Sin perro no hay ladrido
«Sancho, cuando los perros ladran es porque cabalgamos» Don Quijote de la Mancha
El mañana es muy indeciso y creo suponer que también es un regalo, pero cuando se vive sin restricciones en un ambiente favorable y de paz. Se puede decir que cada persona es única e irrepetible, aunque la mayoría somos sumisos a perjuicios de las personas que nos rodean. Ser lo que uno desea, no tiene nada de malo y no hay porque sufrir por la felicidad, porque se llama gozar de la vida y ser animado cuando cabalgues por ahí, eso no se puede objetar con los ladridos de tus perros que no muerden por miedo, ladridos que duele más que una simple mordida.
«-Palabras necias, oídos sordos» suelen decir las personas mayores, pero yo como joven les critico ¿por qué tener que aguantarlo? En lo personal me aburre, pero no las personas sabias sino, la misma sociedad común en la cual vivimos «normalmente». Es como cuando soportamos insultos como: «estúpido», «idiota» o como se suele decir popularmente «Down». Es increíble la forma que lloras y te fastidia porque tú sabes que esas palabras provienen del ser diferente y porque ellos se encuentran en una frivolidad común. Forjar un ambiente estable y apto para todos no es nada fácil, sin embargo, se lograría si cada uno aportamos un «granito de arroz» con opciones positivas y respetando a cada ser vivo o compañero.
Consecuentemente se puede decir que las largas cadenas, no sostienen fuertemente a los «perros» quien este caso es la misma sociedad, ósea cada persona hipócrita y tóxica. Esos perros se suelen expresar con sus ladridos compuestos o simples que lastiman a mí y a los demás. Muchas veces solemos llorar cuando esas palabras que no proceden de nuestra boca, pero si son nuestras, reímos a fuertes carcajadas y somos igual de «perros».
Nos ahogamos en la envía, pero no la nuestra sino la que nos implanta la sociedad, sociedad que te educa por ser tu mejor versión, que te educa para ser uno igual a los demás. Formamos un «callo» profundo en nuestro ser con hechos egoístas y poco asertivos.
Se supone que todos somos especiales en alguna especialidad, no es muy cruel cuando tus amigos o compañeros te critican por ello y por eso es que sin perro no hay ladrido porque si no fuera por ellos una cara bonita no simboliza nada, incluso no definirían un rol tan inestable y que a veces te hace sentir como el ser más miserable del planeta. Para mí ser gay o travesti no es motivo de burla, de considerarlo inferior o para apagar esa vela tan brillante que lo rodea a cada uno. Me caracterizo por ser una persona muy celerosa e incluso omito burlas que también me consumen, pero gracias a la fuerza del destino que me impulsa Miguel de Cervantes, un sabio escritor sin saberlo me dijo que cabalgara con él, siguiera, que incluso siguiéramos sin detenerlos por un simple perro como lo es el octavo «D» quien muchos utilizan o me utilizaron para deberes y luego me desecharon.
Se siente frustrante todo lo que la gente te dice y sin embargo no es tu culpa porque tu no quieres formar parte de la sociedad común que ahoga a sus integrantes en la envidia que consume a cada ser como si no valiese nada y más cuando son personas con un futuro supuestamente prometedor, siendo el mismo rol que te definen y que todo padre quiere para su hijo porque piensan que así serán felices, pero simplemente someten a un niño a no vivir su infancia ,a ser uno más de la comunidad que tiene miedo a cabalgar en el mañana o mejor aún que el mañana te cabalgue a ti porque cuando somos un cero a la izquierda somos un uno positivo y que desea ser único. Ese uno no quiere ser como menos uno porque él es negativo y no es positivo se guía por sus condiciones establecidas e incluso se da cuenta que ser positivo le facilita la ruta al éxito que es tu felicidad a la izquierda. Sentimos vergüenza de lo que somos, pero como Poe demostramos amor que es pisoteado hasta por tu misma familia, y tus sueños caen muertos al suelo donde es tu mínimo del abismo que te consume lentamente cada día. Creemos en el mundo como Ana, pero sabemos que por muchos tratados y un papel firmado los países consumen la guerra fría a todos y provocan muerte de muchos ceros a la izquierda que son uno positivo.
Buscan cada defecto, cada mínimo defecto porque saben que lograrán herirte, que eres un ser sensible que te tiraras al suelo donde no dejarás de caer…
Te apuñalan y ya te vale porque ser un menos uno y creer en el mundo no se combina en uno y sin embargo se escribe mal la historia que te relata, donde la princesa espera un príncipe y son hermosos, aunque sean más que un par de dos ogros que matan a sus sirvientes y el cual usted y yo somos parte y el cual Hitler y Walker nos acompaña en el llorar de cada día.
Deseamos morir de nuestro mismo ser y que tal vez ser incluso un simple dos ya es ser un Dios pensamos en que será mejor, pero simplemente lo hacemos sin comparación e incluso ya no lloras, sino que ese perro te desgarra y esperas que encuentre tu garganta porque te morirás y no porque tu sangre se irá sino porque cambiaras y no para un dos sino un tres que no tiene nada que ver.
Consúmete tú mismo ¡Qué importa! Porque todos sabemos que solo soy un simple joven que no cambiara nada y me dirán perro porque si soy un cero a la izquierda, pero si no te estimas hoy mañana será tarde y para mí no hay futuro sino el hoy porque si se mira más de la cuenta la vida pierde su chiste y de esa forma los perros no se lograran eliminar, pero, aunque no lo haga podré dejarles un poco de mí.
No sufro porque ya no me duele, aprendí de mis heridas y fortifique las cicatrices de mi alma e incluso olvidé la sociedad porque ya no quiero ser parte de ella porque me llaman cero a la izquierda y si no les parece a ellos a ustedes si porque son valiosos e incluso únicos pero si son de ellos, si son sumisos busquen una ayuda porque el hombre se lastima el mismo porque se les olvida que existe el amor, que fortifica lazos entre nosotros y no somos un simple número sino uno mismo que soy yo y somos uno cuando todos lo somos.
Seguiré esperando por un cambio en mí y en ustedes porque sin perro no hay ladrido porque sin raíz no hay árbol y sin calor no hay frío sino la falta del mismo.
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