La Duda de Don Aníbal

Se llama duda a la indeterminación que experimenta una persona cuando se le presenta la situación de tener que escoger entre dos juicios o dos decisiones, por otro lado, la duda implica inseguridad en la validez de una verdad. Podríamos decir también, que la duda es una vacilación que experimenta una persona frente a algo o ante la elección de varias alternativas. Y es que, ante una noticia o un hecho los seres humanos podemos vacilar y así decimos: “la versión que el gobierno dio sobre tal o cual tema me genera muchas dudas”.

Muchos salteños tenemos entre otras virtudes, la de la desconfianza o duda. Será por eso que no hemos aceptado tremendas candidaturas, por no meternos en líos demasiados complicados. Otros, por el mismo motivo, se quedaron solteros y ahora andan más desconfiados que antes. Pero el que realmente era un tremendo desconfiado era Don Aníbal Descartes, famoso por sus grandes meditaciones de la Metafísica y recordado por los elocuentes discursos nocturnos, en los que el fuego, la yerba mate y una pavita le servían de inspiración y así paviando y paviando supo llegar a las conclusiones más súbitas y sorprendentes que un mortal pueda pensar.

Cierta vez, Don Aníbal andaba visitando un museo y en la sala dedicada a la pintura se encontró con un león enorme pintado con extraordinario realismo. De repente Don Aníbal comenzó a mirarlo con desconfianza, pero con una desconfianza entreverada con julepe. Fue entonces que uno de sus acompañantes para tranquilizarlo le dijo:

  • -No tenga miedo … esta pintado.
  • -Sí, pero … ¿y si se despinta?

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