El blanco teñía las calles. Una gruesa capa de nieve, inundaba las veredas, y el asfalto, aun podía ser transitado sin muchas dificultades. Copos de nieve se deslizaban como plumas en el viento, y el aire gélido que invadía los pulmones de la gente, los hacía exhalar aire en bocanadas blancuzcas. Ventanas empañadas, frío por fuera, y cálido dentro de los hogares. Así se podría describir, a un frío invierno, un invierno, bastante normal.Hasta que, en un momento, el blanco se tiñó de rojo, y un cuerpo cayó al suelo, una persona que ahora era un cadaver, y quien fue peso muerto que la gravedad tumbó boca abajo.¿Qué había sucedido? Nadie vociferó, y nada se escuchó. Fue silencioso y callado, instantáneo, indoloro, perfecto asesinato, según ella. Desapareció, antes de que alguien la presenciara, y no tardó en darse cuenta que la policía vendría por el cuerpo a su momento, pero ella, tan lejos como cerca estaba. Las sirenas sonaban, no las damas hambrientas, si no, las incesantes y ruidosas que emitían los coches policiales. Ella sabía que estaban cerca, pero no cerca de ella, intuyó. Buscaba más que un cadaver, buscaba un culpable facilmente apuntable. ¿Quien murió? Ella no conocía más que su nombre y su relevancia para el entorno, más a él, no lo conocía ni era relevante para el mismo.»Ella»… ¿Quién era?Volvió a su hogar, una cómoda casa solitaria e idónea para ella, Alguien sin nadie. Y fue una más en la población, cuando los susurros eran hechos y no rumores. Alguien había muerto, de un disparo al pecho, y alguien le había matado. Fingió asombro, y se presentó, desde donde todos, estaban debatiendo culpables, pues todos habían salido de sus hogares a ver y reconocer el cadaver. Y ella fue otra persona más en la población. Quiso poner a prueba la astucia de la gente a su alrededor. Con las articulaciones aflojadas, ella estaba lista para el desafío que pondría frente a los ojos, de los locales.
10:38 A.m
— ¡No tuve nada que ver! Un sujeto para nada relevante gritaba hacia la multitud que lo estaba inquietando con insultos e inculpándolo por el simple hecho de un acto incriminatorio hacia su persona. Ya que era un cazador de los lobos de la tundra tenia de armas de fuego para la temporada de caza, por lo que el podía ser uno de los principales sospechosos del caso.
—¡No hemos hecho nada! Mencionaba el compañero de el cazador al cual estaban inculpando, era un sujeto joven de unos 22 años aproximadamente, estaba expandiendo sus brazos sujetando a los habitantes que querían atacar al viejo »cazador de lobos de la tundra» y puesto que defendía al acusado, lo tomaban como un cómplice, la gente los abucheaba y atacaba con huevos e inclusive algunos empujones, por el escándalo los policías comenzaron a llegar.
10:45 A.m
las sirenas de los coches policiales se escuchaban en mayoritaria cercanía de la zona del suceso en donde había una catástrofe por los habitantes de la zona cerca del asesinato en donde la nieve blanquecina y sublime se había vuelto rojiza y perturbadora con un hueco que marcaba el cadáver de la persona aun no revelada por las autoridades recientemente asesinada, dos coches derraparon por la nieve que tapaba el camino y frenaron sobre la acera mal estacionados, la puerta se abrió y de ambos coches dos policías se asomaron por las dichosas, cerraron las puertas y en sus manos se mantenían sujetando dos pistolas de nueve milímetros, mientras que otros tenían rifles de caza sin mira para darle el aspecto de una escopeta recortada o algo con un parentesco a lo mencionado.
los sujetos armados con rifles sacaron esposas de los bolsillos traseros y los posicionaron sobre las muñecas de algunos de los sujetos señalados como culpables, se suponía que iban a ser investigados para dictaminar si eran o no inocentes, el sujeto dirigió un golpe hacia la mandíbula de uno de los oficiales, mientras que el chico de 22 años atado de una sola muñeca se volteo para darle un cabezazo al policía que sujetaba las esposas para lanzarlo contra las calles cubiertas de nieve, sin embargo la multitud no tardo en desplomarlos contra el suelo a empujones, si ellos eran los asesinos estaban en peligro y no iban a arriesgarse a ser los próximos, los policías sacaron sus bastones y los impactaron contra los cuellos de los dos individuos en cuestión y los metieron a la patrulla, enseguida pisaron el acelerador y se fueron dejando humo que los envolvía en neblina dejando un camino casi innotable.
un pequeño grupo de personas comenzaron a despedazar la casa de madera refinada del cazador y su cómplice, eso creían y eso afirmaban hasta ahora, un asesino y su compañero.
y apoyado en un rincón de la cabaña en el exterior, un sujeto con la mirada baja con su rostro ensombrecido parecía actuar indiferente, en esos instantes, ambas manos estaban en unos bolsillos de lo que parecía ser un traje de un color negro puro, y algo sobresalía, algo extraño, algo largo y con un pequeño puntillo oscuro, como si de esa zona fuera a expulsarse algo, una bala, un cuchillo, un dardo, lo que fuera, y en ese instante, los tejidos blanquecinos del saco taparon el dispositivo y el sujeto dio pasos cautelosos para mezclarse con la multitud, conducta bastante extraña, pero era alguien irreconocible hasta el momento, su rostro no se observaba por las sombras y era dificil interactuar con el sospechoso disponible actualmente por el hecho de estar mezclado entre la multitud, con gritos, murmullos e inclusive vidrios rompiéndose con ladrillos por parte de los grupos de personas rompiendo la cabaña por justicia a lo que creen que había hecho el cazador.
Pero las huellas que iba dejando con sus zapatos mocasines era muy diferente a la del resto, por lo que al parecer se trataba de alguien adinerado, su cabello era negro y estaba revuelto cubriendo la mayor parte de sus ojos, por lo que tampoco era visible el color de estos.
10:48 A.m
Una mujer se aproximaba por la acera manchada de rojizo por la nieve que había volado por el viento fuerte de esas zonas tan frías, el rojizo lógicamente era causado por la sangre vertida en el suelo de un sujeto con aparentemente un disparo en su pecho, esta mujer tenia su cabello rubio, sus ojos eran de un color celeste marino, sus labios eran gruesos, tenia un saco con botones tapando sus pechos, una falda que llegaba a la inferioridad de sus rodillas y para terminar unas medias rojas hasta las rodillas, abolladas al final, dobladas para ser exactos con las palabras, y en ello sostenía un micrófono, con una voz un tanto grave articulo las siguientes palabras y entre ellas su tono demostraba felicidad, quizás era una reportera que estaba feliz por dar a muestra su primer articulo y exponer su primera noticia.
— Estamos aquí donde un asesinato acaba de ocurrir, la policía no ha encontrado una sola pista, ¿Se trata acaso de un asesinato perfecto? ¿Se trata acaso de un profesional? ¿Por que hicieron esto? ¿Que tipo de relación tenia el asesino con este sujeto? según nuestros contactos, indican que el sujeto caído que ahora descansa con Dios era llamado, ‘Clay» »Clay Figeforth» era un hombre adinerado, tenia un hijo de 19 años ahora heredero de la fortuna de este hombre que había fundado un museo en esta ciudad, fuentes indican que el cazador de la tundra, así apodado por los habitantes, fue el asesino, ya que era uno de las personas con mas capacidad en las calles para portar armas sin problemas, inclusive quien mas armas portaba, aunque algunas pocas personas afirman que su hijo el heredero fue el asesino, para con exactitud, heredar la fortuna de su padre, otros mencionan que fueron algunos de sus empleados, no hay que descartar la idea de que fue algo muy perfecto para que no se haya planeado o no haya habido cómplices, por lo que pudieron ser algunos de sus empleados del museo que querían asesinarlo y luego robar las riquezas del museo al tener tanto acceso a este, hasta ahora camionetas se dirigen al museo para buscar pistas, van a hacer un cacheo por el lugar y van a intentar descubrir que tipos de tesoros tenia ahí, buscar fotos que demuestren amistades y analizar gestos de esas amistades para comprobar si pudieron odiarlo, una falsa amistad, envidia, etcétera, en un par de horas mas continuaremos reportando estas noticias, que tengan un buen día, ha hablado Crysta Fall con las ultimas noticias hasta ahora.
Si el tal Clay era alguien tan adinerado, era posible que muchas personas hubieran querido asesinarlo para tomar todas sus riquezas, inclusive sus familiares, y aun no se mostraba la identidad de su esposa, aunque por lo que habían mencionado en otros canales de noticias, iban a hacer una entrevista a sus familiares, si Clay tenia tantas riquezas y un asesino adquirió todos sus bienes, solo significaba que un asesino tan perfecto como el rumorizado por cada medio tenia mas poder, y quizás continuaría asesinando a personas con un gran estatus económico, haciendo que en las calles el caos se revolviera, era una situación complicada y todas las unidades policíacas estaban involucradas para detener a los sospechosos posibles y descubrir todo sobre ellos.
Por el momento, no parecía que nadie estuviera acercándose a ella, ni en menor ni en mayor medida. Sencillamente, ella no había sido apuntada con el dedo, su nombre, no había sido escuchado, su figura no había sido descripta como una silueta, nadie seguía su sombra, todo era perfecto. Así era ella, era un fantasma casi en la ciudad. Resaltaba incluso en la población con su figura, siendo bastante particular entre las féminas, y quizás, llegaba ser hasta inesperado que ella fuese una sospechosa.
—¿Quién puede ser el asesino de Clay?— Entonó algún joven entre la población a aquella mujer.
—Solo es una pésima, horrenda persona. Nunca hagas eso muchacho ¿Sí?— Entonó en calma, dirigiendola una sonrisa al niño.
—Si, comprendo… Pero… ¿Quién esa horrible persona?— Cuestionó el muchacho, a la mujer quien superaba su altura.
—¿Quién sabe? Si ya se supiera, no habría caso que resolver ¿No?— Correspondió calma.
—Oh, perdón por la tonta interrogante…— Bajó la mirada el chico.
Y ella, dirigiendo su mano a la cabeza del muchacho, acarició la misma con su mano derecha a la cabeza del muchacho, acarició sus cabellos, replicó amable. —No pasa nada, muchacho, no pasa nada. ¡Ve!—
Y el muchacho, corrió, alegre, y ella, lo vio marchar. Mostraba una sonrisa calma en su rostro, pero por dentro la sonrisa era maliciosa, más si, sonreía sin duda realmente. La última persona de la que se pudiese sospechar, contemplaba como todos discutían por encontrar al culpable. Todos, discutían y peleaban por saber quien era el culpable. Y ella, sabía que tan lejos estaba ¿Pero que podían decir de ella en su contra? Por el momento, no habían ojos que la ficharan. La calma en ella era bastante notoria, pero aun así, mostraba las emociones acordes al momento, ira por una muerte, temor por ser el siguiente, pero no nervios, simplemente, falso pánico. Espectó todo, y dejó que el tiempo corra.
— Yo pienso que debemos dejar todo este asunto a la policía.
Agrego un hombre de mediana edad entre la multitud, mientras que otro contesto de manera negativa.
— Los uniformados [Referencia a los policías] son solo insignias que siquiera se han ganado, mas de uno es hijo de algún patrón y toman cargos especiales, yo creo que nosotros, el pueblo, debemos encargarnos de un tema así.
Agregaba un chico de juventud notable entre la multitud hacia el señor de mediana edad, interponiéndose a su decisión.
Sin embargo entre esa multitud se encontraba alguien muy relevante en el pueblo, un antiguo gobernador de esas zonas frías en toda esa nieve que cubría techos de casas enormes, era un hombre muy sabio y siempre sabia que hacer, fue un gran gobernador, pero cuando dictaminaron a un nuevo presidente, el gobernador sabio y preferido cayo, dejando al preferente por parte del nuevo presidente, pero aun la gente lo adoraba por su sabiduría y su palabra era importante, se expuso al publico con una boina marrón y un saco a cuadros un poco desgastado, con una bufanda negra, pantalones de color verde oscuro, con botas marrones claras de exploradores, ojos marrones claros, su piel era blanquecina como la nieve, y parecía sublime, ya que se veía desde las lejanías como algo muy suave, entonces menciono en voz alta, sin temor, y con total seguridad.
— Yo hubiera preferido que el muerto que mancho de rojizo la bella nieve de nuestro pueblo hubiera sido nuestro nuevo presidente.
Su tono de voz era cálido, se acoplaba perfectamente con el ambiente, tenia unos 24 años, había estudiado derechos y terminado 2 años antes, era alguien bastante inteligente, y algunas de las personas que escucharon de sus palabras, enseguida captaron en su cabeza que el podía ser el asesino, alguien tan perfecto, o bueno, no perfecto, pero tan inteligente como para causar un asesinato sin ser detectado, entonces entre los grupos de personas separados por diversas opiniones uno menciona.
— Que palabras dice querido poblador ahora de nuestras tierras y no caminante de su palacio, quizás usted con su capacidad mental pudo deducir a la perfección que con las palabras dichas por usted quitaría nuestras sospechas, pero se ha hundido lamento informarle querido sabedor nuestro.
Le aclaraba al intelectual antiguo gobernador.
en ese instante, el grupo de personas perteneciente de ese hombre tan correcto que trataba al gobernador como un asesino, comenzaron a proferir insultos, apoyando la opinión de el hombre que acababa de hablar en contra del gobernador.
— Si fuera yo quien portara las armas de un profesional, si fuera yo el que no tiene defectos, seria a quienes mas odio un ataque de asedio, así que lamento decirle que yo no estaría solo si se tratara de un asesinato, tendría un grupo, un plan, un accionario completo en una lista para suposiciones exactas, para contra atacar en preguntas, en otras suposiciones, y por supuesto como todo Abogado, rebajando mi moral hasta ganar el juicio. ¿Comprende, joven poblador?
Fueron las palabras entonadas de esa forma lo que convenció a la mayoritaria población presente en ese intercambio de ideas y deducciones ademas de incriminaciones
El sol ya no estaba expuesto, la nieve tapaba todo, se avecinaba una tormenta, había neblina repentina, el sol estaba escondiéndose, la noche se aproximaba, ahí fue cuando varias personas simplemente abandonaron esa charla por poca importancia y fueron a sus casas por seguridad, mientras que otras aclamaban por el gobernador y otras por el respetuoso y aparentemente inteligente poblador que se estaba preparando para su siguiente contra ataque, en lo que una bala callo al suelo desde la manga de uno de los pobladores, un chico de cabello rojo, era teñido posiblemente, estaba cubierto con una bufanda verde y dejaba a la vista sus ojos color blancos, era algo extraño, pero no era algo en que fijarse, sino en lo que había caído desde su campera de cuero de escalador de montañas, por lo que algunas personas murmuraban era un sobreviviente y antiguo escalador del monte Everest. Pero eso fue lo que dejo perplejo a todos, cuando el joven que estaba atacando al gobernador se aproximo hacia el suelo, manchando nuevamente las bellas nieves con un rojizo carmesí, entonces las personas comenzaron a gritar con ansiedad, el chico con nerviosismo emprendió a escapar de la zona, era lógicamente el asesino pero mas que saber que era un sobreviviente no tenían información sobre el, y quizás ese no era el asesino, podía ser un cazador que actuó por impulso, pero ignorando ese hecho, un grupo de personas comenzaron a perseguirlo adentrándose en las profundidades del bosque inundado por la nieve que caía desde el cielo.
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