El orden de odiarnos

12 años…

— Padre, nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hagase tu , en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y libranos del mal amén.

— Sueña con los ángeles, Eva.— Deposita un beso en mi frente y la observo marcharse hasta la salida de mi habitación.

Mamá es muy unida a su creencia con Dios, por lo que asisto a una escuela de monjas. Vive ilusionada y agradecida de que estudie allí, se que su único deseo es verme como una de ellas, llevar una túnica o una capa de un color pardo y sin olvidar el cordón ceñido a la cintura con tres nudos, que representan los votos de pobreza, castidad y obediencia.

A veces creo que también puedo irme al lado contrario, como la verdadera y primera Eva, la que traicionó a su creador. Me siento tan atraía hacía ello, leo más de los castigos del infierno que los del cielo. Me parecen tan justo como los del mismo Dios.

Las personas merecen castigos justos. Y nadie mejor que el mismo diablo para hacer pagar los pecados cometidos.

Creo que al morir prefiero el infierno.