Martes por la tarde

Martes por la tarde

el trabajo acabo y tengo algunos pesos en la bolsa.

Caguamas…

compremos y olvidemos o recordemos o vivamos o solo embriaguemonos

-¿Cual es tu mayor defecto?

-No tengo defectos, solo adicciones… – Pense

-¿Te gusta emborracharte lo suficiente? – Hable conmigo mismo

-Los ansioliticos son para puñetas, yo solo bebo… – Me conteste

Esa, nena, es mi única cruz.

No tengo una mente rara,

no tengo nada que ofrecer…

mas que constante ebriedad.

Sábado por la tarde

las cosas se me salieron de control

y traía una resaca de 2 días

-Quiero beber solo un poco mas

¿Porque? No lo se

ni siquiera quiero saberlo.

-Los “poderosos” te quieren estúpido- dicen lo intelectuales

-Al mundo no le importo- Lo se y me lo repito

-Eres solo victima de las circunstancias- Dicen los que creen conocerme

-Soy victima de mi inestabilidad disfrazada de cordura- Lo se…

No estoy bien, nena.

Espero algún día estarlo

para regalarme a la complacencia absurda

donde todos ríen y rayan garabatos en sus cuadernos

y los inteligentes sacan 10 siempre

y los trabajadores tienen un sueldo justo

y los pobres emprendedores avanzan

y las malas personas mueren de un paro cardíaco

y los inocentes no van a la cárcel

y existe un Cristo para llevar a las buenas personas al paraíso.

Pero no…

Ese mundo no existe,

solo habrá ebrios confundidos

y enfermos mentales

y personas crueles que enamoran

y buenas personas que fallecen

y criminales libres

y santos sin veladoras

y predicadores ciegos

y sabios sumergidos en soledad

y niños violados

y niñas vendidas

y perros felices en azoteas tristes

y madres abandonadas

y vagabundos genios

y políticos muertos por dentro

y todo eso que nos rodea.

Martes por la tarde

y estoy muy ebrio en medio de mi casa

sin edificios ni secretarias piernudas

ni felicidad, ni tristeza…. 

solo una botellas y cigarros que prometen no hacerme oler los dedos.