Soy Ferra Noriega, y siempre trate de hacer bien las cosas, pero en mi defensa lo único que puedo decir es que, a veces la vida nos pone en circunstancias que nos llevan a sacar lo peor de nosotros.
Todo empezó en la universidad cuando conocí a Caroline Woolfolk, mi maestra de psicología social. Era todo un personaje, una mujer madura de piel muy blanca, cabello negro hasta los hombros, vestía de traje y su elegancia podía observarse a kilómetros, era adinerada y se dedicaba a dar clases por amor al arte.
Estaba llevando clases con ella cuando mi madre me corrió de la casa, pues estaba teniendo un “romance” con un hombre que era un total parasito, siempre estaba bebido y no trabajaba. Una noche, mientras yo me preparaba para dormir entro a mi cuarto ebrio y trato de tocarme, en eso mi mama entra a la habitación y me culpo a mí de lo que ese cerdo estaba intentando hacerme. Tuvimos una pelea muy fuerte y ella lo prefirió a él, esa noche me hecho de la casa y tuve que dormir en mi coche.
Al día siguiente, fui a la escuela con todas mis pertenencias en el automóvil, tenía los ojos hinchados de no dormir y de llorar toda la noche, estaba preocupada por mi futuro, ¿Dónde iba vivir, si con mi trabajo en una papelería apenas y me alcanzaba para mis comidas? Pero más que preocupada estaba herida, no entendia como una madre podía preferir a un hombre antes que a su propia hija. La clase de psicología social inicio y yo me sentaba al frente, no podía concentrarme y las lágrimas me corrían por las mejillas, trataba de disimular agachando la mirada.
Cuando la clase termino, la maestra Caroline me pidió que me quedara y me pregunto que si que había ocurrido conmigo. Yo le Conte lo que me estaba sucediendo, y recuerdo que se quedó pensando algunos instantes y después esbozo una sonrisa dejando ver su dentadura perfecta.
Ella me propuso vivir en su casa, en lo que yo encontraba un lugar en el cual vivir, que me tomara mi tiempo para pensar y actuar de una forma prudente, me dio pena al principio, pero me inspiro tanta confianza que termine accediendo, aunque confieso que sentí temor al aceptar la propuesta de semejante mujer.
Al terminar las clases, me pidió que la siguiera en mi coche, recorrimos bastantes kilómetros para llegar a su casa, vivía en una zona boscosa a lo alto de una colina al llegar a la casa realmente me sorprendí. La mujer vivía en una casa totalmente de cristal, se podían observar los espacios de aquella casa desde afuera, y me estremecí, respire hondo y baje del coche.
La maestra me asigno una habitación, era encantadora todo estaba perfectamente ordenado y con cuidado, entre y acomode mis maletas. Ella me invito a conocer toda la casa, tenía una alberca preciosa, y unos jardines muy elegantes y cuidados. Me presento a la señora que hacia el aseo y a la cocinera. Les dio la orden de atenderme por cualquier cosa que yo necesitara, me sentía en deuda con todo lo que Caroline estaba haciendo por mí y estaba muy agradecida.
Esa tarde la maestra se fue a descansar mientras yo la observaba, a pesar de ser una mujer madura tenía un cuerpo muy bonito, sus curvas parecían de veinteañera. Me quede admirándola, y pensando en que quería ser como ella cuando llegara a esa edad, tenía unos cuarenta y ocho. Después me quedé totalmente dormida y no supe más de mí.
A la mañana siguiente, recuerdo que era sábado y no había clases, yo me estaba hospedando en una habitación en la planta baja, no conocía la parte de arriba y cuando me topé con las escaleras me consumió la curiosidad por conocer la casa y subí. La casa era encantadora, aunque carecía de luz y eso me causaba un poco de melancolía, todo estaba decorado con colores neutros, y se sentía un espacio solitario, pero a la vez muy acogedor. Me sentí entrometida y decidí volver abajo.
Fui hacia la cocina y estaba la señora preparando el desayuno, y pregunte por Caroline, la cocinera me informo que Caroline había salido al gimnasio y que me dejo dicho que me sintiera con la libertad de hacer lo que yo quisiera. Así que me dispuse a conocer la enorme casa. Y fue entonces cuando entre a una de las habitaciones que tenían vista al patio de la alberca, todo parecía tan solo, y entre en ella, había un poco de desorden y una puerta que supuse daba al baño, entonces abrí para conocer el lugar y me lleve una sorpresa.
En el baño estaba duchándose un hombre musculoso con el abdomen muy marcado de piel obscura, lo observe unos instantes mientras el tipo mantenía sus ojos cerrados por el jabón. Me excito verlo, y al mismo tiempo sentí unos nervios terribles así que salí inmediatamente del cuarto. Volví a la cocina y la cocinera amablemente ya me tenía el desayuno servido, sutilmente pregunté que si quien era el negro musculoso.
Ella sonrió y me lleve una gran sorpresa cuando me dijo que era el esposo de Caroline. No podía creer lo que me decía la mujer, Caroline le llevaba como 20 años a él, y haciendo mis propias conclusiones me parecía de lo más extraño que el joven no durmiera con ella en su habitación siendo su “esposo” pero no quise preguntar de más para no levantar sospechas.
Cuando Caroline llego traía consigo bolsas de ropa y obsequios para mí. Me quedé perpleja y le di las gracias. Me sentía muy comprometida con ella, y aunque trate de evitarlo no pude. Le pregunte a Caroline sobre su esposo y evadió el tema, dijo que era un hombre ocupado y casi no estaría en casa, que no me preocupara por él.
Ese mismo día en la noche avise a Caroline que visitaría a una amiga, pues necesitaba desahogarme con alguien, ella acepto y me pidió de favor que cobrara a unos clientes que le debían dinero de un alquiler. Yo acepte, era lo mínimo que podía hacer por la mujer que me estaba apoyando en un momento tan difícil. Le avise que llegaría de madrugada, pero mi amiga tuvo que salir de emergencia y los clientes no se encontraban en la dirección señalada así que volví a casa como a las once de la noche.
Cuando llegue Caroline estaba en la alberca atendiendo una llamada, yo me acerque tan cuidadosamente para que ella no se percatara de mi presencia, no quiera incomodarla y con el silencio de aquella casa pude escuchar su llamada.
En la llamada supongo que le decía a una mujer que fuera a visitarla, que estaría sola por unas horas y que necesitaba “diversión”, yo me sentí muy incómoda, la profesora contaba con que yo todavía no llegaría y resulta que “llegue antes” no quería arruinarle sus planes, y me fui a mi habitación y me quede dormida de golpe.
Desperté y cogí el celular para ver la hora, eran las dos de la mañana y salí de la habitación y fui a la alberca para ver si Caroline seguía allí. Mi segunda sorpresa del día ocurrió con lo que mis ojos veían y no podían dar crédito. Aproximadamente seis mujeres (incluyendo a Caroline) estaban en la alberca desnudas, tocándose, besándose y bebiendo bebidas embriagantes. Me asusté mucho y regresé al cuarto, la maestra con la vida perfecta tenía secretos obscuros los cuales rebasaban mi imaginación. Todo era confuso y un presentimiento me avisaba que tenía que retirarme inmediatamente de allí antes de que fuera demasiado tarde.
Unos golpes insistentes a mi puerta me despertaron al día siguiente, era Caroline quien me dio los buenos días y una cajita de regalo, en su interior encontré una tarjeta de crédito, la maestra explico que era para solventar mis gastos en lo que encontraba un buen trabajo. No se la acepte, pero me insistió mucho y la puso en mi bolso. Toda la situación cada vez me daba más mala espina.
Me levante para hacer el desayuno, la cocinera no iba los domingos y me puse a buscar en el refrigerador cuando sentí unas manos en mis hombros me asuste tanto que di un grito. Era el negro musculoso, apenado me dio los buenos días, y yo incomoda pregunte por Caroline, el comento que siempre salía y no sabía ni a donde. Sutilmente pregunte sobre su relación y el me lo soltó todo. Ellos estaban casados desde hace seis años, y él se casó con ella por agradecimiento, era cubano y la maestra le arreglo su situación migratoria. Sentí deseos de preguntar porque no dormían juntos pero él se adelantó, y comento que era porque Caroline tenía otro tipo de costumbres lo cual me dejo en las mismas y más intrigada aun.
Dave, (así es como se llamaba el esposo de Caroline) y yo pasamos todo el día platicando, era una persona muy agradable y graciosa. Cuando menos pensé me robo un beso, me quede sin palabras y le reclame por lo ocurrido, yo no podía hacerle eso a la mujer que me estaba ayudando.
A él no le importo lo que le dije y siguió besándome, yo no me pude contener a semejante hombre, y mientras más me resistía más débil era ante él. Terminamos en su cuarto teniendo relaciones y cuando todo termino yo me sentía la peor basura del mundo. No tenía perdón de dios, estaba mordiendo la mano que me daba de comer. Y a pesar de que la relación de Caroline y Dave era muy extraña, más lo que había visto la noche del sábado no era para nada normal, mis sentimientos de culpa me estaban matando.
La maestra no se apareció en la casa durante todo el domingo, y el lunes fui como si nada a la escuela. No podría verla a los ojos, me sentía la persona más miserable de todas. Cuando entre a la clase de Caroline me sonrió y me dijo que estaba consiguiéndome empleo, yo no podía más con aquella situación y pensaba en confesarle lo que había pasado con su esposo.
Al llegar a la casa, me senté en la orilla de la alberca con los pies dentro de ella para pensar. En eso llega Dave y se sienta a lado mío, le comente como me sentía y el solo se sonreía y me decía “no tienes nada de que preocuparte” a lo que yo pensaba ¿Cómo puede ser tan sínico y mal agradecido con la mujer que había hecho tanto por el?. Pero no podía juzgar a una persona que era tan miserable como yo misma.
El tipo negro se metió en el agua y me tiro de los pies, yo no sabía nadar así que puse mis brazos sobre su cuello y el comenzó a besarme, como me gustaba demasiado le seguí el juego cuando ella nos vio.
Entro elegante por la puerta de cristal que daba a la alberca y se quedó seria. Inútilmente traté de disculparme y comencé a llorar. Como pude me acerqué a la orilla de la piscina, Salí de ella y de rodillas le pedí perdón a Caroline, le dije que esa misma noche me iba de su casa. Ella me tomo por los brazos y me levanto, me dijo que no tenia de que preocuparme, voltio a ver a Dave y él estaba sonriendo, yo no estaba entendiendo nada.
Entonces fue cuando ella me lo confeso. A Caroline le gustan las mujeres, y su marido es “un entretenimiento” para las mujeres bisexuales. Ellos eran esposos para arreglar la situación migratoria del joven. Pero como a ella le gustaban las mujeres jamás habían estado juntos. Y claro, Dave lo pasaba de lo mejor disfrutando con las mujeres que la maestra llevaba para “entretenerse”.
Yo me sentía muy confundida, solo quería salir corriendo e irme a un lugar solitario donde pudiera pensar en todas las cosas tan fuertes que me habían pasado en tan poco tiempo. En eso Caroline se acercó a mi cuello y comenzó a besarlo, y bajo el cierre de un sencillo vestido salmón que llevaba puesto, no sé porque lo permití y no sé porque demonios no evite esa situación, pero estuve con mi maestra. La mujer admirable y exitosa guardaba los peores secretos y ahora yo formo parte de ellos.
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