Otra noche en la que camino solo, triste y sin ningún animo de seguir luchando. Con las pocas fuerzas que me quedan trato de tomar un atajo para llegar pronto a casa. sin embargo mi mente se nubla por el deseo de no saber nada mas de la vida misma, mi alma implora ayuda para separarse este cuerpo mortal.
Mientras corro sin rumbo escucho una voz que me grita !alto para ya necesito hablar contigo¡ al detenerme pienso !esa voz¡ definitivamente es el, mi viejo amigo. Sin mucho aire en los pulmones me dice !porque tanta prisa hacia donde te diriges¡ como un enfermo mental lo abrazo mientras lloro y no paro de reír le contesto !hacia el fin¡ su mirada se vuelve tenue, sus ojos se cristalizan, me suelta en un instante y me responde !corre que yo te sigo¡ por lo que comenzamos a correr para llegar a nuestro fin.
Mientras corremos noto que al igual que yo ríe mientras llora. Después de recorrer una gran distancia llegamos al !fin¡ llamado así por nosotros cuando eramos unos críos que no alcanzábamos la alacena, no podía reconocerlo ya que desde la ultima vez que estuvimos sentados mirando el atardecer caer, fue el día en que mi viejo amigo decidió ocultarse del mundo para no sentir dolor.
Al llegar tomamos un descanso para tomar asiento, así después de varios minutos transcurrir comenzamos a hablar y me pregunta ¿Porque estas triste y sientes que tus fuerzas se acabaron? Yo con un nudo en la lengua siento no poder responder, debido a que mi alma suplica solo saltar desde el fin para así acabar con todo. Respiro hondo y respondo !Recuerda aquella vez que te escondiste del mundo y prometiste no volver a salir, en estos momentos me parezco mucho a ti, a diferencia que no quiero esconderme del mundo solo quiero desaparecer para no sentir dolor¡ El riendo me responde !cállate idiota que tu y yo jamas nos pareceremos, porque tu eres una persona nueva, completamente distinta a mi por que yo mejore para no sentir dolor, al preferir lanzarme al abismo para no sufrir¡ Esas palabras me horrorizaron.
No podía creer que nuestras personalidades habían cambiado, el era ahora fuerte, seguro y con carácter, en cambio yo débil, inseguro y con miedos. Por lo que después de que el se marchara, decidí lanzarme al abismo para mejorar y mi alma dejase de sufrir pensando en que llegue su fin.
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