromista siempre salia a relucir cuando tenia que hablar algo que podría afectarme sentimentalmente y lo llamaba «mi seguro personal» si recibía una respuesta que me lastimase no me afectaba porque evitaba las tensiones y los momentos de posibles dolores, me confesé aunque por un medio de comunicación ella preguntaba múltiples veces si lo que yo decía era cierto, que no podía creerme, la verdad ni yo mismo creía lo que decía, quería decirlo con libertad pero sentía miedo, ansiedad, sin darme cuenta nuestras conversaciones se hacían mucho mas frecuentes y disfrutaba cada palabra, cada risa, ella leía lo que le escribía y yo lo que ella me decía hasta que en un momento confesé lo que sentía, con total seguridad con todas mis fuerzas, esperando una respuesta, no exactamente que compartiera su vida con la mía, sino solo si tenia una oportunidad, si por pequeña que fuera para yo poder ganarme su afecto, ella no respondió y evadía mi pregunta, así que tome la decisión de esperar, ni importa cuanto tiempo, no importa el dolor de la espera, o la intriga de que pudiese sentir algo por alguien mas, sino con la esperanza de poder recibir lo que yo buscaba, no la quería como amiga, la necesitaba como el fuego necesita el oxigeno para arder.
Seguir insistiendo, ahora no me importaba el dolor sino una respuesta, la que yo quería escuchar o la negativa que finalizara con este camino que estaba emprendiendo, ella seguía siendo alguien amable, escuchaba mis malos momentos, me aconsejaba, compartía mis bromas y reía, me di cuenta que no era gusto lo que sentía sino algo mas, algo mas fuerte que un simple gusto, yo no comentaba con las personas mis secretos, pero ella lograba que yo los dijera, no podía mentirle, y no podía callarme lo que me preguntase, me daba cuenta que ella ocultaba muchas cosas, que no tenia la misma confianza que yo hacia ella, pero le comprendía, era su decisión y le respetaba sin dilación, estaba dispuesto a hacer lo que sea por ganarme su afecto, no por lastima, no por pena sino que fuese algo puro, aceptaría un no por respuesta si ella así lo quisiera estaba completamente decidido.
Habían momentos en los que las conversaciones eran diferentes, eran forzadas me daba cuenta ella no quería hablar, pero su amabilidad hacia mi no quería herirme, evitaba insistir demasiado no quería ser alguien molesto, así que cuando ella iniciaba las conversaciones sabia que quería hacerlo y yo reunía todos los momentos y bromas posibles solo para hacer la conversación atractiva y agradable, cuando yo iniciaba la conversaciones siempre buscaba saber como se sentía y esforzarme en ayudarle, si estaba triste en animarla, si estaba molesta en que se desahogara, pero aun así no había podido lograr saber, que opinión tenia ella respecto a mi…
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