No importa cuánto tiempo haya pasado, yo aún te recuerdo y te extraño. Porque sé que debí dedicarte más tiempo pero me fui a ver el mundo que solo conocía por libros. Fui soñadora y esos sueños me alejaron de ti por muchos años, sé que estuviste feliz por mí y que desde donde estés aún lo estas. Extraño verte, deseo hablarte y contarte las cosas que me pasan, desde un simple tropezón hasta mis dolores del alma. De hecho, aunque estuvieses aquí, creo que no podría contarte eso último, no sabría cómo hacerlo, porque ante ti quisiera seguir siendo esa persona fuerte a la que nada le afecta, pero ¿qué ingenua verdad? Tú debes conocerme mejor que cualquier otra persona y seguro sentías mis alegrías y mis tristezas aunque yo nunca dijese nada. Ahora, desde allá arriba, puedes verlo todo y espero no haberte decepcionado. Seguro viste mi lado frágil, ese que jamás te mostré, no quería que te preocupes por mí sino que te vayas tranquilo, porque para mí fuiste el mejor. Me hubiese gustado tenerte más tiempo pero en mi egoísmo por querer conocerlo todo, te descuidé y dejé pasar los años pensando que siempre estarías ahí. Suelo mirar tu foto para darme fuerzas y seguir. Aunque ya sea grande sigo siendo tu pequeña, ojala estuvieses aquí PAPÁ, hoy me hace falta un tierno abrazo que me devuelva al camino que debo recorrer, aquel que perdí el día que te fuiste. Quiero que seas mi sol y mi luna, quiero que seas esa luz que ilumine cada paso que dé, quiero que seas mi guía y mi roca.
Te quiero mucho PAPÁ.
OPINIONES Y COMENTARIOS