TÚ, CON NOMBRE AMOR

A veces el amor es como un cigarrillo,

se enciende con la llama del fuego,

disfrutas con cada calada del vicio,

pero sabes que tras cada calada,

se esfuma la esencia de la primera llama,

hasta que solo quedan cenizas en el alma.

A veces el amor es como una canción,

sientes cada uno de los fonemas,

te evade tras cada letra,

provoca risas y lágrimas,

pero cuando las últimas llegan,

es cuando tu vida sin más queda desarmada.

A veces el amor es como una partida de ajedrez,

comienza con cada paso, cada peón

que decide dar el corazón,

pero a veces la partida te juega un jaque mate,

y con tu dolor

te obligas a volver a lugar donde todo comenzó.

A veces el amor es como una flor,

florece y crece cuando se riega,

cuando se cuida y protege,

pero se marchita cuando la atención cede,

y muere a manos de aquel que no la valora como se merece.

El amor no entiende de edades,

ni de razas ni andares,

el amor solo entiende del corazón,

pero cuando este queda dañado,

es porque ese amor no estaba a la altura de su condición.

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