Era Junio del 2016 y me gradué de la universidad algo que mis padres estaban más que orgullosos por primera vez de mí. Sebastián me ayudó para mi tesis, íbamos camino a la playa en la noche y yo iba estudiando para mi presentación de proyecto final que era el día siguiente. Al terminar mi presentación pasé con un 94% de calificación y fuimos a celebrar a nuestro sitio favorito por unas cervezas alemanas.
Tras terminar la universidad como todo ser humano con ambiciones y sueños que cumplir el mío era trabajar para una gran compañía de cruceros y viajar por el mundo. Sebastián estaba de acuerdo conmigo en acompañarme en esta aventura y hacer los cursos necesarios para postular a un puesto. Se necesita una meta, un plan financiero y por supuesto las ganas de hacerlo posible.
Todo esto estaba a punto de cumplirse porque tomamos la decisión de renunciar al trabajo y con el presupuesto que obtendríamos era suficiente para los cursos que se realizaban en otra ciudad. El apartamento que íbamos a alquilar era perfecto, un poco costoso pero valía la pena y sin necesidad de pedir ayuda a terceros. Todo esto sucedió una semana antes del hecatombe de mi vida.
Días después, recibe una llamada de su ex pareja Martha, histérica que alguien desde hace días le está mandando mensajes de textos de un número desconocido diciendo lo que él hacía conmigo. Para nuestra sorpresa, amenaza con decirle a mis padres lo que está sucediendo y que quiere saber el nombre de la persona que compro el chip y que esos mensajes se detengan. La convence de que le dé un día para averiguar. Lo extraño de todo es que nosotros pasábamos 24/7 juntos ambos sabíamos que no era yo, jamás se me pasaría por la cabeza hacer algo tan infantil pero teníamos que saber quién era ya que en los mensajes decía donde habíamos estado ese día y efectivamente estuvimos ahí. Con el contacto de la prima de una amiga mía que trabajaba en esa empresa de telefonía solo pudimos conseguir el lugar donde fue comprado el chip y que fue una persona del sexo femenino. Hicimos hasta lo imposible esa tarde por averiguar quién nos estaba siguiendo y porque nos quería hacer daño de esa manera. Confiada en la noche sabiendo que teníamos un día más para averiguar.
Esa misma noche mi mundo cambió y dio un giro de 180 grados. Cada vez que mis padres me llamaban y tenía que ir a su habitación no era para algo bueno. Al llegar solo estaba mi madre y me dice que como era posible que yo anduviera con alguien casado. Mi instinto de supervivencia se activó y negó toda acusación pero ella indignada y exaltada diciéndome que una mujer acaba de llegar a la puerta de la casa, acompañada por una señora y embarazada pidiendo que hablaran conmigo porque yo estaba destruyendo su matrimonio.
El impacto que eso causó a mis padres fue irreparable. Jamás había presentado a alguien en la casa por el simple hecho de cómo eran ellos de estrictos y nunca hemos tenido una relación tan cercana para hablar de esos temas “tabú”.
No podían creerlo que una desconocida llegara y supiera todo de ellos con lo que les preocupa el que dirán, Martha había averiguado toda la rutina diaria de mis padres, su negocio, sus salidas, todo. Algo que era un poco enfermizo para ser honesta. Ellos se alteraron, nunca han tenido problemas con otras personas, son personas honestas, que no le deben nada a nadie y aman su vida tranquila y sin ojos en la nuca. Para su sorpresa alguien les dice lo que ellos hacen, es obvio que no les gusto para nada. Si me preguntan yo igual estaba furiosa y decepcionada de mi misma al estar enfrentando a una mujer que no tuvo la decencia de hablar conmigo o simplemente con Sebastián. Cuando alguien falla es error de las dos personas no solo de la mujer pero vivimos en una sociedad donde nos educan que la culpa es de la persona que se interpone.
Teniendo antecedentes de la pésima relación que tengo con mis padres, dio paso a que todo se saliera de las manos. Mi padre tajante en su decisión, dio a entender que ese era un problema que tenía que solucionar y que no los involucrara si en algún momento decidía regresar con un embarazo porque no me iban aceptar. –“no te estamos sacando de la casa pero sí tenes que solucionar ese problema lejos de acá”. Esa misma noche tome la decisión que era mejor enfrentar esta situación lejos de casa, había pensado hacerlo cuando estuviera preparada para vivir sola e independiente, algo por lo que sigo luchando.
Fueron las dos horas más largas de mi vida, mi madre alterada ya tenía el número de Martha siendo una abogada acuciosa decidió llamarla enfrente mío para aclarar la situación.
Solo la idea de irme era inverosímil. Recogí mis cosas esenciales, no me lleve nada que ellos me habían dado en todos esos años, solo porque una parte de mi es demasiado orgullosa y quería demostrarles que no me había llevado cosas que ellos me habían comprado. La crítica afecta enormemente a tu estado mental más si viene de las personas que te dieron la vida.
Llamé a una de mis mejores amigas en esos años desde colegio y sin dudarlo me dio la bienvenida a su casa. El día siguiente después de que se fueran al trabajo, Sebastián me ayudo a sacar mis cosas de y fuimos a la casa de Pamela mi amiga. Ya no había vuelta atrás. Me fui sin decir nada, ni una palabra, mensaje o carta.
Los recientes eventos crearon en mí una depresión y nostalgia de irme lejos de mis padres. Sebas y yo estábamos en nuestro lugar, tranquilizándome y aceptando nuestra realidad. Mi celular no paraba de sonar, llamadas de mis hermanas y mi madre. Mensajes de mis hermanas molestas por el daño que le estaba haciendo a mi madre que no dejaba de llorar. Una furia me invadió el cuerpo, conteste sus mensajes y apague el celular.
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