El destino me hablo suave en el oído y me dijo así:

No busques a nadie, solo búscate a ti,

Yo no lo comprendí,

Es por eso que hoy te busco a ti,

Por qué solo así lo entendí,

Por qué soy testarudo no erudito,

Las respuestas solo llegan cuando estoy contigo,

Cuando te amo apasionadamente,

Aunque algunos me llamen demente,

Perplejo me quedo nuevamente,

Al mirar nuestro reflejo,

Por dios estamos tan viejos,

Nuestros cuerpos maltratados por los años

No me reconozco, no te reconozco, parecemos extraños,

Que se cruzan por casualidad en la vida,

Y al mirarse sus almas caen rendidas,

Aunque te cambien el rostro amada te reconocería,

Tu alma y la mía son la misma,

Idéntica pieza que un día se destrozó

Y que reconstruimos día a día nosotros dos.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS