Amor es…amor

Y si mis manos encajan perfectamente con las suyas, ¿qué hago?

Si me importa muy poco el color de su piel, el tamaño de sus labios, la dimensión de su cuerpo, el género elegido, los estándares establecidos, los pensamientos adquiridos, sus creencias y tradiciones, si solo puedo mirarle a los ojos y no evitar estremecerme.

Qué hago si nunca entendí el por qué de las etiquetas, el deber de obedecer leyes o normas de otras vidas, la esclavitud a ideas ajenas y el respeto hacia personas que no viven por y para mi, ¿qué hago?

Si no quiero aceptar que no merezco lo mismo que tú, si busco tener tus mismo derechos, si sueño con edificar lo mismo que todos.

Si en las noches no pienso en lo opuesto sino en lo igual, si no tengo bandos, si no aprendí a diferenciar, si las personas son iguales ante mis ojos, si no marco con etiquetas, ni separo en gavetas. Si no quiero ser discreta, ¿qué hago?

Si quiero vivir en una casa de cristal, donde todo se vea, donde nada me tape, donde la luz me ilumine y la obscuridad no tenga espacio, porque mucho tiempo pasamos ahí. 

No quiero vivir preguntándome todo y nada, solo quiero sentir, sin ataduras, sin reglas, ni leyes, sin elegir lo bueno o lo malo, solo elegir, porque eso sea lo que yo amo.