Te miro en un impulso largo, acicalado
De labio y diente relamido
Y esculpo la senda que caminamos
En el sueño de cardenales, luces y estocadas
Es el pasado reciente de las conquistas
De los pechos, los vientres y las caderas juntas
Disfrutes y hechizos de taninos y retozos
Abrazos de delirio de la noche nueva
De labio y diente relamido la lengua, que compite
En la humedad de boca a boca
En la derrota de la luz y de las horas
Bravíos los movimientos
Del deporte de las sombras
Te miro en un instante enorme, deslumbrado
Con apego libre por tu seno
Oscuro, enardecido y terso
Simulación arrebolada de la espiga
Mies de planta dorada y lista
Para cocer el fruto de lo nuestro
Renacer del centro de la cumbre, nueva
Con el filo de un impulso y una arista
Desollando los tallos de las olas
Que nos miran caprichosas desde siempre
En la sublime y profunda estancia
Te miro en un éxtasis de sueño, prolongado
Siento que te tengo dormida, erguida
Cercana, extraña, divertida
Lejana, esquiva y posesiva
Siento que te persigo y que te escondes
Siento que me atrapas de las palmas
En un baile silente de luciérnagas
Y te zambulles en mi vértigo
Rozando mi locura y tu estrategia
Te descubro hada, díscola y ufana
Prendada de mi carne y de la nuestra
Trepando por la arista de mi espalda
En un misterio de sonidos rescatados
Te tengo, tú me tienes
Profundo en la cálida humedad, profunda
De tu vientre y de tus piernas
Y se escurre el amor y la piel y los lamentos
Y se nutre el esfuerzo y la velada
Desde el alto mirador de tus ojos densos
Que me escrutan lentamente
Y dicen cosas serias o perversas
O me aman a cuchilladas dulcemente
Como yo te amo siempre…a dentelladas
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