El Teorema De N

El Teorema De N

Eric Vega

01/07/2020

Te amo… No lo dudes, vas a estar en mi mente mucho tiempo, y cuando no, te guardaré con mucho cariño. Eres mi mejor amiga, la chica de mis sueños, y sí, también el amor de mi vida, un amor nada romántico, pero el más grande de todos.

Eres la razón del arte que creo, la belleza de mi ser, el combustible de mi alma y también el extintor de mi fuego, no eres herida eres mi vida, el tiempo de mi espacio, el espacio de mi tiempo, mi filosofía moral, la natural y la que me permite respirar, quien me enseña los números racionales y la culpable de los irracionales como estos mismos que cuento ahora, eres Nibiru al irte, eras Sócrates cuando te preguntaba si recordabas algo de mí, eres Darwin y das origen a mi evolución para llegar a ser el supra-hombre de Nietzche, eres Newton cuando pones mis pies en la tierra con la gravedad de tus ojos, eres Pavlov cuando condicionas mi corazón en tu presencia, eres Einstein cuando la luz nos invita a ser relativos, eres el principio de Peter de mis poemas, eres mi solipsismo cuando no estás, eres Descartes cuando dudo de Dios, y eres yo cuando soy ingenuo como Descartes, yo existo cuando pienso en ti, ergo estoy viviendo, vienes de Montaner y vas hasta José Madero, eras Da Vinci al inventar mi grandeza en tu ego, yo soy tu amigo fiel si vamos al infinito y más allá, por el suelo pedregoso hasta las estrellas.

Yo mismo me creí Tesla si quería cambiar al mundo y tú fuiste la inversionista que
confío en mis ideas. Tu principio de causalidad lo es todo para mí, es mi explicación favorita y siempre
lo va a ser.

Pero ya no puedo ser teoría, ni científico, ni ingeniero…

Ya no puedo desear ser tu hilo rojo del destino porque nuestro efecto mariposa nos
trajo a donde nuestra alquimia es considerada pseudociencia.

Espero verte pronto, seré Apolo 11 tan alto como tu Luna, seré el Erich Fromm de tu arte de amar y destruiré tus realidades orwelianas, mientras tanto, espero que sigas siendo tan Momo de Michael Ende como la misma Momo de Michael Ende con esos ojos tan bonitos y esa personalidad tan cálida.

Sigo creyendo en tu Lie in April, sigo soñando con nuestro Zero Requiem pero ya debo dejarte ir aún si así me vuelvo taquión y empiezo a existir rompiendo tu principio.

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