El Arte del Bien Decir

«Si a las armas las carga el diablo, las municiones las esconde en la boca». Esta sentencia parece reflejar la moral de los argentinos. Y es que, en una sociedad en donde los discursos surgen de dudas y rumores la palabra pierde importancia y lo que decimos se convierte en un chisme. ¿En un Chisme? Sí eso mismo, en un chisme.

Nos hemos olvidado de la belleza de la palabra y somos unos ignorantes del arte del Bien Decir. El chisme atraviesa la sociedad e incluso aparece en los medios de comunicación o mejor dicho entre los que dicen llamarse comunicadores. Porque cuando uno habla o escribe sin haber constatado el tema en cuestión el discurso se transforma en falaz, dicho de otra forma se vuelve un chisme y el comunicador en un cómplice del engaño, en un chismoso. Y es tan chismoso el que vende como el que compra.

Podríamos estar por largo tiempo tratando este tópico, hasta incluso escribir la fenomenología del chisme. Pero lo que nos interesa es un tema serio, lo que nos interesa es que no nos mientan y que no nos hagan promesas de campañas, nos interesa la honestidad y el diálogo, el respeto y la libertad; pero no una libertad que se convierta en libertinaje, sino una libertad auténtica signada por la objetividad y la crítica que construye, sólo así llegaremos a ser una sociedad madura y responsable, una sociedad que conoce sus falencias pero que también es consciente de sus capacidades. El desafío esta planteado, depende de nosotros realizarlo o no.

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