Es aquí, en estos escritos, donde Louis nos cuenta acerca de su sueño revelador. Esto fue escrito hace más de 300 años. Alcanzó a guardar estos manuscritos antes de morir en soledad a los 127 años. Al parecer no quería morir…y por lo que escribió, coincidirán con él.

En estos manuscritos Louis hace referencia al génesis de nuestro mundo, sin embargo, aunque probablemente lo conocía muy bien, ya que era monje del monasterio de Santa Mónica, éste difiere del cristiano conocido:

“Agitado aún por lo que soñé y por la extraña sensación de que es verdad, tengo la necesidad imperiosa de escribir esto, por muy hereje que parezca. A continuación relato mi sueño:

En el principio estaba el Gran Gusano de cuyo interior surgió algo llamado Pneuma. El Gusano era goloso y comía en gran medida lo que él mismo producía, tomando la forma de anillo. Pero el Gusano aconsejado por un ser alado, abrió el anillo y rejurgitó gran cantidad de ese Pneuma, que parecía barro. Luego de esto juntó algo de sus propios desechos e infundiéndole Pneuma un poco más diluida, se podría decir, creó un hombre. El Alado, sin embargo, aconsejó de nuevo al Gusano y dividió al hombre y sacó una mujer de él, hecha de la misma sustancia.

Los desechos formaban ya una gran extensión de barro, el gusano lo separó en tierra seca y agua y puso a sus dos engendros en una recién formada playa. El Alado descendió y les ordenó “multiplíquense y señoreen este lugar”. Luego, fue la primera vez que pude ver el interior del gusano, éste se volteó hasta la mitad y de él salieron los demás animales tanto terrestres, como aéreos y acuáticos que pueblan hoy nuestra Tierra y de su saliva nacían plantas y árboles de todo tipo. El Gusano no volvió a ser anillo otra vez, sino que esperó con las fauces abiertas en dirección lo que había recién creado. Esta desde lejos parecía una esfera azul y, en este sueño, esa gran bola azul era la Tierra, nuestra Tierra. Y lo que vi a continuación me dejó pasmado: el Alado subió muy alto, luego miró al gusano y le pormetió un festín. Inmediatamente descendió a toda velocidad a la esfera azul con tal fuerza que la Tierra retumbó y el impacto diezmó a la tercera parte de las criaturas. El Alado se irguió como si nada y comenzó a mereodear por todos los rincones de la Tierra.

Y vi, en mi sueño, que aun sobrevivían criaturas, entre ellas los humanos y pude ver como comenzaron a multiplicarse. Todo pasaba muy rápido frente a mí. Ellos nacían, se reproducían envejecían y morían. Sin embargo, una vez extinguida su vida… Oh, Dios mío, ¡líbrame de estas imágenes malditas! Por qué me has dado, si es que es obra tuya, esta hórrida epifanía! Una vez muertos, sus almas, que yo veía como llamas de fuego dorada, comenzaban a elevarse y eran absorbidas rápidamente por las fauces del Gusano. Así fui viendo horrorizado como todas las almas de la humanidad eran devorada por la hambrienta divinidad.

Luego todo pasó aun más rápido frente a mis ojos y fue con los siglos que la humanidad fue aumentando grandemente en número y el Alado que estaba en la Tierra complacía al Gran Devorador provocando guerras entre los humanos y devastadores desastre naturales.

Finalmente, la escena cambia y ahora me veo a mí mismo envejecer tan rápido como hibisco. Mi alma sube y acaba como todos los demás que me precedieron. Lamentablemente no desperté allí, y contemplé el horripilante aparato digestivo del Gusano. ¡Oh, Señor, por qué permites que tu siervo sea atormentado con imágenes tan grotescas! ¿Por qué en un gesto de misericordia, mejor terminas con mi vida y me muestras que tú sí eres real?… Pude obervar, ya nauseoso, ya enfermo, cómo las almas eran encapsuladas y lentamente disolvidas en jugos. Fue aquí que desperté, con la sábanas húmedas y sin aliento.

Mi Señor, ¿cómo puedo estar seguro que desperté del todo?

Louis Battaglia 5 abril, 1523”

Louis no escribió nada más después de esto. No es este el Dios en que creo, pero no puedo dejar de tener ese temor de que puede ser así. Y es que no podría vivir pensando en que solo somos parte de un cultivo de almas de un gusano glotón y que mi alma terminará alimentándolo, esperando que alguien envejezca como Louis para degustar un alma perfectamente añejada, esperando una muerte apresurada para degustarse con almas frescas o teniendo un festín con guerras mundiales.

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